“Empieza en nuestro corazón”

No quedarnos estancados en el Antiguo Testamento, sino percibir realmente el mensaje de Jesucristo. Esto es lo que pidió el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino del 2 de abril de 2023 en Atenas, Grecia.

“Ahora lo digo casi todos los domingos, porque me pesa”, admitió el máximo dirigente de la Iglesia: “Todavía hay muchos cristianos que se han quedado estancados en el Antiguo Testamento. Siguen esperando que Dios y sus mensajeros pongan orden, que echen al pecador”.

Pero “Jesús no vino para castigar a los pecadores, sino para salvarlos. Jesús tampoco vino a cambiar la sociedad”. Sino que “su propósito es traer el reinado de Dios, y eso empieza en nuestro corazón, no en nuestro país”.

Rey, paz, gloria

La base de la prédica fue Lucas 19:38-40: Al entrar Jesús en Jerusalén, los discípulos se gozaron diciendo: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas! Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si estos callaran, las piedras clamarían”.

Poco antes, los discípulos habían experimentado toda clase de milagros. Jesús había curado enfermos, multiplicado el pan y resucitado muertos. Para ellos había quedado claro que “Jesucristo es el Rey, es decir, ha sido enviado por Dios para establecer el reinado de Dios en la tierra”. Y eso significaba:

  • Traer la paz: “La paz que ya existe en el cielo. Esta paz no es simplemente que no haya guerra. La paz de Dios para los judíos de entonces era un estado como el del paraíso”.
  • Revelar la gloria de Dios: Como la vieron los discípulos en el Monte de la Transfiguración y Marta al resucitar su hermano Lázaro.

Enunciados llenos de dinamita

Para los fariseos, este fue un mensaje explosivo. ¿Jesús, el Mesías? ¿La gloria de Dios fuera del templo? ¿La paz a través de algo distinto a la fidelidad total a las leyes mosaicas? “¡Eso es absolutamente imposible! Por eso los fariseos estaban terriblemente disgustados”.

En su respuesta, Jesús anunció la posterior destrucción del templo y afirmó: “Yo soy ahora la ley, yo traigo la paz, yo traigo la gloria; el tiempo del templo pasó”, como dijo el Apóstol Mayor.

Sin embargo, “¿qué significa todo esto para nosotros? Está bien si conocemos la historia; pero hace falta más: tenemos que hacer algo con ella”.

Crecer desde adentro

“Dios quiere llevarnos a su reino, pero para ello primero debe reinar en nosotros. Esto no ocurre en un acto de poder, sino simplemente en el Servicio Divino a través de su palabra y los Sacramentos”, aclaró el dirigente de la Iglesia. “Jesucristo nos conduce a su reino, pero para ello debe reinar en nuestro corazón. Este no es solo su trabajo, sino el nuestro”.

“Jesús quiere traer paz. Pero esta paz consiste en que pongamos en práctica su mandamiento: Ama a Dios y al prójimo”, subrayó el Apóstol Mayor Schneider. “Así es como llegamos a la paz: creyendo en Jesucristo, arrepintiéndonos, siendo humildes, entonces recibiremos gracia y paz”.

Y finalmente: “La gloria de Dios debe venir desde adentro. Nuestra alma debe ser purificada y santificada. La nueva criatura debe desarrollarse dentro de nosotros. En algún momento se notará desde afuera. En algún momento las personas lo notarán: ¡Hay algo especial! Todavía son personas imperfectas, pero un poco de la gloria ya se percibe desde afuera”.

Información del artículo

Autor:
Fecha:
Palabras claves:

Andreas Rother
17.05.2023
Grecia, apóstol mayor, servicio Divino