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El plan de aprendizaje para alabar a Dios

enero 28, 2015

Autor: Andreas Rother

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Alabar y glorificar a Dios también forman parte de la “alegría en Cristo”. Pero, ¿cómo llegamos a este punto? Para ello, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider ha trazado una guía de cuatro puntos centrales. He aquí un extracto del Servicio Divino.

Una comunidad pequeña, pero especial fue a la que sirvió el Apóstol Mayor Schneider el 16 de enero de 2015 en Dubái, uno de los Emiratos Árabes Unidos. En Jebel Ali se habían reunido aproximadamente 230 hermanos y hermanas en la fe de las más diversas nacionalidades, en un edificio de iglesia que comparten docenas de confesiones. El Servicio Divino había sido colocado bajo la cita bíblica de Isaías 43:21: “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará”.

El Apóstol Mayor expresó que Dios escogió a su actual pueblo igual que al pueblo de Israel para difundir su gloria, para alabarlo. Pero no sólo se trata de que el pueblo mismo dé testimonio, reseñó remitiendo a Salmos 126: “Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros”, sino que también “Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos”.

Para alcanzar esta meta, en la antigüedad igual que hoy, fue necesaria una formación espiritual. Dios nos enseña a reconocer:

  • su obrar;

  • su voluntad;

  • su gracia;

  • su fidelidad.

El obrar de Dios se experimenta en su ayuda, en su conducción y protección. “Dios siempre está dispuesto a ayudar. ¡Y realmente nos ayuda!”, destacó el Apóstol Mayor Schneider. Para dar a conocer su voluntad, Dios ha dado su ley: “Si cumplimos esta ley, entonces podremos experimentar la bendición de Dios”. Ser obedientes por temor a sufrir un castigo es el camino equivocado, agregó. Antes bien, se trata de seguir al Señor para experimentar su bendición.

La gracia de Dios se manifiesta en su reacción a la desobediencia del hombre. Y expresó a continuación: “El perdonó varias veces al pueblo de Israel y nosotros experimentamos la gracia de Cristo en cada Servicio Divino”. Luego el Apóstol Mayor Schneider recordó la fidelidad divina y dijo al respecto que a pesar de todas nuestras debilidades, Él no nos abandona, sino que nos sigue conduciendo a su reino celestial.

Quien se atenga a este proceso de aprendizaje, tendrá muchas posibilidades de alabar, de anunciar la gloria de Dios. Y el Apóstol Mayor Schneider comenzó a enunciar cómo:

  • Con agradecimiento, porque hemos experimentado su ayuda, su gracia y su bendición, porque también somos conscientes de la importancia de su promesa.

  • Con obediencia: si mostramos agradecimiento y, a pesar de ello, seguimos colocando en primer lugar la propia voluntad, “algo no funciona”.

  • Con confianza: “Aunque una situación determinada parezca no tener esperanza, conservemos la confianza. Porque no olvidemos que grandes cosas ha hecho con nosotros”.

  • Con unidad: juntos, unánimes como un pueblo de Dios, por encima de todas las diferencias de edad, estado y cultura.

Al finalizar este camino de aprendizaje, la alabanza de Dios no cesará, explicó el Apóstol Mayor: continuará en el nuevo cántico de la novia del Señor tras la venida de Cristo, al anunciar la gloria divina en el reino de paz como reyes y sacerdotes, y en la nueva creación, junto con todos aquellos que fueron redimidos. Para finalizar puntualizó lo siguiente: “¡Esto es celestial! ¡Este es tu futuro y el mío! Para él somos preparados”.

enero 28, 2015

Autor: Andreas Rother

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