Alegría en el encuentro con Dios

Los Servicios Divinos de julio se centran en los lugares de alegría y salvación. Tanto si las almas están en el más allá como en este mundo, Dios les brinda lugares de refugio y gozo.

El tema “Lugares de revelación divina” será la base de los dos Servicios Divinos que seguirán al Servicio Divino en ayuda para los difuntos del 2 de julio. El contenido del Evangelio es la cercanía del reino de Dios y la salvación en Jesucristo. Este alegre mensaje es motivo de gran alegría y será el tema de los Servicios Divinos del cuarto y quinto domingo.

La confianza en Dios conduce a la vida eterna

El primer domingo de julio se dedica tradicionalmente a los difuntos. La palabra de Nahum 1:7 en la que se basa este Servicio Divino lo deja claro: Dios es una fortaleza, es decir, un lugar seguro, para todos aquellos que en su angustia confían en Él. Los mismos principios se aplican tanto a los difuntos como a los que viven.

Aquí está la casa de Dios

Jacob huía tras traicionar a su hermano. En un lugar lejano, lejos de su familia y de su hogar, encontró a Dios. A través de su intenso encuentro con Dios, este lugar se convirtió para Jacob en un lugar santo. Se convirtió para él en un lugar de adoración a Dios, de presencia de Dios y un lugar donde Jacob prometió fidelidad a Dios y le llevó ofrendas.

Dios también ha preparado hoy un lugar de encuentro. ¿Hasta qué punto este lugar es santo para los creyentes? ¿Y cómo puede convertirse también en un lugar de salvación para muchas personas sin hogar?

Es bueno que estemos aquí

“Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas”, sugirió Pedro a Jesús en el Monte de la Transfiguración (de Lucas 9:33). En la transfiguración de Jesús, su divinidad se hizo visible durante un breve instante para los presentes. Al igual que en su Bautismo, una voz hizo referencia a Jesús como el Hijo de Dios. Emocionado por este acontecimiento, Pedro prefirió no abandonar el lugar de la transfiguración.

Este acontecimiento es el contenido del Servicio Divino del tercer domingo. Allí donde Dios se hace visible y puede ser experimentado, hay un lugar de bienestar y de paz. Cristo quiere transfigurarse en el ser del creyente y que el prójimo lo pueda vivir y experimentar a través de ello.

Los mensajeros de la alegría cruzan montes

El texto bíblico que es el tema del cuarto domingo se refiere a que “los pies del que trae alegres nuevas” deben cruzar montes (de Isaías 52:7). Anuncian la paz y la salvación, y predican el bien.

Pero no solo los portadores de ministerio tienen que cruzar montes personales, sino que a todo creyente algunas situaciones pueden parecerle un monte insuperable. Ya se trate de montes de plazos y obligaciones, o de montes insuperables de incomprensión y diferencias, una cosa es cierta: el mensaje que hay que llevar más allá de esos montes es que todos los seres humanos pueden tener comunión con Dios.

Todo el que lleva este mensaje se convierte en mensajero de la alegría.

Experimentar y compartir el gozo

“La alegría compartida es doble alegría” dice un proverbio. Con la parábola de la moneda perdida, el último domingo de julio se pone de manifiesto que algo que se había perdido se puede volver a encontrar y generar una gran alegría. Cuántas veces alguien renunció a algo que estaba perdido y se resignó a la pérdida. Jesús fue enviado a buscar lo que se había perdido y por eso también va tras los que ya han sido dados por perdidos. Dios también puede ser encontrado por todo aquel que lo busque.

Quien encuentra a Dios en su vida experimenta un gran gozo y debe convertirse en mensajero de la alegría compartiéndola con los demás.


Foto: natali_mis - stock.adobe.de

Información del artículo

Autor:
Fecha:
Palabras claves:

Simon Heiniger
29.06.2023
servicio Divino