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Retrospectiva 2021: Coronavirus sin fin

diciembre 28, 2021

Autor: Peter Johanning

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Ni siquiera el Servicio Divino de Pentecostés pudo celebrarse como de costumbre. Para el Apóstol Mayor y muchos millones de hermanos en la fe, fue otro período difícil marcado por la pandemia mundial.

“¡Agradeced a Dios!”. Con este alegre canto comenzó el Servicio Divino de Pentecostés 2021. El director de la Iglesia internacional habría querido reunir a todos los Apóstoles de Distrito y Ayudantes Apóstol de Distrito en torno a él. Pero debido a las restricciones por el coronavirus, esta vez solo pudieron llegar a Zúrich, además de los Apóstoles de Distrito europeos, dos Apóstoles de Distrito de fuera de Europa. Muchos países habían sido considerados zonas de alto riesgo, por lo que los Apóstoles de Distrito y sus Ayudantes no pudieron ingresar a Suiza.

¡A pesar de todo esto, el Servicio Divino de Pentecostés se convirtió en una fiesta internacional! “Permitir que nos guíe el poder del Espíritu Santo”, como expresa el Apóstol Pablo en su epístola a los Romanos, fue el tema, que es hasta hoy el principio rector para la Iglesia creyente.

Transmisión y bendición

El ofrecimiento de streaming de los Servicios Divinos nuevoapostólicos es una verdadera bendición. A través de YouTube, satélite, teléfono, emisoras de televisión, IPTV… la Iglesia transmite en todos los canales. El ofrecimiento de Servicios Divinos virtuales se ha ampliado masivamente. Y esto reúne a los creyentes, reconforta e inspira, cada semana.

Obstáculo en el último momento

En el verano europeo, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider quería reanudar su actividad de los viajes, pero desgraciadamente las cosas resultaron ser diferentes. “Tengo los billetes. ¡Ya quiero salir!”. Radiante de alegría y esperanza, tras casi un año y medio de restricciones relacionadas con el coronavirus, en julio tenía la vista puesta en su primer viaje pastoral a países fuera de Europa, pero se vio frustrado por un obstáculo en el último momento. No pudo viajar ni a Zambia ni a la República Democrática del Congo. Más que su propia decepción, le dolió la de las comunidades locales.

Pero el director de la Iglesia se mostró confiado: “Esto es solo un ejemplo. Podría nombrar muchos otros. Realmente hay todavía muchas, muchas decepciones para las que no tenemos respuesta. Sin embargo, creo que Dios me ama. Aferrémonos a esta fe“.

Orar por las víctimas de la pandemia

También en Asia del Sudeste el Covid-19 produjo dolor, pues muchos hermanos y hermanas en la fe y algunos portadores de ministerio fueron víctimas de la pandemia. Con un llamado nacional a la oración, el Apóstol de Distrito Edy Isnugroho quiso transmitir consuelo a los miembros de su Iglesia regional: “Amados hermanos y hermanas, desde la oficina de Yogyakarta, os invito a todos, estéis donde estéis: unamos nuestros corazones y acudamos humildemente ante el Dios todopoderoso, el Padre celestial lleno de amor”, dijo al comienzo del acto, el domingo 18 de julio por la tarde. “Ayudémonos mutuamente, mano a mano, y contribuyamos a la paz. Permanezcamos fieles en nuestra confianza en Dios”, dijo a los hermanos y hermanas en la fe. Se conectaron más de 2.100 lugares de recepción en la gran Iglesia regional.

Pequeños grandes rayos de esperanza

También hay rayos de esperanza, en Camboya por ejemplo. Allí también se desató otra ola de la pandemia. En las llamadas “zonas rojas”, el gobierno ordenó un duro confinamiento. Se cerraron los comercios y las fábricas y se acordonó toda la zona. Estas medidas afectan sobre todo a los que solo tienen lo más necesario.

El Apóstol Sophal Keo, de Phnom Penh, fue testigo de las penurias de sus vecinos. Ayudó en lo que pudo. Se le ocurrió una idea. A través de Facebook, hizo un llamado a sus amigos y conocidos para recoger donaciones. Rápidamente pasaron a la acción y el Apóstol pudo recaudar 3.000 dólares estadounidenses para proporcionar alimentos a más de 350 familias de las zonas rojas de Camboya.

Por desgracia, siempre puede ser peor

Muchos países de todo el mundo se han visto realmente afectados, sobre todo porque muchas otras deficiencias, además del Covid 19, pueden agravar la situación. El Apóstol John Fendt informó sobre la terrible crisis en Venezuela en su “En foco”. Incluso antes de la pandemia, la mayoría de los miembros de la Iglesia habían tenido problemas para alimentar a sus familias. Debido a la hiperinflación, un salario medio mensual, por ejemplo, solo alcanzaba para comprar doce huevos. Entonces estalló la pandemia. La ya débil situación económica se profundizó. Muchos se infectaron. Conseguir ayuda médica era difícil. Sin embargo, los hermanos en la fe de Venezuela luchan por no perder de vista su futuro eterno con Dios. Aún no se han rendido, relató el Ayudante Apóstol de Distrito.

Por fin otra vez

Luego, finalmente, Argentina volvió a estar en el itinerario del director de la Iglesia, ¡y el viaje pudo llevarse a cabo! El Apóstol Mayor había hecho varios intentos de visitar las comunidades en el país sudamericano. El domingo 7 de noviembre de 2021 pudo oficiar un Servicio Divino. En Buenos Aires el texto de la prédica fue: “Alzaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra” (Salmos 121:1-2). El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider pasó un largo fin de semana en Buenos Aires. A pesar de las máscaras, la alegría del reencuentro se podía leer en todos los rostros, dijo feliz el dirigente de la Iglesia.

diciembre 28, 2021

Autor: Peter Johanning

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