Mantenerse con vida en tiempos difíciles

El mal es poderoso, pero Dios es más poderoso: ¡pensamientos reconfortantes en tiempos difíciles! ¿Qué podemos hacer? Temer a Dios, aceptar su ayuda y luego compartirla con los demás.

Nunca había estado en Praga (República Checa), reveló el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider al comienzo del Servicio Divino del sábado 5 de marzo de 2022, pero lo más importante para él era vivir un Servicio Divino con la comunidad. En su prédica se explayó sobre tres puntos principales, basándose en las palabras de Salmos: “He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre” (Salmos 33:18-19).

1. El ojo de Dios está sobre los que le temen

Es un momento complicado, dijo el máximo dirigente de la Iglesia en sus palabras de bienvenida. “Estamos inundados de información que no es agradable. Esto es muy molesto para nosotros”. Salmos 33 lleva por título: “Alabanzas al Creador y Preservador”. Uno podría pensar que eso no encaja en el contexto, pero: “¡Especialmente ahora lo necesitamos! Con estas palabras, Dios ha consolado y fortalecido a las personas durante siglos. Y lo sigue haciendo hoy”.

En la historia de la humanidad siempre hubo tiempos malos y dramáticos, subrayó el Apóstol Mayor. Pero los creyentes encuentran consuelo y fuerza en la Biblia. “Dios ve a todos y mira su corazón, el centro de las decisiones y de la conciencia. ¿Qué has hecho con las habilidades y las oportunidades que te he dado? Eso es lo que mira Dios”.

Su plan es librar a los seres humanos. “Recordad a Jesucristo: el mundo entero y el infierno estaban en contra de Él. Lo desafiaron e incluso lo mataron”. Dios les permitió hacerlo y cumplió su plan. “Recordad a los primeros cristianos: fueron perseguidos”. Dios se encargó de que pudieran difundir el Evangelio con fe.

Dios solo espera de sus escogidos que le teman. Al igual que entonces, hoy espera el temor de Dios:

  • Primero debe haber obediencia: “Reconocemos a Dios, es nuestro Señor, somos obedientes. Estamos obligados a hacer su voluntad y cumplir sus mandamientos”.
  • Luego viene la humildad: “La persona temerosa de Dios sabe: Dios es grande, santo y perfecto. Es mucho más grande, mucho más perfecto que cualquier cosa que pueda imaginar”.
  • Definitivamente, hace falta confianza. “Dios es todopoderoso, es perfecto y lo que dice lo hará. Sé que todo es posible para Él. Confío en su poder y por eso le soy fiel”.
  • Tampoco debe faltar la reverencia, el respeto a Dios. “Yo respeto a Dios. Lo que me da, lo acepto. No desprecio sus dones de gracia. Me da su palabra, su gracia, su paz. Ven, te doy el pan del cielo”.
  • Y, por último, se necesita amor a Dios. “El temor a Dios no tiene nada que ver con el miedo, sino con el amor. El que teme a Dios solo tiene una gran preocupación: que nada lo separe de Dios. Lo ama y quiere quedarse con Él. Pase lo que pase”.

2. Los libra

Dios libra a sus escogidos y los mantiene con vida, incluso en tiempo de hambre, dice el salmo. El dirigente de la Iglesia dice: “También hay hambre espiritual. El ser humano necesita a Dios, necesita el Evangelio y a Jesucristo. Este pensamiento, por desgracia, se ha perdido. A veces experimentamos períodos de hambre en nuestras comunidades. Para que la comunidad funcione, necesitamos diferentes cosas. Muchas cosas ya no las tenemos, quizás nunca las tuvimos. El tiempo de hambre significa que no hay lo que se necesita”.

El ejemplo de 1 Reyes 17:2-6 brinda una buena orientación, explicó el Apóstol Mayor. El profeta Elías fue temeroso de Dios, y Dios lo ayudó. “Por ejemplo, diciéndole: ‘Ve al arroyo y yo te proveeré’. Y entonces los cuervos venían por la mañana y por la tarde y le traían comida”. Definitivamente no está en la naturaleza de un cuervo traer comida a la gente, ellos más bien la roban. Pero Dios le mostró a Elías: “Me preocupo por ti, puedo hacer milagros y hacer que ocurra lo insólito, hacer posible lo inesperado e imposible”. También hoy puede proveernos de una manera misteriosa. “Confía en la omnipotencia de Dios, Él puede hacer posible lo imposible”.

3. Y los mantiene con vida

A veces, Dios mismo interviene en la vida de sus hijos y hace un milagro, como hizo con Elías. “Pero a veces quiere humillarnos y nos dice: Yo puedo ayudarte, pero ahora debes ir a una persona débil y aceptar su ayuda. Puede tratarse de un portador de ministerio o tal vez de un hermano o hermana, o incluso de un completo desconocido. Olvida tu orgullo y acepta esta ayuda. Que esa persona te dé algo”.

Y este “dar y recibir” es la tercera forma en que Dios quiere ayudar a las personas temerosas de Dios. El Apóstol Mayor Schneider dijo: “¡Comparte! Y cuando compartes, obtienes lo que necesitas. No pienses solo en ti, comparte con tu prójimo. Puede que tengas preocupaciones y problemas, pero no te olvides de tu prójimo. Dale tiempo, dale tu corazón, ora por él”. Dios bendecirá este compartir y esa persona recibirá más de lo que ha dado. “Como dice la Biblia, ¡más bienaventurado es dar que recibir!”.

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