Sufrir por amor

Jesús es el buen Pastor: conoce a su rebaño, lo apacienta y lo cuida y, finalmente, da la vida por él. Los Servicios Divinos de marzo ofrecen un recorrido algo distinto por el tiempo de pasión que acaba de comenzar.

“También tengo otras ovejas que no son de este redil”. Con estas palabras de Juan 10:16 comienza el mes. El Pastor se llama Jesucristo, el rebaño es su Iglesia, la Iglesia de Cristo. Él llama a todos los seres humanos a seguirlo, independientemente de su origen o condición. Tampoco hace distinción entre vivos y muertos.

Así, los “rediles” pueden entenderse como una imagen de los diferentes ámbitos espirituales, en los cuales se encuentran los seres humanos aquí en esta tierra y en el más allá, más o menos cerca o lejos de Dios. Lo que se necesita para entrar como parte del rebaño en el único redil de la patria, es el tema que trata el Servicio Divino en ayuda para los difuntos del primer domingo de marzo.

Preguntas que disturban

Las decepciones pueden debilitar y dañar la fe. ¿Por qué Jesús, por fin, no viene otra vez? ¿Por qué mi fe no mejora mis condiciones de vida? ¿Por qué tengo que disgustarme con el dirigente de mi comunidad? Preguntas como éstas no son nuevas, ya disturbaban a la primitiva comunidad cristiana de los “hebreos”.

La epístola del mismo nombre dirigida a este grupo judeocristiano se les opone con todas sus fuerzas. En Hebreos 4:14-15 se habla del “sumo sacerdote” que sufre con los seres humanos y se compadece de ellos porque Él mismo ya ha pasado por todas esas circunstancias: Jesucristo gritó, lloró y suplicó por la salvación. Él sabe lo que necesitan los seres humanos. De eso trata el segundo domingo de marzo.

Mensaje contra el mal

Una semana después, se explora el poder de Jesucristo sobre el mal. ¿El mal? ¿Hasta qué punto es real? Muchas personas se han acostumbrado a no sufrir desgracias. Cuando se menciona el mal, lo ven como fatalidad y pesimismo para atraer a la gente a la Iglesia. Sin embargo, cuando un día son confrontados personalmente con el mal, es para ellos un duro despertar.

Los que son realistas saben lo que quiere decir cuando Gálatas 1:3-4 habla del “siglo malo”: que las personas están expuestas a la separación de Dios y que no pueden librarse del poder del mal por sus propias fuerzas. Pero alguien puede hacerlo: un mensaje que vale la pena transmitir.

Llamando a la mesa

“Jehová es mi pastor”. Salmos 23 es uno de los pasajes más famosos de la Sagrada Escritura. Y en el versículo 5 encontramos la frase: “Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores”. Puesto que para los cristianos Jesús es el “centro de la Escritura”, esta frase puede ser entendida también como una referencia a la Santa Cena.

Pero, ¿quién es entonces el enemigo, el angustiador? ¿Qué significa este “en presencia”? ¿Y quién está invitado a esta cena? El cuarto domingo de marzo ofrece respuestas y, al hacerlo, recuerda cómo Jesucristo instituyó la Santa Cena y lo que esto significa para sus discípulos hasta el día de hoy.


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Andreas Rother
27.02.2023
servicio Divino