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100 años de hostia combinada: también el cáliz es combinado

agosto 30, 2017

Autor: Sebastian Müller-Bahr

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La forma le sigue al contenido: cuando al serle aplicadas las gotas de vino, la hostia desplaza en la Santa Cena al cáliz del vino, también se pone en marcha un cambio en la conformación de los recipientes que se ubican en el altar, hasta que surge una combinación totalmente propia.

El cáliz con adornos ornamentales, sin tapa de metal, sino cubierto con un pequeño lienzo, ocupa su lugar en el altar cerca del siervo oficiante en la tradicional comunidad de Fráncfort Oeste (Alemania). Sí, ¿es una patena nuevoapostólica normal? Bien, en primer lugar no se llama patena. Y en segundo lugar, este cáliz constituye una buena parte de historia nuevoapostólica.

Comienza en 1917: por motivos higiénicos, pero también económicos, para la Santa Cena el vino ya no se alcanza en un cáliz, sino en forma de gotas aplicadas sobre las hostias. «Las grandes jarras de la Santa Cena, por lo tanto, ya no necesitan ser ubicadas sobre el altar, sino solamente los cálices y las patenas», escribe el Apóstol Johann Gottfried Bischoff en 1919 a sus portadores de ministerio.

Por eso, hasta los años 40 las fotos informan sobre gran cantidad de recipientes litúrgicos colocados sobre los altares. No es de extrañar, la historia del cristianismo llenó la mesa del Señor con abundantes utensilios para la Santa Cena. Hay cálices sin y con tapa; estos últimos se llaman «ciborios». Las hostias son ubicadas en tazones y en platos; estos últimos se llaman «patenas». Y el cáliz del vino en todas partes está rodeado de lienzos: de tela (paramentos), para pararlo encima (corporales), para limpiarlo (purificadores), para taparlo (palias) e incluso para ocultarlo por completo (velos).

Prototipo de una nueva forma

Las fotos de los años 50 muestran de pronto una tendencia a la uniformidad. Cada vez más va apareciendo el cáliz que no sólo por su forma abultada se convierte en el prototipo de lo que más adelante se reconocerá como típicamente nuevoapostólico. Este recipiente combina con pragmatismo las tradiciones: la patena se transforma de plato a cáliz, el cual con su tapa metálica resulta ser un ciborio. La coronación es la cruz que lleva en su parte superior. Y todo el recipiente viene en un diseño sobrio.

Este modelo fue producido por primera vez en Alemania del Sur. Los nuevos recipientes litúrgicos se compraban en bruto y se les hacían las terminaciones en Cannstatt, de lo que formaba parte el enchapado interior y exterior, el montaje de la cruz y el pulido de la superficie. Lo informa Christoph Müller de Wurzen (Alemania del Este), quien como grabador de metal actualmente produce cálices de la Santa Cena para la Iglesia Nueva Apostólica.

¿Dónde lo aprendió exactamente? Ya su padre se dedicaba a esa artesanía y él entonces copió el diseño. Un Anciano de Distrito llevó el ciborio de Alemania del Oeste a la entonces República Democrática Alemana, para que también allí se pudiese comenzar con la producción de la «nueva forma».

Variedad en el altar

Entretanto todavía quedó una cierta variedad: sólo en Alemania se están usando alrededor de una docena de ciborios diferentes, estima Christoph Müller. Comenzando por modelos simples de posguerra de lata hasta los ejemplares de cobre o latón, a veces más o menos abultados, con pie largo o corto, con tapa con el emblema de la Iglesia o una cruz, esta última maciza o como silueta.

En los países africanos, los recipientes litúrgicos pueden ser de madera retorcida o incluso tallada. Específicamente para los viajes misioneros surgieron recipientes planos para las hostias, con tapa pero sin pie, que se pueden transportar más fácilmente. Estos modelos son los que, por ejemplo, se usaron en el Día de la Juventud Europea 2009 o en el Día Internacional de la Iglesia 2014 y que actualmente son producidos en la India.

En la actualidad todavía se encuentran algunos pocos cálices de la Santa Cena valiosos y de diseño costoso. Precisamente en la zona de Hesse, Alemania, algunas comunidades custodian sus antiguos tesoros de los primeros años nuevoapostólicos. Como ser Fráncfort Oeste, sí, así es, la comunidad con el pequeño lienzo, oh, perdón: con el paramento sobre el cáliz.

agosto 30, 2017

Autor: Sebastian Müller-Bahr

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