En foco 9/2022: ¡Mantenerse juntos en unidad!
Un cuerpo, muchos miembros. El Apóstol de Distrito Joseph Ekhuya, de Kenia, se refiere a esta comparación bíblica cuando reflexiona sobre nuestro lema para 2022. Y tiene algunos consejos interesantes para que nuestro mantenernos juntos prospere.
Si pensamos en la Iglesia de Cristo como el cuerpo de Cristo, en el que los creyentes son los miembros que forman el cuerpo y Cristo es la cabeza, el lema de 2022 “Juntos en Cristo” adquiere gran relevancia.
En su epístola a los Romanos, Pablo nos describe como miembros del único cuerpo de Cristo, y sigue diciendo que no todos los miembros tienen la misma función (Romanos 12:4-5). En su carta a los Corintios, repite la misma afirmación diciendo que los miembros de este cuerpo son muchos, pero es un solo cuerpo, así también Cristo (1 Corintios 12:12).
Naturalmente, la misma sangre recorre todo el cuerpo y da vida a los diferentes órganos del mismo. Así también, la Biblia dice que por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres (1 Corintios 12:13-14). Los muertos en Cristo también son miembros de este cuerpo.
El reto para 2022 es, por lo tanto, cómo podemos mantenernos juntos en este cuerpo tal y como desea nuestra cabeza, que es Jesucristo. Vale la pena considerar algunas sugerencias:
- Cambiar nuestra mentalidad. En lugar de poner más énfasis en la jerarquía (el más grande y el más pequeño entre nosotros), deberíamos poner más énfasis en las funciones de cada miembro del cuerpo de Cristo.
- Aprovechar los dones que el Espíritu Santo nos ha proporcionado para el beneficio de todo el cuerpo. Nos necesitamos unos a otros en el cuerpo. Nadie es inútil.
- Si un miembro sufre, todos nos involucramos para consolar y ayudar tanto como podemos; y cuando un miembro se alegra, también nos alegramos con él.
- Intentamos, en la medida de lo posible, superar nuestras barreras lingüísticas y culturales utilizando intérpretes e intermediarios y permaneciendo abiertos a nuevos conocimientos.
- Peleamos nuestras batallas contra el pecado junto con Cristo utilizando sus métodos.
- Siempre que es posible, nos reunimos en comunión y partimos el pan juntos. Esto fortalece nuestro vínculo interno, así como nuestro vínculo con nuestra cabeza, Jesucristo.
Si logramos mantenernos juntos hasta el retorno de Jesucristo, seremos recibidos por Él, porque ésta es la voluntad de Dios: que seamos uno ya hoy. Nuestra unidad se perfeccionará en el reino de Dios cuando estemos con Cristo y lo veamos cara a cara.
Hablaremos el mismo idioma, cantaremos el mismo canto y recibiremos un cuerpo que será conforme al cuerpo glorificado de Cristo.