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Del retorno a la llegada

31 10 2025

Autor: Andreas Rother

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Juntos hacia un futuro mejor: esta es la idea fundamental que subyace a los Servicios Divinos dominicales de noviembre. Este mes hay cinco.

2 de noviembre: Obrando aquí y allá

“Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre”, dice Juan 10:29. O, dicho de otro modo: Dios es todopoderoso, hace aquello que quiere. Del mismo modo, Dios, el Hijo, tiene todo el poder tanto aquí como en el más allá. Y por eso, el Servicio Divino en ayuda para los difuntos significa más que un simple recuerdo de los muertos.

Jesús, el buen Pastor, llama a su rebaño, a algunos aquí en la tierra, a otros en el más allá, a algunos antes de su retorno, a otros en el reino de paz. Él conoce a todas las personas por igual y quiere darles a todas lo mismo: la vida eterna. Para ello se necesita la fe en Cristo y, por ahora, los Sacramentos. Por eso, el Santo Bautismo, el Santo Sellamiento y la Santa Cena también se dispensan a los difuntos, en representación de ellos a los vivos.

9 de noviembre: Encontrar a Cristo en el necesitado

Es el final y el punto culminante del discurso de Jesús sobre el tiempo final: la parábola del juicio de las naciones con la famosa frase: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”, dice Mateo 25:40. Y eso significa que Cristo mide el amor hacia Él por cómo se ha tratado a los necesitados, los débiles y los humildes de este mundo.

Así queda claro: la misericordia y el amor al prójimo no son necesarios recién en el reino de paz. Y el encuentro con Dios no comienza recién en la nueva creación. De eso trata el Servicio Divino del segundo domingo del mes.

16 de noviembre: El doble retorno de Cristo

“Amén; sí, ven, Señor Jesús”, dice Apocalipsis 22:20. Y sí, por supuesto que los creyentes se preparan para el retorno de Cristo. Pero ¿para cuál exactamente? Porque este retorno tiene dos aspectos. 

Por un lado, está el arrebatamiento de la comunidad nupcial para las bodas en el cielo. Esta comunidad experimenta allí la presencia de Dios y vive una bienaventuranza que no tiene punto de comparación. Y, por otro lado, está la aparición del Señor con la comunidad nupcial en la tierra para establecer el reino de paz. Entonces, el mal será atado y se aplicarán los parámetros divinos. Habrá más respuestas el tercer domingo de noviembre.

23 de noviembre: La nueva creación en formación

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos”, dice Apocalipsis 21:4. Porque el cuarto domingo del mes va un poco más allá, hasta la nueva creación. La comunión con Dios será inmediata y eterna. Su definitivo “Yo hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5) significa que cada individuo se sentirá aceptado, pleno y salvo.

Pero esto es más que una esperanza. Por medio de los Sacramentos, Dios brinda una renovación al ser humano. Y así se manifiestan los presagios de la nueva creación, donde se obra por puro amor, donde se establece la paz y se busca la reconciliación.

30 de noviembre: Cuando amanece

Al final perfecto le sigue la anticipación del comienzo. Porque el quinto domingo de noviembre ya es el primer domingo de Adviento. Y el Servicio Divino lo acerca a partir del Antiguo Testamento.

Reina la oscuridad. Pero una luz se encenderá. Y toda la oscuridad deberá desaparecer. Eso es lo que promete Isaías 60:2-3 a los israelitas que habían regresado del cautiverio babilónico. Eso es lo que anuncia el mensaje navideño del nacimiento del Salvador. Y eso es lo que demuestra la esperanza en el retorno de Jesucristo: un cambio radical no solo hacia lo bueno, sino hacia lo mejor.


Foto: Nur – stock.adobe.com

31 10 2025

Autor: Andreas Rother

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