En foco 13/2021: Comunión en la oración

La pandemia del coronavirus también se ha cobrado muchas vidas en los países del sudeste asiático, confirma el Apóstol de Distrito Edy Isnugroho. Esto a menudo produce miedo y desesperanza. La comunión en la oración y el Servicio Divino ayudan a evitarlo.

En Asia del Sudeste, el número de casos de coronavirus aumenta a pasos agigantados. Especialmente lo están sufriendo las personas de Myanmar. En medio del caos y la violencia, la pandemia se intensifica.

Indonesia es actualmente el epicentro asiático del coronavirus. Cada día mueren unas 1.500 personas y hay decenas de miles de nuevas infecciones. Millones de personas sufren, la pobreza aumenta. La gente está muy preocupada y asustada. Nuestros hermanos y hermanas también lo están.

A pesar del gran desafío, el gobierno indonesio pide a la población que sea optimista. A principios de este mes, el gobierno convocó una oración interreligiosa. El presidente dijo, entre otras cosas, en un discurso en línea: “El gobierno por sí solo no puede vencer esta pandemia. Todos deben luchar juntos. Aparte de los esfuerzos prácticos, también tenemos un reto espiritual porque solo con la ayuda de Dios se puede acabar con la pandemia”. La Iglesia Nueva Apostólica siguió este llamado y convocó a los hermanos a un evento en línea, a una oración conjunta.

Muchas personas se unen para ayudar a otras que sufren. Pero también hay personas que callan por miedo al contagio o que, por el contrario, culpan y condenan a los enfermos.

Aunque las reuniones en las comunidades solo pueden tener lugar de forma esporádica, he observado cuánto anhelan nuestros hermanos y hermanas volver a tener Servicios Divinos normales.

  • Un joven con necesidades especiales viene siempre a limpiar la iglesia y a participar en los Servicios Divinos por vídeo.
  • Algunos hermanos se desplazan en barco hasta una comunidad para seguir allí los Servicios Divinos en línea.
  • Un Primer Pastor (e.d.) que ya ha sido operado ocho veces, sigue asistiendo a los Servicios Divinos asiduamente.
  • Una abuela que se resbaló en el baño de la iglesia y se rompió la cadera, sigue asistiendo a los Servicios Divinos.
  • Un Pastor que padecía una enfermedad pulmonar crónica desde hacía varios años, pidió al Apóstol que lo visitó que orara por él. Más adelante se recuperó y desde entonces ha vuelto a servir con alegría en su comunidad.

Pero hay otros que no asisten a los Servicios Divinos en las comunidades –si es que esto es posible– por miedo al contagio o porque ellos mismos podrían transmitir el virus, o también por otras razones.

El Apóstol Mayor recordó a todos los hermanos que la asistencia regular a los Servicios Divinos es una parte esencial de nuestra preparación para el retorno de Cristo. La ausencia deliberada y regular a los Servicios Divinos –si es que pueden tener lugar– puede tener un efecto perjudicial para nuestra salvación. Los Apóstoles tienen la misión de preparar a la novia del Señor. Esto incluye la preparación del individuo, así como de la comunidad.

Para estar con el Señor eternamente, debemos buscar la comunión con Él ya aquí en la tierra. Esto también significa la comunión con los suyos aquí y ahora en la comunidad, donde aprendemos muchas cosas:

  • a superar nuestras diferencias, a unirnos y trabajar juntos;
  • a perdonar y reconciliarnos unos con otros;
  • a compartir las alegrías y las penas con los demás;
  • a consolarnos mutuamente y tener alegría.

Oremos de todo corazón para que todos podamos volver a tener pronto Servicios Divinos presenciales y una vida normal en las comunidades. Confiamos en que el Dios todopoderoso escuche esta petición. Él completará su Obra y nos preparará un futuro glorioso.


Foto: NAC South-East Asia

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Edy Isnugroho
10.08.2021
lema, Cristo, nuestro futuro