WASH limpia el día a día de la escuela

¿Escuelas sin baños? ¿Días de clase sin agua potable? En algunos lugares esto es bastante normal. Pero dificulta el aprendizaje, especialmente para las niñas. Un recurso para contrarrestarlo se llama WASH.

La jornada escolar en Zambia es larga. Especialmente en las zonas aldeanas, los niños salen temprano por la mañana para llegar a tiempo a la escuela. Dependiendo de su edad, se quedan allí hasta el mediodía o incluso la tarde. A menudo tienen hambre y sed. Muy pocos niños tienen una comida y no hay agua potable ni en casa por la mañana ni en la escuela. Con el calor de la tarde, los alumnos vuelven a casa demacrados. Además, los niños solo pueden defecar al aire libre.

Igualdad de oportunidades para las niñas

Por otro lado, “las mujeres dependen del apoyo de sus hijas, que les ayudan a cargar los pesados bidones. El resultado es que las niñas tienen un elevado ausentismo o bien no pueden ir a la escuela”, explica Tatjana Augustin, directora ejecutiva de NAK-karitativ. Las niñas en edad de menstruar están expuestas a otro problema: fingen dolores abdominales u otras enfermedades para no tener que ir a la escuela durante su período. El tema sigue siendo tabú, por lo que no pueden hablar con nadie de ello. Las compresas o los tampones son inasequibles para muchas jóvenes. Se conforman con un paño lavable. Si no se pueden cambiar entre clases, la asistencia a la escuela es prácticamente imposible.

“Sin agua, no puede haber agricultura”, explica Tatjana Augustin. “Sin agua y sin baños, se propagan enfermedades que se pueden prevenir. Además, existe una enorme desigualdad de género en el acceso a la educación y a las oportunidades de ingresos causada por la falta de infraestructuras. Por lo tanto, debemos tener siempre en cuenta a WASH, es decir, los tres componentes: agua, sanitarios e higiene en nuestros proyectos”.

Aprender de los compañeros

En el distrito de Kalabo, la aplicación del programa WASH está empezando a ser una realidad: gracias a la cooperación de NAK-karitativ y la Organización de Ayuda de la Iglesia Nueva Apostólica (NACRO), la situación de aprendizaje de unos 5.000 alumnos y 150 docentes en 25 escuelas mejorará considerablemente en los próximos años. El programa tiene una duración de tres años, durante los cuales las escuelas serán equipadas con instalaciones sanitarias y acceso a agua potable. Se repararán quince pozos y se construirán otros diez nuevos. Los grupos administrativos se encargarán del mantenimiento y la reparación de las bombas.

Para acostumbrar también a los niños a una mejor higiene, NACRO y NAK-karitativ imparten en clase cursos sobre prácticas de higiene. Gracias a la creación de los llamados clubes WASH, los propios alumnos transmiten los conocimientos adquiridos. Este enfoque “de igual a igual” ha demostrado ser muy exitoso, ya que es más fácil que los niños y adolescentes aprendan de sus compañeros. Y también trasladan los conocimientos a sus familias: “Los niños van a casa, cuentan a sus padres lo que han aprendido y ponen por obra las prácticas de higiene allí. Es una parte importante de la educación en nuestras aldeas”, dice Caroline, una de las maestras. Además, se benefician los habitantes de las aldeas adyacentes, porque el agua limpia también está a su disposición.

NACRO y NAK-karitativ están haciendo construir 90 instalaciones sanitarias separadas por sexos en las escuelas, que ofrecen a los niños suficiente protección.

En la misma onda que la ONU

El proyecto forma parte de la aplicación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 establece que para 2030 todas las personas del mundo deben tener acceso a agua potable y saneamiento. Sin embargo, que el objetivo pueda alcanzarse depende de otros factores. “No se hace con la perforación de pozos y la construcción de instalaciones sanitarias. El agua se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso también aquí en Europa Central, aunque todavía no se note en todas partes, pero sí en algunos de nuestros vecinos europeos. Por eso debemos ser más conscientes de cómo tratamos la creación y recordar su valor cada día, utilizando los recursos de los que disponemos con moderación y protegiéndolos activamente”, afirma Tatjana Augustin.

Información del artículo

Autor:
Fecha:
Palabras claves: