community , los lectores pudieron leer las conclusiones de la asamblea de Apóstoles de Distrito sobre el tema del hombre y la mujer como imagen de Dios. La segunda parte de esta carta doctrinaria publicada en la nueva community trata de la igualdad de ambos."/>

El ser humano, imagen de Dios

En la última community , los lectores pudieron leer las conclusiones de la asamblea de Apóstoles de Distrito sobre el tema del hombre y la mujer como imagen de Dios. La segunda parte de esta carta doctrinaria publicada en la nueva community trata de la igualdad de ambos.

La carta doctrinaria de la nueva edición de la community trata del hecho de que la mujer y el hombre fueron hechos igualmente a imagen de Dios. Primero se resume brevemente la primera parte de la carta, luego un corto paréntesis muestra que no fue la mujer la única culpable del pecado, sino ambos, así como ambos también recibieron el castigo correspondiente.

La imagen perfecta de Dios

Que el ser humano sea la imagen de Dios no significa que a partir del ser humano se pueda deducir cómo es Dios. Hay una diferencia cualitativa infinita entre Dios y el ser humano. Pero hay alguien cuya imagen de Dios es perfecta: Jesucristo. Él es el parámetro de cómo debe realizarse la semejanza con Dios.

En Romanos 5:12-15, se contrasta a Adán, como primer hombre, con Jesucristo. Adán representa el pecado, el castigo y la muerte, y Jesús la justicia, la gracia y el amor.

Jesús ha resucitado y tampoco los seres humanos tienen que ser perecederos como Adán. Todos los que pertenecen a Cristo recibirán, como Él, un cuerpo de resurrección y alcanzarán la comunión perfecta con Dios.

La imagen de Dios en la historia

En el transcurso de la historia, el hombre logra, en diversos grados, realizar su semejanza con Dios.

  • En la prehistoria, el hombre pertenece a la creación perfecta de Dios y es, por lo tanto, en su estado original, una imagen real e intacta de Dios.
  • Tras la caída en el pecado, el hombre ya no puede ser la imagen perfecta de Dios. El pecado lo torna deficiente.
  • El ser humano creyente se esfuerza por ser cada vez más semejante a Jesús. Con el cuerpo de resurrección de la nueva creación en el futuro, la imagen de Dios alcanzará su perfecta realización. Por cierto, el sexo biológico ya no tendrá importancia (cf. Marcos 12:25).

La imagen de Dios en la comunión

Dios nunca está solo. Está formado por tres personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta imagen también se refleja en los seres humanos.

  • Dios es comunicativo creando la realidad mediante el lenguaje y dirigiéndose a su creación. Cuando Dios se dirige al ser humano con el “tú”, el ser humano llega a ser el “yo”.
  • El ser humano está concebido para la comunión humana. El hecho de que Dios le proporcione una “ayuda idónea para él” (Génesis 2:18) no significa que la mujer le deba quitar trabajo al hombre. Significa que el ser humano –independientemente del género– solo puede ser él mismo si tiene un homólogo.
  • Esta comunión, para la que el ser humano ha sido creado, se aplica a la comunión de los seres humanos en general. Por eso se forman asociaciones, familias, clanes, tribus, pueblos y sociedades, que se caracterizan por el encuentro y la comunicación.

La imagen de Dios en el señorío

Tanto la mujer como el hombre han recibido de Dios cualidades emocionales e intelectuales que les permiten llevar a cabo el encargo divino de señorear sobre la creación y representar a Dios en ella. Según el Catecismo , este señorío no debe ser arbitrario.

La mujer y el hombre han recibido el mismo encargo de señorear. La creación solo puede ser preservada y formada por ambos conjuntamente.

Esta preservación y formación se producen tanto a pequeña escala –en el matrimonio y la vida familiar– como a gran escala, cuando mujeres y hombres asumen responsabilidades en el Estado, la Iglesia y la sociedad. Forma parte del encargo de la creación y del mandamiento de amar al prójimo que la mujer y el hombre asuman la misma responsabilidad en la creación.


Foto: C. Schüßler - stock.adobe.com

Información del artículo

Autor:
Fecha:
Palabras claves: