Una invitación al asombro: dar gracias a Dios también significa cuidar sus dones: la salud, la familia, la naturaleza y la vida eterna.
“¿Cómo podemos dar gracias a Dios?”, preguntó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino de Agradecimiento celebrado el 5 de octubre de 2025 en Libreville, Gabón. Al hacerlo, prestó especial atención a la creación: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19:1).
La creación: el misterio infinito
“Yo creo en Dios, el Padre, el Todopoderoso, el Creador de todas las cosas”, subrayó el Apóstol Mayor, refiriéndose al primer artículo de la Confesión de fe nuevoapostólica. Es bueno dedicar una vez al año tiempo para celebrar al Creador y reflexionar sobre la creación, que es buena, hermosa, compleja.
“Los seres humanos siempre han intentado comprender y explicar la creación”. La ciencia ha hecho grandes progresos en este sentido, pero aun así se siguen descubriendo cosas nuevas. “Nunca dejamos de asombrarnos”. Esto refuerza la fe: “Dios, el Creador, es siempre más grande de lo que podemos imaginar”.
Es importante reconocer “que no podemos comprender todo lo que Dios hace”. Pero “creemos que Dios es perfecto. Creemos que Dios nos ama. Y por eso confiamos en Él. Creemos en Él”.
El mandamiento de Dios como guía
Aunque la creación es buena, hay mucha desdicha en la tierra. Esto se debe a la caída de Adán y Eva en el pecado. Su desobediencia tuvo consecuencias para todos los seres humanos y para toda la creación. “Como los seres humanos no obedecieron el mandamiento de Dios”, explicó el Apóstol Mayor:
- “han antepuesto sus propios intereses a los de los demás”.
- “han preferido el presente al futuro”.
- “han preferido las cosas materiales a las espirituales”.
- “han antepuesto sus intereses a los valores cristianos”.
Por ello, Jean-Luc Schneider hizo un llamamiento a todos los cristianos nuevoapostólicos:
- “Cumplamos la ley de Dios para que el mal no se multiplique”.
- “Seamos conscientes de las consecuencias que tiene para el mundo, para la tierra y para los seres humanos el no respetar la ley de Dios”.
- “Respetemos esta ley para Dios y para nuestro prójimo, a fin de poder alzar la mirada hacia Dios”.
- “Hagamos el bien para no agregar aún más maldad”.
Y, sin embargo, esto no es suficiente para resolver los problemas. Se necesita un Salvador: “Estamos agradecidos a Dios por habernos dado a este Redentor en Jesucristo. Por lo tanto, debemos ser buenos, lo que significa servir a Jesús”.
El Dios fiel y misericordioso
Dios es fiel, se ocupa de los seres humanos. “El Creador sigue haciendo llover y brillar el sol, tanto sobre los buenos como sobre los malos”. No castiga cuando se comete un error. “Dios te da mucho más de lo que te mereces”.
Con las ofrendas se expresa el agradecimiento. No hay que comportarse como un comerciante y esperar recibir algo a cambio. A Dios no se lo puede comprar. “Lo que Dios te da, te lo da por gracia”.
También se puede dar gracias a Dios “cuidando lo que nos da”: la salud, la familia, el planeta. “Respetemos los regalos que nos ha hecho”. Al igual que Dios es fiel, “también nosotros seamos fieles y hagamos el bien, incluso cuando nos va mal”.
Perspectiva de futuro: la nueva creación
Dios está creando una nueva creación con nuevos seres humanos, una nueva tierra y un nuevo cielo. Allí será posible volver a tener una comunión perfecta con Dios. Jesucristo fue el primer ser humano perfecto en entrar en el reino de Dios.
“Ahora Dios continúa su Obra”, explicó el Apóstol Mayor: “Él nos ha hecho hombres nuevos. Nos guía a través del Bautismo con Agua y con Espíritu”. Para asemejarnos a Jesús, nos ayudan su palabra, la Santa Cena y el perdón de los pecados.
Debemos trabajar en nosotros mismos e intentar cambiar. Porque el deseo más ferviente de Jesús es que los suyos sean uno. “Fortalezcamos la unidad de los hijos de Dios”, apeló el dirigente de la Iglesia: “El Señor nos ha hecho nuevas criaturas para recibirnos en su nueva creación”.








