Edificar juntos el nuevo templo

“Todos son necesarios. Y todos pueden contribuir”. Este es el llamamiento del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider para Pentecostés 2022. Pidió que demos señales de la presencia de Dios en la tierra.

“Todos son necesarios. Y todos pueden contribuir”. Este es el llamamiento del Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider para Pentecostés 2022. Pidió que demos señales de la presencia de Dios en la tierra.

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”. Este fue el texto bíblico de 1 Corintios 3:16 para el Servicio Divino de Pentecostés del 5 de junio de 2022 en Buenos Aires. En el marco de su asamblea de mediados de año, también estuvieron presentes todos los Apóstoles de Distrito.

El mismo don, la misma oportunidad

Los dirigentes de la Iglesia representan a todos los miembros del mundo, dejó claro el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. “Me llama la atención lo diferentes que pueden ser los hijos de Dios”, en cuanto a sus condiciones de vida, al tamaño de la Iglesia en su país y al tamaño de las comunidades, así como de sus dones y oportunidades personales.

Pero hay un don que es común a todos: el don del Espíritu Santo. Y a través de este don, todos los creyentes tienen la misma oportunidad de entrar en el reino de Dios, donde será eliminada toda injusticia. Este es el mensaje de Pentecostés. “Y esto es lo que celebramos”.

Señales de la presencia de Dios

Pentecostés, el derramamiento del Espíritu Santo, es considerado el cumpleaños de la Iglesia de Cristo. Esta Iglesia es lo que el Apóstol Pablo llama el templo del nuevo pacto. El templo era la señal de la presencia de Dios. Los judíos acudían allí para encontrarse con Dios, dar gracias y pedir ayuda y perdón.

En el nuevo templo, los creyentes experimentaban el encuentro en el Servicio Divino. El agradecimiento y la alabanza se expresaban en la oración, la música y las ofrendas, así como haciendo el bien al prójimo. Al fin y al cabo, Jesús dijo: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis”.

En el nuevo templo, la comunidad ora los unos por los otros. La petición de ayuda con intenciones más nobles es: “Líbranos del mal”. La petición “perdónanos nuestras deudas” ya no va acompañada de un sacrificio. Porque el sacrificio lo hizo Jesucristo, una vez y para siempre.

En el corazón y activo

El templo debe ser una señal de que Dios vive en medio de su pueblo. Esto también se aplica al nuevo templo: cada creyente debe demostrar que Dios está presente en la tierra. ¿Cómo? Dejándolo morar en el propio corazón y esforzándose por agradar a Dios y no por coleccionar “likes” de los demás.

Pero no basta con que Dios esté allí, también debe estar activo. Este pensamiento no es nada nuevo. Sin embargo, “la historia no me interesa”, dijo el Apóstol Mayor. “¿Me interesa mi propio desarrollo espiritual?”. Y aquí cada uno debe responder a la pregunta por sí mismo: “¿He cambiado?”.

Todos pueden colaborar en la edificación

Pero, sobre todo, se trata de colaborar en la edificación del nuevo templo. Por muy diferentes que sean los dones de los creyentes, una cosa es cierta: “Todos son necesarios. Y todos pueden colaborar en algo”.

No obstante, esto no funciona de forma humana. Porque entonces todos tratarían de acomodarse para no tener que cambiar sus opiniones y hábitos. “Eso llevaría al caos”.

El plan de Dios es decisivo, conforme al Evangelio de Jesucristo y a la enseñanza de los Apóstoles, así como los describe la Biblia. Las Sagradas Escrituras pueden ser utilizadas para justificar todo tipo de cosas. Sin embargo, es importante leer la Biblia a la luz del Espíritu Santo. Los que lo hacen se inspiran en el amor, en el amor a Dios y a los seres humanos.

Una obra hasta el final

El nuevo templo todavía es una obra en construcción, la Iglesia visible de Cristo está lejos de ser perfecta. “A no preocuparse por eso, todavía se está construyendo”. Lo que cuenta no es el número de errores, sino cómo se resuelven. “Con la ayuda de Dios, podemos afrontarlo”.

El nuevo templo solo se completará finalmente en la nueva creación. “No tenemos que esperar tanto”, dijo el Apóstol Mayor refiriéndose al día del Señor. Incluso en el retorno de Cristo, la comunidad nupcial seguirá siendo imperfecta, pero Dios dará su gracia.


Foto: INA Sud América

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