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Dios ayuda incluso cuando hay viento en contra

marzo 17, 2021

Autor: Oliver Rütten

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Dar vueltas en el sitio, simplemente sin poder avanzar… Esto puede ocurrir en muchos momentos de la vida cotidiana. “No te preocupes”, dice el Apóstol Mayor Schneider, explicando cómo Dios ayuda cuando parece que uno no puede salir de donde se encuentra.

Después de alimentar a los cinco mil, al anochecer Jesús subió al monte a orar. Pidió a los discípulos que se adelantaran a Betsaida. Entonces cruzaron en barca el Mar de Galilea. Esta travesía se describe en los versículos sobre los que predicó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en Zofingen (Suiza) el domingo 24 de enero de 2021: “Y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles” (Marcos 6:47-48).

Remar en el lugar…

No había peligro inminente de muerte, como los discípulos habían experimentado anteriormente cuando casi se hundía la barca y se calmó la tempestad, dijo el Apóstol Mayor. Pero “los discípulos remaron durante horas y no avanzaban; ya era media noche”. Y sobre todo, “Jesús no estaba allí, estaba lejos en el monte”.

Sin embargo, Jesús los tenía bajo su mirada: “Percibió la necesidad de los discípulos. Quería animarlos, estar cerca de ellos”, expresó el Apóstol Mayor Schneider. Y este deseo de estar cerca le recordó hechos anteriores (Éxodo 33-34; 1 Reyes 19): “Moisés, y más tarde Elías, estaban totalmente desolados porque todo iba mal. Dios quiso consolarlos y fortalecerlos”. Para ello, pasó por delante de ellos y les dijo algo así como: “No te preocupes. Yo, el Dios todopoderoso, el Dios de la misericordia estoy aquí, estoy muy cerca de ti”.

… y llegar a la meta

Jesús también se reveló en el lago de este modo: “’No os preocupéis, yo estoy aquí para vosotros’. El viento amainó y llegaron a su destino muy rápidamente”.

¿Y qué tiene que ver esto con el presente? El Apóstol Mayor Schneider explicó el paralelismo: “Todos somos enviados por Jesús, a todos nos han sido dados dos encargos. El primero: debemos prepararnos para la venida del Señor, debemos lograr nuestra bienaventuranza. El segundo encargo: debemos servir al Señor en su Iglesia, debemos anunciar su palabra”. Y para llevar a cabo estos encargos, el Apóstol Mayor afirma que “a veces va muy bien, a veces no tan bien”. “El bien que queremos hacer, no lo hacemos, y seguimos haciendo lo que no queríamos hacer. Simplemente no avanzamos en nuestro trabajo de preparación”.

“En esta situación viene el mensaje reconfortante”, dijo el Apóstol Mayor: “El Señor lo sabe. No está sentado allí arriba observándonos. No, Él toma parte en nuestra angustia, quiere ayudarnos, consolarnos”.

Dios ayuda…

¿Y cómo ayuda Dios al creyente? ¿Cómo se puede reconocer el consuelo divino? El Apóstol Mayor Schneider dio cinco ejemplos:

  • En el Servicio Divino: “Dios lo hace especialmente en el Servicio Divino, donde nos muestra: ‘Sé exactamente cómo van las cosas contigo’. Incluso yo lo experimento. ¡Es una gran experiencia!”.
  • En la oración: “Otras veces es una respuesta a una oración en la que nos damos cuenta de que ahora fue Dios el que obró”.
  • A través de los ángeles: “O es un encuentro con un ángel que Él envió. Para eso también nos necesita a nosotros. Seamos siempre sensibles cuando nos dé un impulso así”.
  • En el conocimiento de que “el Hijo de Dios ya estaba en el reino de Dios. ‘Lo he preparado todo, ahora te espero a ti’”.
  • A través del valor divino: “Así Dios puede consolarnos y fortalecernos: ‘Yo soy el Dios todopoderoso, confía en mí y no te rindas’”.

… y los seres humanos no siempre se dan cuenta

Según el Apóstol Mayor, algunas situaciones hacen difícil ver la cercanía de Dios. Puede haber varias razones para ello:

  • Profundamente afectados por las catástrofes/el sufrimiento: “Experimentamos una situación y no tenemos explicación para ella, simplemente no podemos afrontarla”.
  • En la incomprensión: “Se nos ha enseñado que si somos fieles, obedientes, seremos bendecidos. Y ahora las cosas resultan muy diferentes”.
  • Por las imperfecciones de los portadores de ministerio: “Jesucristo no nos sirve Él mismo. Nos envía a sus siervos, que son personas imperfectas. A veces, ellos hacen cosas que realmente no encajan”.
  • Por turbarnos a causa del Evangelio: “Jesús nos enseña a amar al enemigo, a ser perfectos como el Padre que está en los cielos es perfecto. Jesús dice: ‘Anda, vende todo lo que tienes, niégate a ti mismo y sígueme’”.

Pero pase lo que pase, el Apóstol Mayor Schneider señala que “Jesús dice: ‘No lo olvidéis: Soy yo quien lo dice. He dado mi vida por ti. ¡Confía en mí! No quiero castigarte, no quiero hacerte sufrir. Solo quiero salvarte. Si crees en mí, puedo ayudarte y lo conseguirás’”.

marzo 17, 2021

Autor: Oliver Rütten

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