Entre un nuevo comienzo y la ayuda de emergencia

La organización suiza de ayuda NAK-Diakonia tuvo que hacer frente a dos grandes acontecimientos en 2022. El informe anual recientemente publicado muestra lo cerca que a veces se encuentran la alegría y el sufrimiento.

El año estuvo marcado por dos acontecimientos, escribe el Apóstol de Distrito Jürg Zbinden, presidente del consejo administrativo, en el prólogo: “Por un lado, el final de la pandemia y, casi simultáneamente, el comienzo de la guerra en Ucrania. Nos fue mostrado de manera impresionante lo cerca que pueden estar la alegría y el miedo. Los breves momentos de alegría fueron interrumpidos bruscamente por la incertidumbre de la pregunta: ¿Qué nos espera?”.

Un nuevo comienzo tras la pandemia

En términos concretos, el final de la pandemia significó que volviera a haber más actividades en el área de Apóstol de Distrito, a las que se les pudo brindar apoyo: por ejemplo, dos campamentos infantiles en Moldavia en el verano de 2022, donde más de 100 niños disfrutaron de estar juntos después de la pandemia.

Una parte importante de la fundación es la educación y capacitación de portadores de ministerio, músicos y otros voluntarios de la Iglesia. También en este aspecto volvieron a ser posibles muchas cosas en 2022 que contaron con el apoyo de la fundación. Por ejemplo, en junio un encuentro de responsables de la enseñanza religiosa en España. Los participantes tuvieron la oportunidad de intercambiar ideas y conocieron la nueva obra didáctica para la escuela dominical y cómo pueden introducir la música en las lecciones.

Ayuda de emergencia para refugiados de guerra

“La guerra en Ucrania hizo que muchas personas abandonaran sus hogares, buscando refugio en el propio país o en países vecinos”, dice el informe anual. Ya en los primeros días tras el inicio de la guerra, NAK-Diakonia promovió numerosas acciones de ayuda.

Se ofreció apoyo económico a los refugiados, con paquetes de ayuda de emergencia y medicamentos que se necesitaban con urgencia, y muchos hermanos y hermanas que habían alojado en sus viviendas a personas sin hogar a causa de la guerra también recibieron ayuda económica de la fundación. La mayoría eran hermanos y hermanas de Moldavia que no tienen mucho para vivir, pero quieren aportar lo que tienen para apoyar a los ucranianos que habían huido de su patria. Pero también personas de Austria y Rumania ayudaron a los refugiados.

Grandes y pequeños gastos

El objetivo de la fundación también es procurar y mantener los bienes de la Iglesia, los recursos materiales y la infraestructura de los edificios de la Iglesia en los países atendidos fuera de Suiza. Con unos 700.000 francos suizos, este gasto supuso la mayor partida de gastos en 2022. En el año examinado se realizaron algunas renovaciones, especialmente en Austria.

Los grandes acontecimientos, especialmente en Moldavia y República Checa, supusieron una pesada carga para las cuentas de la fundación y proporcionaron momentos felices a los hermanos y hermanas en la fe. Unos 200.000 francos suizos se destinaron a gastos de educación y casi otro tanto a actividades infantiles y juveniles. En el año informado también se promovió la música, principalmente en Rumania y Suiza.

No es posible sin los hermanos y hermanas en la fe

El dinero para ello proviene de los hermanos y hermanas en la fe. Según un acuerdo, la Iglesia Nueva Apostólica Suiza deja una parte del dinero de las ofrendas a la fundación NAK-Diakonia. En el año de referencia, la fundación recibió una cantidad especialmente elevada de donativos con un fin determinado, un total de 140.000 francos suizos. Además, se recibieron donativos sin un fin determinado, alrededor de 505.000 francos suizos.

“Sin vuestro apoyo activo, queridos donantes, nuestra fundación no podría cumplir todas estas tareas”, escribe el Apóstol de Distrito Zbinden en el informe anual. “Una vez más quiero dar las gracias por ello”.

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