El ministerio (34): De dónde vienen las Diaconisas

¿Eran o no portadoras de ministerio las Diaconisas en la Iglesia Nueva Apostólica? Para responder a esta pregunta, primero hay que ver de dónde vienen históricamente. Una búsqueda de indicios.

En los primeros 80 años de la tradición nuevoapostólica, las Diaconisas no eran en absoluto una rareza. Un buen ejemplo es el regalo de cumpleaños del Apóstol Mayor, que era un álbum de fotos de 1906 con el Apóstol Jakob Kofman y los portadores de ministerio que colaboraban con él: 19 de los 150 retratos eran de mujeres.

Las nuevas comunidades apostólicas habían tomado a las Diaconisas, así como toda la estructura organizativa del principio, de las comunidades católicas apostólicas. Allí fueron desde el comienzo un tema muy debatido: ya en 1834, los entonces todavía seis Apóstoles trataron el asunto. Y solo unos meses después de la consagración de los doce Apóstoles, fueron llamadas en 1835 las primeras Diaconisas.

El redescubrimiento de la ayuda a los pobres

De este modo, la Iglesia Católica Apostólica se adaptó a una evolución contemporánea: la Revolución Industrial había traído consigo una pobreza creciente. Así surgió entre los protestantes de Alemania y los anglicanos de Gran Bretaña la idea de revivir el diaconado cristiano primitivo en el sentido de ayuda a los pobres. Esto condujo, entre otras cosas, al desarrollo de comunidades religiosas de mujeres: las Casas de Diaconisas.

Henry Drummond, cofundador del movimiento católico apostólico, tenía originalmente algo así en mente: una asociación llamada “Hermanas de la Caridad” (hermanas caritativas o de la misericordia) debía ocuparse de los pobres. Y un grupo de estas Diaconisas apoyaría a cada Obispo de comunidad en su labor local, fue la idea del posterior Apóstol. Sin embargo, esta orden nunca fue establecida.

Mujeres para mujeres y niñas

No obstante, las Diaconisas fueron utilizadas de otra manera. Apoyaban a los Diáconos en la atención de los pobres y a los Pastores en la asistencia espiritual. Esto iba más allá de acompañar simplemente a los portadores de ministerio masculinos, sino que también incluía la atención independiente de las mujeres.

“Sin la presencia y la ayuda de las Diaconisas, no hay suficiente asistencia espiritual para las mujeres en la Iglesia”. Esta fue la opinión del teólogo católico apostólico Ernst A. Rossteuscher en su publicación “Instrucciones sobre el servicio de la mujer y el ministerio de Diaconisa en la Iglesia”.

Las actividades docentes de las Diaconisas ocupaban buena parte de su trabajo. No solo dirigían la escuela dominical, sino que también en algunos lugares organizaban otro tipo de enseñanza: por ejemplo, en la comunidad del centro de Londres había a veces una pequeña escuela femenina en la que se enseñaba a leer, escribir y hacer cálculos, además de costura, cocina y labores domésticas.

Un ministerio sin ordenación

Para ser llamadas como Diaconisas, las mujeres debían cumplir ciertos requisitos: “Tener una edad madura y circunstancias de vida que les permitieran dedicar sus servicios a la Iglesia sin que se lo impidieran las obligaciones familiares”, según establecía el reglamento.

Las Diaconisas no eran instituidas por el Apóstol, sino por el Obispo de comunidad. Con la imposición de manos del Obispo recibían la bendición y “un verdadero ministerio de la Iglesia”, según Rossteuscher. A diferencia de los Diáconos, no eran ordenadas posteriormente mediante la bendición del Apóstol. Y a diferencia de los portadores de ministerio varones, no se les permitía vestir atuendo ministerial ni asumir funciones en el Servicio Divino.

Cuando surgieron las nuevas comunidades apostólicas en 1863, al principio todo siguió igual en lo que respecta a las Diaconisas. Sin embargo, con el paso de los años se produjeron cambios que asignaron nuevas tareas a las mujeres y modificaron el acto de institución. Este es el tema de la próxima entrega de esta serie.

Este artículo se basa en la obra estándar actual “The Lord’s Work: A History of the Catholic Apostolic Church” (La Obra del Señor: Historia de la Iglesia Católica Apostólica) del Dr. Tim Grass, así como en trabajos en su mayor parte aún no publicados del historiador nuevoapostólico Dr. Manfred Henke. Foto: Extracto del libro de actas de las diaconisas de la congregación católica apostólica de Gordon Square, Londres.

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