La oración fue el tema central durante todo el año. Las comunidades en todo el mundo lanzaron campañas sobre el tema, los diseñadores gráficos convirtieron el lema del año en logotipos y los Apóstoles de Distrito aportaron una valiosa inspiración.
En la alocución de Año Nuevo y en el primer Servicio Divino del año pronunciados por el Apóstol Mayor, los elementos de la oración ocuparon un lugar central: adoración, agradecimiento, petición et intercesión. El presidente internacional de la Iglesia explicó también qué tiene que ver la Trinidad Divina con la oración: Jesús es intercesor en la oración y el Espíritu Santo ora cuando ya no hay palabras. Y Dios escucha.
En los meses siguientes, los Apóstoles de Distrito y sus Ayudantes compartieron sus pensamientos sobre el lema del año:
El Apóstol de Distrito John Schnabel (EE. UU.) dijo: “Al orar con fervor, descubrirás que no solo estás hablando con Dios, sino también con tu propia alma, en la que ha sido derramado el don del Espíritu Santo”.
El Apóstol de Distrito Tshitshi Tshisekedi (República Democrática del Congo Sudeste) escaló montes para encontrar el lugar adecuado para orar: “Para nosotros, los cristianos nuevoapostólicos, subir a un monte para orar es una imagen. Significa que, para que nuestras oraciones sean efectivas, tenemos que elevarnos por encima de las preocupaciones de la vida cotidiana, dejar atrás el ruido de la ciudad y subir a las alturas de la fe”.
En su último año como Apóstol de Distrito activo, Jürg Zbinden (Suiza) subrayó que no solo se debe recurrir a Dios en tiempos de necesidad. “Nuestra oración debe basarse en la fe infantil y la confianza en Dios”, escribió.
El Apóstol de Distrito Michael Deppner(República Democrática del Congo Oeste) se centró en la conexión. “A pesar de tener problemas de red en el país, no existe mejor conexión Wifi que la oración”, escribió.
Confianza y perseverancia fueron las palabras clave del Apóstol de Distrito Michael Ehrich (Alemania del Sur). “Cuando nos presentemos ante el Padre celestial, hagámoslo con confianza en Dios”, escribió el presidente de la Iglesia de Alemania del Sur, y “de hecho, a veces hay situaciones en las que podemos pedirle algo a Dios durante semanas, meses o años. Entonces es importante ser perseverantes”.
Hay cosas que impiden al alma respirar libremente, como describe a la oración el Catecismo de la Iglesia Nueva Apostólica. El Apóstol de Distrito Enrique Eduardo Minio (Sudamérica) citó tales obstáculos y subrayó: “Tenemos mucho que reflexionar para eliminar los obstáculos en nuestro corazón antes de orar a Dios”.
“Dios sabe lo que necesitamos”, dice Mateo 6:8. En su “en foco”, el Apóstol de Distrito Mark Woll (Canadá) pregunta por qué tenemos que orar y responde: “Como somos hijos de Dios, tenemos la absoluta necesidad de ‘clamar’ a Él”.
Ahora ya instituido como Apóstol de Distrito para Suiza, Thomas Deubel escribió, en aquel momento todavía como Ayudante Apóstol de Distrito, sobre una mosca que siempre rebota contra el cristal de la ventana cerrada, aunque justo al lado haya una hoja de la ventana abierta que promete el camino a la libertad. Relacionó esto con la oración: “Con demasiada frecuencia rebotamos contra una ventana con nuestros deseos e ideas como una mosca atrapada. Simplemente deberíamos hacer lo que Dios nos dice que hagamos”.
“Involucrar nuestra fe en la oración es un nivel superior de conversación porque somos capaces de visualizar al Dios invisible y pedirle que intervenga en el mundo visible”, dijo el Apóstol de Distrito Joseph Opemba Ekhuya (África del Este) en su comentario sobre el lema anual.
Los seres humanos tienen las mejores ideas sobre cómo Dios debería responder a sus oraciones, pero Dios sabe más. “Como seguidores de Jesucristo, queremos crecer en la búsqueda de un resultado divino en nuestros ruegos, aunque no satisfaga nuestro deseo humanamente aceptable”, explica el Apóstol de Distrito Peter Lambert (África del Sur) en su “en foco”.
A veces Dios responde a una oración con el silencio o la inacción, sabe el Apóstol de Distrito Kububa Soko (Zambia, Malawi, Zimbabwe). En su “en foco” habla de Pablo, a quien Dios le hizo comprender que no lo sanaría y que, sin embargo, era poderoso en él. “Así que, cuando sentimos que Dios no ha respondido a nuestras peticiones, debemos saber que Dios está satisfecho con nuestra situación y Él nos fortalecerá”, escribió el Apóstol de Distrito.
El Apóstol de Distrito Edy Isnugroho (Asia del Sudeste) puso el punto final al lema anual de 2024. Informó sobre experiencias personales de oraciones con hermanos y hermanas. Una vez, por ejemplo, la hija de un Pastor muy anciano le dijo al Apóstol de Distrito después de su visita sorpresa: “¡Gracias! Mi padre me dijo hace ya dos semanas que un Apóstol vendría a nuestra casa y oraría por él”.