Diluvio y Bautismo: qué tienen que ver las viejas historias con el nuevo pacto

Dios hace llover. Salva a Noé y a su familia por medio del arca. Y al final, hace una promesa. Esta fue la base del Servicio Divino oficiado por el Apóstol Mayor, que se centró en el agradecimiento por esta promesa.

Para el Servicio Divino del 1° de octubre de 2023 en Augsburgo (Alemania), el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider eligió como base la palabra de Génesis 8:22, aun siendo consciente de la controversia que puede desencadenar la historia del diluvio: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche”. Algunos toman el diluvio al pie de la letra, otros lo ven como una metáfora y otros señalan que la historia es una antigua leyenda que ha sido adoptada. El encargo del apostolado es transmitir el mensaje que contiene, dejó claro el Apóstol Mayor. “¿Qué quiere decirme el amado Dios con esto?”.

El mensaje sigue siendo válido hoy

Con la historia del diluvio, Dios quiere transmitir en forma inequívoca:

  • “Cuidado, el pecado lleva a la muerte. El pecado te separa de Dios”.
  • “Dios ama al ser humano y quiere salvarlo, y salvará a los justos”. Los justos son los que creen en la palabra de Dios y la viven.
  • El tercer punto es la promesa que Dios ha hecho a la humanidad, que el Apóstol Mayor había elegido como texto bíblico.

El pacto de Dios con Noé

Esta promesa sigue siendo válida en la actualidad y el texto bíblico subraya que:

  • Dios cuida: “Él es el Dador de todas las cosas. Los seres humanos no pueden hacerlo por sí solos. Necesitan a Dios y solo pueden obtenerlo de Dios”.
  • Dios es misericordioso: “Dios muestra su gracia. Sabe muy bien que los seres humanos son pecadores y siempre pecarán. Pero –como dice en el Nuevo Testamento– hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos”.
  • Dios es fiel: “Nunca habrá un día en que Dios diga: ‘Ya he tenido bastante, se acabó, los seres humanos no deben tener nada más’. Dios se ocupará de que puedan vivir hasta el final. Él preserva su creación y cuida de ella”.

Tomar conciencia de ello produce agradecimiento. “Damos gracias al Creador por su creación, por sus cuidados y por su fidelidad. El agradecimiento se expresa

  • reconociendo sus buenas acciones: “Reconocemos al Dador y somos conscientes de que todo se lo debemos a Dios".
  • trayendo nuestras ofrendas: “Es una forma muy concreta de dar gracias a Dios. A Él no le interesa el dinero, por supuesto; no tiene cuenta bancaria, no la necesita. Pero a través de nuestra disposición a traer la ofrenda, expresamos sencillamente que confiamos en el Dador. Lo que Él me dé será suficiente”.
  • mediante el uso responsable de sus dádivas: “Cómo tratamos la creación, cómo tratamos nuestra vida, cómo tratamos a nuestra familia... eso también es una expresión de nuestro agradecimiento”.
  • compartiendo: “Compartamos, ayudémonos unos a otros”.
  • reconociendo que el amor a Dios no depende de sus dádivas: “Dios da, seamos buenos o malos. Podemos expresar agradecimiento si organizamos nuestra relación con Él de tal manera que sea completamente independiente de nuestro bienestar. No importa cuánto tengamos, ni cómo nos vaya, nuestra relación con Dios sigue siendo la misma”.

El nuevo pacto

Por medio de Jesucristo, Dios ha establecido un nuevo pacto con la humanidad. “El pecador está separado de Dios y Dios quiere asegurarse de que se salve del pecado”, dijo el Apóstol Mayor. “En el nuevo pacto, Dios salvará a aquellos que crean en Jesús y lo sigan. Así como Dios habló a Noé en aquel entonces, Dios nos habla a nosotros a través de Jesucristo”. El Apóstol Mayor subrayó los paralelismos entre el diluvio y el nuevo pacto: “En el Nuevo Testamento, el diluvio se presenta como modelo para el Bautismo. Esto significa que el pecado es superado y se crea un hombre nuevo que se salva, al igual que Noé y su familia. Y el arca es un símbolo de la Iglesia de Cristo: dada por Dios, instituida por Jesucristo, pero los seres humanos tienen que participar en ella, de lo contrario no servirá”.

Dios también muestra su cuidado, su gracia y su fidelidad en el nuevo pacto:

  • “La salvación es una dádiva de Dios. No la podemos ganar. Ningún ser humano puede lograr su salvación. Esta es la dádiva del cuidado”.
  • “Él da su gracia, da su salvación a todos incondicionalmente. Él no mira: ¿es un pecador malo o una persona piadosa? Ofrece la salvación a todos. Todos pueden ser bienaventurados, incluso el peor pecador, porque el amor de Dios es incondicional”.
  • “Su salvación estará también en el reino de paz. El ofrecimiento de salvación permanece hasta el fin. Esta es la fidelidad de Dios hasta el final”.

El agradecimiento por todo esto se le puede expresar a Jesús

  • permaneciendo humildes: “Él es el Dador. Él nos salva. Nosotros no nos lo ganamos”.
  • estando dispuestos a renunciar: “Renunciamos a lo que no agrada a Dios”.
  • apreciando sus dádivas: “Tengamos cuidado de cómo usamos la gracia”.
  • apoyándonos unos a otros: “Cada vez es más importante en nuestro tiempo que nos confortemos unos a otros, que nos ayudemos unos a otros, que nos apoyemos unos a otros en nuestra fe y facilitemos a nuestro prójimo seguir a Jesucristo”.
  • esperando con paciencia “hasta que cumpla su promesa, hasta que haga lo que ha anunciado, sabiendo que Dios es la verdad, es fiel. Lo que ha dicho, lo hará”.

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