Desechar y saborear

Abstenerse si no es saludable, servirse si es bueno para uno... Lo que ha probado su eficacia en la vida cotidiana también parece ser razonable espiritualmente. Pensamientos del Apóstol Mayor Schneider sobre el rechazo y la aceptación.

El domingo 22 de noviembre el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el Servicio Divino en Esch-sur-Alzette (Luxemburgo). El encuentro fue transmitido al Gran Ducado y a Bélgica. Los hermanos de Francia, donde las iglesias están actualmente cerradas debido a la pandemia del coronavirus, también pudieron seguir el Servicio Divino a través de Internet.

El Apóstol Mayor basó su prédica en las palabras de 1 Pedro 2:2-3: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”.

El autor de la epístola de Pedro es desconocido, dijo el Apóstol Mayor a modo de introducción. Pero es indiscutible que la epístola fue dirigida a una comunidad cristiana que ya experimentaba persecución: el Imperio Romano consideraba a los cristianos como súbditos infieles y los perseguía. La epístola estaba destinada a consolar, fortalecer y señalar a la comunidad lo esencial.

Dios da vida espiritual

Los cristianos llevan en ellos una vida nueva y eterna, así lo confirma el autor de la carta y así también se instruye a los creyentes de hoy: “Nosotros también hemos recibido esta vida eterna. Y ahora se nos aconseja que conservemos, que alimentemos esta vida eterna”.

Los creyentes desechan lo que es perjudicial

“Si queremos que siga existiendo la vida eterna para que prevalezca en nosotros, debemos nutrirla y desechar cualquier alimento que le sea perjudicial”, manifestó el dirigente de la Iglesia. En términos muy concretos, esto significa: “Preguntémonos siempre: si sigo este pensamiento, ¿me acerca a Jesús o me aleja de Él?”. Previamente, el Apóstol Mayor mencionó que los creyentes no tienen que escuchar todo lo que llega a sus oídos, no tienen que repetir todo lo que leen en las pantallas y en los periódicos. No todo es verdad y correcto solo porque se haya publicado o 500.000 personas digan que es verdad.

Los creyentes están deseosos por lo que hace bien

El Evangelio de Jesucristo nutre la vida eterna. Y refiriéndose a la imagen comparativa de la leche no adulterada, el Apóstol Mayor Schneider explicó: “Esta leche debe ser pura. Por lo tanto, no debe mezclarse con nada más”. La referencia es siempre el Evangelio. En este contexto, sigue válido: “Respetamos el derecho de cada uno a pensar lo que quiera y a pensar como quiera”. Pero “para ser salvos, debemos creer en Jesucristo. Esto es una condición sine qua non, y no aceptamos que esta doctrina sea diluida”. Esto incluye, dijo, la idea de que Dios en su amor salvará al final a todas las personas. “No creemos en eso. El camino que Jesús señala es el camino del arrepentimiento”. Y eso significa que “si no hay arrepentimiento, si una persona no se arrepiente de sus pecados, si no reconoce a Jesús, si no se vuelve a Jesús, entonces no puede tener gracia y estará bajo el juicio de Dios”.

Dios es benigno

Dios apoya la vida espiritual, dijo el director de la Iglesia.

  • Dios no esclaviza, sino que libera del mal: “Lo único que Dios quiere es la salvación de mi alma. Quiere que me vaya bien”.
  • Dios da consuelo, fuerza y paz: “Cada uno de nosotros puede relatar al menos una experiencia: 'Sí, la palabra de Dios me hizo bien'. No nos lo dijeron, lo experimentamos. Y por eso deseamos la palabra de Dios, porque sabemos por experiencia que nos hace bien”.
  • Dios muestra el camino correcto: “La palabra de Dios nos da la certeza de que estamos a salvo. Y la palabra seguirá vigente, aunque el mundo entero se esté desmoronando”.

Los creyentes quieren crecer en Cristo

En comparación con el Evangelio, el creyente reconoce que todavía tiene deficiencias. “Queremos recibir la palabra de Dios, aceptar la enseñanza, porque queremos crecer”, dijo el máximo dirigente de la Iglesia.

  • Queremos resistir la tentación. “Todavía necesito hacerme más fuerte para poder resistir al maligno”.
  • Queremos ser cada vez más semejantes a Jesucristo: “Porque nos hemos puesto la meta de llegar a ser como el Señor Jesús, necesitamos crecer. Por lo tanto, queremos recibir la palabra de Dios”.
  • Queremos contribuir a la salvación de nuestro prójimo: “Hay tantas personas que están perdidas porque han perdido a Dios”. Es tarea de los cristianos mostrarles el camino de la salvación.

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Oliver Rütten
16.12.2020
Luxemburgo, apóstol mayor, servicio Divino