2021: El ministerio, la mujer y la Biblia

Después del “qué”, todo gira en torno al “quién”. Profundizar en la interpretación de ministerio también ocupó un lugar destacado en la agenda 2021. Se dieron las primeras respuestas y, sobre todo, una hoja de ruta detallada.

Desde 2014 se está trabajando en la formulación general de la interpretación de ministerio. Los resultados obtenidos hasta ahora van desde la fundamentación teológica basada en la doctrina de las dos naturalezas hasta la concentración en la estructura ministerial de tres niveles a partir de Pentecostés 2019.

Tras las respuestas al “qué” vienen las preguntas sobre el “quién”. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider ya lo había dejado claro en el Día Internacional de la Iglesia 2014. Un enfoque al estilo de: “No tenemos suficientes hombres, por lo tanto, deberán predicar las mujeres” no es un buen punto de partida. Sin embargo, también se trata de cuestiones como: ¿Qué acepta la comunidad?

Mujeres y hombres en igualdad de condiciones

El máximo dirigente de la Iglesia explicó en su entrevista anual 2021 cómo se llevan a cabo estas deliberaciones. En las mismas, el proceso de toma de decisiones se guía por los interrogantes fundamentales: ¿Qué dice Dios? ¿Qué dice la Biblia? ¿Qué dice la Iglesia? ¿Qué dice la cultura regional?

La primera pregunta –sobre la voluntad de Dios– ya ha sido respondida basándose en los relatos bíblicos de la creación. La asamblea de Apóstoles de Distrito deliberó sobre esto en noviembre de 2020 y publicó la carta doctrinaria sobre el tema “El hombre y la mujer como imagen de Dios” a partir de marzo de 2021. Sus afirmaciones centrales:

  • El hombre y la mujer son igualmente imagen de Dios. Son igualmente necesarios el uno para el otro y son de la misma naturaleza y dignidad.
  • El hombre y la mujer son igualmente llamados a preservar y dar forma a la creación. Dios no les ha asignado diferentes ámbitos de señorío o de influencia.
  • La interpretación de los roles del hombre y la mujer es diferente, pues refleja, entre otras cosas, los desarrollos sociales y políticos de la sociedad humana.

El contenido tiene prioridad sobre el autor

Sobre el segundo interrogante –según sigue diciendo la Biblia– se está trabajando doblemente: ¿Qué motivó a Jesús a llamar solo a hombres para el apostolado? ¿Y cómo habla la Iglesia primitiva de esto, por ejemplo, en las epístolas pastorales del Nuevo Testamento?

También en este contexto, la Iglesia Nueva Apostólica emitió en noviembre de 2021 una declaración de posición como directriz para la interpretación de la Biblia, según la cual es el contenido el que confiere a los libros bíblicos su autoridad espiritual y no el nombre del respectivo autor.

La resolución en detalle:

  • “Dios es el verdadero autor de los libros bíblicos. La autoridad de las escrituras bíblicas se basa en su inspiración divina y no depende de los redactores, sean o no Apóstoles y profetas.
  • En este sentido, la constatación exegética de que una escritura procede o no de tal o cual autor no tiene relevancia alguna para la autoridad de esa escritura.
  • La autoridad magisterial del apostolado no sirve para resolver problemas exegéticos individuales. Antes bien, está dada para garantizar la pureza de la doctrina de la Iglesia y su anuncio”.

A su propio tempo

Está claro que los dirigentes de la Iglesia no quieren verse presionados a favor o en contra de una determinada decisión, ni para un lado ni para el otro, por las circunstancias sociales. “La cuestión es demasiado importante como para abordarla de forma precipitada y solo teniendo en cuenta las tendencias sociales”, dijo el Apóstol Mayor en la reciente asamblea de Apóstoles de Distrito. “Vamos a nuestro tempo, decidimos por la Iglesia Nueva Apostólica en su conjunto, no por una parte o por otra”.

Para ello, el director de la Iglesia se refirió a los grandes desarrollos de las últimas décadas: en primer lugar, la apertura de la interpretación de Iglesia bajo el Apóstol Mayor Richard Fehr y el reconocimiento del Bautismo bajo su sucesor Wilhelm Leber. “Se necesitaron años”, resumió el actual titular de este ministerio.

Sin embargo, hay una diferencia decisiva en el proceso actual de toma de decisiones. En su actividad de relaciones públicas, la Iglesia se ha abierto más que nunca. Ahora, los medios de comunicación de la Iglesia pueden acompañar el desarrollo desde el principio y comunicarlo detalladamente a todas las partes interesadas.



Foto: Jakub Krechowicz - stock.adobe.com

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