Indefensos entre depredadores: así es la situación de los cristianos. Lo dijo el propio Cristo. Pero Él también nos muestra el camino para salir de ella.
Jesús mismo utiliza la imagen de los animales de rebaño y los depredadores cuando envía a unas seis docenas de discípulos a anunciar el reino de Dios: “Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos” (Lucas 10:3).
“Esta no es solo una palabra para los discípulos de hace 2.000 años”, subrayó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino del 21 de septiembre de 2025 en Bangalore (India). “Jesús también te ha llamado a ti, a cada uno de nosotros, a anunciar el reino de Dios y a contribuir a su plan de salvación, aquí y ahora”. Y lo de los corderos y los lobos es más válido que nunca.
El lobo en el ser humano
Jesús, que se describe a sí mismo como el buen Pastor, eligió deliberadamente al cordero como imagen para sus discípulos: un animal dócil y vulnerable, incapaz de defenderse, y mucho menos de atacar. “A veces parece que somos débiles, porque Jesús nos dice: ‘No hagas el mal. Tienes que perdonar, tienes que hacer el bien’”.
Y, por otro lado, el lobo, un depredador temible. “La Biblia utiliza la imagen de los lobos para referirse a las fuerzas que quieren obstaculizar el plan de salvación: los enemigos de Cristo”, explicó el Apóstol Mayor. Pero también hay personas que actúan como lobos:
- Personas que ya no se guían por los valores fundamentales, sino por el egoísmo: “Lo que les importa es el dinero, el poder y la fama. Lo quieren a cualquier precio: sin compasión, ¡lo quiero, lo necesito, lo tomo para mí!”.
- Personas que se abalanzan en manada sobre los indefensos: “Los jóvenes lo entenderán. Solo hay que ver lo que ocurre en Internet. En las redes sociales atacan a los pobres y débiles”.
- Falsos profetas que tergiversan el Evangelio en su propio beneficio: “Predican el Evangelio, pero solo por interés propio, para llenarse los bolsillos”.
La campaña de los corderos
Ante tales lobos, uno puede sentirse impotente: ¿No es inútil hablar de la vida eterna con personas que solo piensan en su bienestar material? ¿No es inútil promover el amor, la humildad y el perdón en un mundo en el que solo impera la ley
del más fuerte?
El Apóstol Mayor explicó lo que hay que hacer y lo que se puede hacer:
- Creer en el llamamiento y confiar en el emisor: “Cree que Dios te ama y que nunca te exigiría algo que sabe que no puedes hacer. Confía en su poder y en su verdad. Él ha prometido perfeccionar su Obra de Redención, y lo hará”.
- Seguir siendo discípulos de Jesús: “Si decidimos seguir a Cristo y hacer su voluntad: aunque parezcas débil, perdona. Aunque nadie lo note y parezca inútil, haz el bien”.
- Entender correctamente la propia misión: “Nuestra misión no consiste en convertir a todas las personas. Nuestra misión consiste únicamente en mostrar aquí y ahora que el Evangelio de Jesucristo es la verdad, que se puede hacer la voluntad de Dios y vivir según las reglas de Dios, y que eso es una fuente de bendición, alegría y paz”.
“Todo lo demás no es asunto nuestro, es asunto de Dios. “Él llevará su Obra a la perfección”, subrayó el Apóstol Mayor Schneider. Pero “no como nosotros nos lo imaginamos. Él perfeccionará su Obra de una manera que no podemos imaginar, de una manera que no podemos comprender. No tengo ni idea de cómo, pero sé que lo hará y que todos los que sigan siendo verdaderos discípulos de Jesucristo recibirán la vida eterna”.







