¿Tenéis Apóstoles vivientes? ¿Cómo podéis estar seguros? Es el Apóstol Mayor mismo, el que plantea estas preguntas. La explicación decisiva la brinda una carta. Respuestas de un Servicio Divino apasionante.
¿Qué define al apostolado? De esto se ocupa el Apóstol Pablo en sus epístolas a la Iglesia de Corinto. De este contexto proviene el texto bíblico tomado para el Servicio Divino del 6 de abril de 2016 en Pucallpa (Perú): «Siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón» (2 Corintios 3:3).
La eficiencia es la prueba
«¿Por qué decís que tenéis Apóstoles vivientes? ¿Lo podéis demostrar? ¿Cómo podéis asegurar que son verdaderos Apóstoles?». Estas preguntas fueron citadas por el Apóstol Mayor al comienzo de su prédica. «La Iglesia, la comunidad, los hijos de Dios». Esta «es la prueba de que hay Apóstoles activos».
La función de los Apóstoles es clara: «Anunciar el Evangelio de Jesucristo». Y esto significa: Dios quiere ayudar a todos los hombres, por amor, a través de su gracia. «Este es el Dios del que nos enseñan los Apóstoles». De todas formas, la doctrina debe desplegar su eficiencia.
«¿Y cómo podemos evaluar la eficiencia del ministerio de Apóstol?». Al respecto la prédica mencionó tres posibilidades, siempre en vista de la comunión de los fieles.
Regla 1: El amor como la única motivación
«¿Por qué seguimos a Jesús?», preguntó: ¿por miedo al castigo si somos desobedientes? ¿O por el deseo de lograr una ventaja con la bendición divina? «Este sería un estado de reconocimiento muy bajo», acentuó el Apóstol Mayor.
En su lugar, lo que vale es: «Seguimos a Cristo por amor. Hemos experimentado su amor. Y por eso lo amamos». Si la comunidad entendió el amor de Jesús, en esto se reconoce que los Apóstoles son verdaderos Apóstoles.
Regla 2: Crecer en la naturaleza de Jesús
Ahora se podría decir: «Esto no funciona. No sois como Jesús». «Lo sé», dijo el Apóstol Mayor: «Yo me conozco. Sé lo imperfecto que soy». Pero no se trata tanto del estado actual, sino del desarrollo alcanzado: «No pretendemos ser perfectos. Pero queremos cambiar. Queremos llegar a ser como Jesucristo».
El apostolado ayuda a desarrollar la vida divina en el hombre por medio de la dispensación del don del Espíritu Santo y la Santa Cena. Como piedras de toque podrían servir algunas preguntas sencillas: «¿Amo más este año que en años anteriores? ¿Cómo reacciono cuando se me ofende? ¿Necesito más o menos tiempo para perdonar una ofensa? «.
Regla 3: Preparación para el retorno
«Si el apostolado es realmente eficiente, se lo debería poder reconocer en la comunidad». Esto también es válido para la tarea de los Apóstoles de anunciar el retorno de Jesucristo y preparar a los creyentes para ese día. Oír «el Señor viene pronto» es «un consuelo para nosotros, una fuente de alegría, de fortaleza y de victoria. Y quedamos fieles aun cuando en nuestra vida las cosas nos van mal».
«La doctrina de los Apóstoles también nos dice que debemos cumplir una misión», dijo el Apóstol Mayor Schneider haciendo referencia a la tarea que tendremos que cumplir en el reino de paz: acercar el Evangelio a todos los hombres de todos los tiempos. «Esta vocación la ejercitamos ya hoy», acentuó: «A veces pensamos que nuestro prójimo es muy extraño, que es una persona especial o incluso que es muy complicado. Pero sabemos: sí, tengo que aprender a llevar a esta persona hacia Jesús».
La conclusión: «Creemos en los verdaderos Apóstoles de Cristo». Lo confiesa el que por amor a Cristo pone por obra el Evangelio, el que se esfuerza por ser cada vez más semejante a Jesús y el que se prepara para la tarea que tendrá que cumplir en el reino de paz.