Todo en la mano de Dios

En tiempos difíciles, el salmista escribió que encomendaba su espíritu en la mano de Dios. El Apóstol Mayor demostró en un Servicio Divino que esto sigue siendo válido hoy en día. Y no solo el espíritu puede encomendarse en la mano de Dios.

Alrededor de dos meses después del fuerte terremoto de Turquía y Siria, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider visitó a los hermanos en la fe en Estambul (Turquía). “Me conmovieron profundamente las historias, pero especialmente la dignidad y la fe de nuestros hermanos y hermanas”, informó el máximo dirigente de la Iglesia en su circular a los Apóstoles. Al Servicio Divino del atardecer del 3 de abril en la iglesia de Estambul asistieron creyentes de toda Turquía, Egipto y el Líbano.

“En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad”. Esta palabra bíblica de Salmos 31:5 fue la base del Servicio Divino. “Es la palabra de un salmista que tuvo que enfrentarse a dificultades y pruebas”, explicó el Apóstol Mayor. “Tenía enemigos que querían matarlo y la vida era muy difícil para él. Sin embargo, él expresa su confianza”. El devoto judío sabía que Dios había liberado al pueblo de Israel de Egipto y ya había experimentado la ayuda de Dios en su propia vida. Y por eso estaba convencido: “Dios no me dejará, Él me ayudará”.

Encomendar el espíritu en la mano de Dios

“En el sentido moderno, el espíritu nos ayuda a entender”, explicó el Apóstol Mayor Schneider. “Como seres humanos tenemos un problema: nuestro espíritu, nuestra mente no nos permite enntender a Dios”.

“Tenemos nuestro conocimiento de Dios, tenemos nuestras experiencias con nuestro Dios, pero simplemente no somos capaces de captar la imagen completa de Dios y nunca entenderemos a Dios”. Pero aún así, se puede decir con confianza: “No sabemos mucho, pero confiamos en Dios, creemos que es fiel, que es la verdad, que es amor”.

Encomendar la vida en la mano de Dios

“Cuando el salmista hablaba de su espíritu, también se refería a su vida”, explicó el Apóstol Mayor. “Creemos que Dios nos ha dicho que nos ama y que quiere llevarnos a su reino. Quiere liberarnos del mal y de la muerte, y llevarnos a su reino, donde hay paz y vida eterna. Así que hemos decidido seguirlo. En sentido figurado, caminamos de la mano de Dios”. Decidirnos por Dios significa:

  • “Creemos que Él es el Todopoderoso. Su mano puede salvarnos”.
  • “Él quiere llevarnos a su reino y perfeccionará la obra que ha comenzado en nosotros. Nada puede impedírselo”.
  • “No permitirá que seamos tentados más de lo que podamos resistir”.

Encomendar el alma en la mano de Dios

Encomendar el alma en la mano de Dios es necesario para entrar en su reino. “O, para usar la imagen del Antiguo Testamento, decimos a Dios: ‘Nosotros somos el barro y tú eres el alfarero. Enséñanos, santifícanos y moldéanos a la imagen de Jesucristo’”, dijo el Apóstol Mayor. “Para ello, Dios utiliza su palabra y también utiliza nuestra vida, nuestras experiencias de vida”. Incluso las cosas malas que nos suceden pueden ayudar a nuestro bien.

Herramientas en la mano de Dios

“En el pasado, los profetas solían decir: ‘La mano de Dios vino sobre mí’ para expresar que habían sido llamados por Dios para cumplir una misión”, dijo el Apóstol Mayor, señalando otro significado del versículo bíblico. “Sabemos que habiendo nacido de nuevo de agua y del Espíritu, somos llamados, elegidos y enviados para cumplir una misión especial. Somos enviados a ser testigos de Cristo en nuestra vida. Somos llamados y enviados a hacer el bien a nuestro prójimo”. Y pidió a los creyentes: “Encomendémonos en la mano de Dios y seamos conscientes de que pase lo que pase –en días buenos y en días malos, seamos jóvenes o viejos, fuertes o débiles– somos llamados y somos enviados, a cumplir una misión”.

El tiempo en la mano de Dios

El salmo también significa que Dios decide sobre la vida. “El tiempo que tenemos para prepararnos para el retorno de Cristo no depende de nosotros. En realidad, nuestro tiempo está en la mano de Dios. Él decidirá cuándo Jesús vendrá nuevamente”, dijo el Apóstol Mayor, admitiendo: “No tengo ni idea de cuánto tardará”. Por lo tanto, “Él quiere que hagamos ahora mismo lo que nos dice que hagamos”. Y “hagamos ahora lo que Él quiere que hagamos”.

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Katrin Löwen
07.06.2023
Turquía, apóstol mayor, servicio Divino