Color del sitio web:

apostles.today church.today

Su segundo nombre es “amabilidad” 

17 10 2025

Autor: Andreas Rother

Imprimir
Escúchalo

No es un hombre de grandes gestos, sino de auténtica cercanía. El Apóstol de Distrito Mark Woll (Canadá) ha creado estructuras y ha llegado al corazón de las personas. Ahora pasa a descanso ministerial.  

“¡Hola, soy Mark!”: así es como el Apóstol de Distrito Woll entra en una oficina ajena, lo que podría considerarse “al estilo canadiense”. Pero en él no resulta un comportamiento profesional y artificial, sino personal y auténtico. Abierto, benevolente, centrado: son sus fortalezas. 

De Kitchener a Toronto 

Mark Woll nació en marzo de 1959 y creció en Kitchener, prácticamente la capital nuevoapostólica de Canadá, en la era del casi legendario Apóstol de Distrito Kraus. Los abuelos de Woll emigraron de Alemania en 1929 y fueron sellados en 1931. Tanto su abuelo como su padre estuvieron activos sirviendo en la Iglesia, el primero como Evangelista de Distrito y el segundo como Apóstol. 

Como muchos de su generación, Mark Woll también fue llamado al ministerio a una edad temprana: a los 16 años ya era Subdiácono. Estudió administración de empresas en Toronto, donde también conoció a su esposa Marion. La pareja tuvo tres hijos: dos mujeres y un varón. Tras obtener la licenciatura con especialización en contabilidad, trabajó en diversas empresas, desde la fabricación de materiales de construcción hasta fondos fiduciarios para prestaciones sociales empresariales, como director financiero o director general. 

De Canadá al mundo entero 

Entonces llegó el momento en que pudo aportar sus conocimientos técnicos al trabajo en la Iglesia. En mayo de 2000, Mark Woll fue ordenado Apóstol, dos años más tarde recibió el nombramiento de Ayudante Apóstol de Distrito para Canadá y gran parte de la India, y en 2010 fue instituido como Apóstol de Distrito. 

Su área de responsabilidad abarcó once países: desde Pakistán hasta Camboya en Asia y desde la República del Congo hasta Chad en África. A veces pasaba 180 días al año viajando. Podía ocurrir que viniese directamente desde el sur de Asia a la asamblea de Apóstoles de Distrito en Suiza y que inmediatamente después continuase su viaje hacia África Central. 

Orden, claridad, futuro 

Cambió estructuras, distrito por distrito, comunidad por comunidad, con calma y de forma analítica. “Gracias a su formación en asuntos financieros y administrativos, ha podido prestar un apoyo significativo a la Obra de Dios, tanto en el país como en el extranjero”, escribió el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en su comunicado a los Apóstoles de todo el mundo. De este modo, el Apóstol de Distrito Woll preparó para el futuro a las Iglesias regionales que le han sido confiadas. 

También aportó sus competencias a nivel internacional. Por ejemplo, en el comité de finanzas, del que finalmente surgió el directorio de la Iglesia Nueva Apostólica Internacional (INAI). O durante más de doce años como presidente del grupo de proyectos “Material didáctico para niños”. 

El hombre detrás del ministerio 

Ver a Mark Woll solo como un hombre de números sería una gran injusticia. Irradia una amabilidad sincera y tranquila. Pase lo que pase, siempre encuentra algo bueno en su interlocutor, según cuentan quienes lo conocen desde hace años. Y no es una estrategia deliberada, sino simplemente su forma de ser. 

Su accesibilidad es a la vez una gran fortaleza y una pequeña debilidad: casi no hay una llamada telefónica que no atienda, casi no hay un correo electrónico que no responda y, por supuesto, casi no hay una conversación para la que no se tome tiempo. A veces, sus colaboradores más cercanos tuvieron que protegerlo un poco de sí mismo. 

Así, considera que el tiempo que pasó como dirigente de comunidad fue uno de los mejores años de su vida. “Tuve la oportunidad de establecer una relación muy estrecha y de confianza con los hermanos y hermanas”, cuenta. Porque “nuestra comunión en la comunidad nos da fuerza”. ¿Y de dónde viene esa fuerza? “No solo de estar juntos, sino de comunicarnos, de animarnos unos a otros, de darnos valor, de consolarnos, de cuidar al prójimo, de servirnos y apoyarnos mutuamente”. 

Las huellas que el Apóstol de Distrito Woll ha dejado en el corazón de aquellos que le fueron confiados, también se reflejan en las palabras de agradecimiento y los buenos deseos de las comunidades, que se transmitieron después de su último Servicio Divino este miércoles: 

17 10 2025

Autor: Andreas Rother

Imprimir