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100 años de hostia combinada: cuando el cáliz se pasaba

abril 13, 2017

Autor: Andreas Rother

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Están de jubileo las tres gotas. El Viernes Santo 1917, el Apóstol Mayor celebró oficialmente su primer Servicio Divino sólo con hostias, sin cáliz del vino. Lo que hoy es totalmente normal, hace 100 años era una necesidad. ¿Por qué?

«Ahora tenemos desde hoy un cambio en la participación en la Santa Cena». Con estas palabras el Apóstol Mayor Hermann Niehaus introdujo la nueva época el 6 de abril de 1917 en Bielefeld (Alemania). Hasta ese momento era habitual recibir el pan como oblea y el vino de un cáliz. Ahora el vino sólo estaba representado en forma de gotas sobre la hostia.

Dos problemas …

En medio de la Primera Guerra Mundial casi no se podía conseguir vino. «Ya recurrimos a agregarle hasta la mitad de agua, tampoco así nos alcanzaría», dijo el Apóstol Mayor en ese Servicio Divino histórico.

Cólera, tifus, tuberculosis. El miedo a las epidemias había convertido a la higiene en tema central. «El cáliz era limpiado con un paño después de beber cada uno de él y el siervo oficiante lo iba dando vuelta». De todos modos, «se observaba que el que bebía incluso lo iba girando» y «algunos solamente sorbían del cáliz casi sin tocarlo con los labios».

… y tres soluciones

Tres soluciones discutía el artículo de editorial que preparaba para el cambio en la revista Panorama Nuevoapostólico del 25 de marzo de 1917.

Por un lado, pequeños cálices individuales como también habían sido introducidos en las Iglesias Evangélicas. Sin embargo, por los recipientes más o menos pomposos se incorporaban en el festejo de la Santa Cena diferencias de estamentos sociales, «lo cual había que evitar desde el punto de vista estrictamente religioso».

Por otro lado, sumergir las hostias en el vino prendidas de tenedores de marfil y luego alcanzárselas a los hermanos y hermanas, como en las comunidades de Holanda. Sin embargo, «las hostias se ablandaban rápidamente». Se pegaban en la mano, lo cual no era mucho más higiénico.

Y quedaba sólo una cosa: «La guerra nos enseñó mucho».

La necesidad como maestro

Octubre de 1915, en el frente en Francia: El soldado con las iniciales W.G. recibió correspondencia «del amado Apóstol Mayor junto con la Santa Cena». «No sólo oramos por vosotros, sino que puedan gustarla pues en ella ha sido colocada la proeza de Jesús», decía en esas cartas. «Me alegro aquí en mi lecho de paja como un niño pequeño», formuló W.G. en su respuesta publicada en enero de 1916 en el Panorama Nuevoapostólico.

Primero las obleas venían con pequeñas botellitas de vino. Pero estas desaparecían de los paquetes que eran abiertos secretamente, lo mismo que acontecía con los cigarrillos. Poco después de desatada la guerra en 1914, la Dirección de la Iglesia proveía a los soldados solamente con hostias combinadas: «Consagramos el cáliz (de vino) y las hostias, y después dejamos caer sobre las hostias gota a gota el vino del cáliz consagrado».

No importa la cantidad

¿Responde esto todavía a la Santa Cena, así como Jesucristo la instituyó? La respuesta del Apóstol Mayor Niehaus fue una comparación con el Bautismo: «Hay congregaciones que sumergen totalmente en el agua, para nosotros es suficiente la aspersión». Y en este contexto mencionó expresamente las palabras del Catecismo de Martín Lutero: «El agua en verdad no las hace, sino la palabra de Dios que está con el agua y unida a ella».

«Si todos esos miles están satisfechos con las gotas de vino, nosotros también lo estamos», destacó el entonces Director de la Iglesia en el Servicio Divino de Viernes Santo: «El pan embebido con tres gotas de vino tinto, de modo que se pueda ver bien». Esto, sin embargo, sólo era válido para su propia área de actividad como Apóstol. Fue vinculante para todos después de una decisión conjunta que fue dada a conocer a principios de 1919 por circular: «Por resolución de los Apóstoles esto ahora ha sido dispuesto para toda la Obra».

Así recién comenzó más de un problema: ¿Dónde conseguir las hostias? ¿Y cómo hacer sobre ellas los toques con las gotas de vino? Pero esta es otra historia que será contada en otro momento…

abril 13, 2017

Autor: Andreas Rother

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