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A abrir los ojos: la ayuda de Dios hace mucho que está aquí

marzo 23, 2016

Autor: Andreas Rother

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La ayuda ya está esperando, directamente frente a la propia nariz. Pero uno no la reconoce. Hace falta abrir bien los ojos. Pensamientos de un Servicio Divino del Apóstol Mayor que agudizan la mirada.

Una joven huyendo y un niño moribundo: así comenzó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider su prédica el 20 de febrero de 2016 en Lubango/Angola: Agar tuvo que huir de su ama, de Sara, la esposa de Abraham. La criada erraba por el desierto, el agua se le terminó, Ismael, su hijo y retoño de Abraham, lloraba y gritaba de sed. «Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho». Así dice el texto bíblico de Génesis 21:19 que sirvió de base al Servicio Divino.

Reconocer la ayuda de Dios

«La fuente ya estaba allí antes, sólo que en su desesperación no la había visto», puso en claro el Apóstol Mayor. «A veces estamos totalmente desesperados: ‘Dios me ha olvidado'», dijo trasladando el hecho bíblico a la época actual. «¿Qué hacemos en ese momento? Gritamos a Dios y le decimos: Padre celestial, ¡necesito tu ayuda!».

«Dios escucha este grito». Él responde en el Servicio Divino. «Entonces a través del Espíritu Santo nos abre los ojos y nos muestra la ayuda que ya está esperándonos».

  • A través del sacrificio de Jesucristo: «Significa que Jesucristo te ama y te quiere redimir del mal. ¿Pensamos que el amado Dios nos ha olvidado? Pero si el Hijo de Dios ha muerto para ti».
  • En la ley de Dios y su palabra: «El que vive conforme a los mandamientos de Dios, queda librado de mucho mal innecesario. Él nos da su palabra y el que vive de acuerdo a ella, puede estar seguro de que Dios le ayudará».
  • Con el tiempo: «No sucede nada espectacular, pero después de un tiempo notamos que Dios nos ha ayudado, muy silenciosamente, pero Él lo hizo. Que Dios siempre nos abra los ojos para que reconozcamos su ayuda que se desarrolla a lo largo del tiempo».
  • Por el prójimo: «Por lo general, nos envía a otras personas para ayudarnos. Que tambien aquí Dios nos abra los ojos para que reconozcamos su ayuda en nuestro prójimo».

Aceptar la ayuda de Dios

Con reconocer la ayuda no está todo hecho, manifestó el Apóstol Mayor Schneider. También es importante aceptar esta ayuda. ¿Y cómo se puede hacer?

  • Sacar fuerzas del sacrificio de Cristo: «El agradecimiento a Jesucristo y el amor a Él son nuestra motivación para luchar contra el mal. No porque queremos ser mejores que los demás, no porque queremos recibir un galardón especial».
  • Poner por obra la palabra de Dios: «En cada Servicio Divino Él nos dice algo y eso tenemos que hacer. Cada vez que lo logramos, hemos logrado una victoria».
  • Edificar sobre la gracia del Señor: «Él quita todo y es como si nunca hubieses hecho nada malo. No necesitamos acarrear el peso de nuestra culpa».
  • Aprovechar la comunión de los hijos de Dios: «En las comunidades nos necesitamos unos a otros para avanzar y acercarnos cada vez más al Señor».

La conclusión del Apóstol Mayor: Dios abre los ojos, muestra la ayuda y dice así como a Agar: «Levántate y toma».

marzo 23, 2016

Autor: Andreas Rother

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