El Salvador y sus ayudantes en acción

El Servicio Divino del 24 de septiembre de 2023 en Búfalo (EE. UU.) fue transmitido a toda el área de actividad del Apóstol de Distrito Leonard Kolb. Esto se debió a que el presidente de la Iglesia regional EE. UU. pasaba a descanso después de 50 años de actividad ministerial. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider dio el encargo a su sucesor, el Ayudante Apóstol de Distrito John Schnabel.

Enviado al mundo: el Hijo de Dios

“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Este pasaje bíblico de Juan 3:17 constituyó la base del Servicio Divino. “El mundo se refiere aquí a las personas pecadoras que han rechazado a Dios, que son hostiles a Dios o al menos indiferentes a Él”, explicó el Apóstol Mayor. También para ellas Dios envió a su Hijo.

Este es un gran mensaje: “Dios ama a estas personas. Ama a los seres humanos, aunque lo hayan rechazado, se hayan distanciado de Él y no lo acepten”. Dios envió a Jesús a estas personas, quien les dijo: “Dios os ama”.

Dios quiere salvar

“Y eso era algo completamente nuevo”, subrayó el Apóstol Mayor. “Porque en el Antiguo Testamento, Dios era visto de otra manera”. Dios era visto como un Juez que era bondadoso con los justos, pero castigaba a los pecadores con castigos como inundaciones, sequías o hambrunas. Los contemporáneos de Jesús habrán pensado algo así de Dios. “Pero Jesús dijo: No, no he venido a castigar. Amo al mundo. Amo a los seres humanos que han rechazado a Dios, que son indiferentes a Dios, que le son hostiles. He venido a salvarlos”.

El Apóstol Mayor describió cómo Dios quiere redimir a los seres humanos:

• Perdón de los pecados: “Cuando Dios salva a las personas, perdona sus pecados, las limpia”.
• Santificación: “La obra del Espíritu Santo consiste en transformar a las personas paso a paso a imagen de Jesucristo”.
• Glorificación: “Toda la persona, cuerpo, alma y espíritu, puede entrar en el reino de Dios y tener comunión con Dios y con los demás”.

La fe trae la salvación

La salvación es dispensada a aquellos que creen en Jesús. Y eso significa:

• “Creer en su envío, en que es el Hijo. Él es realmente el Hijo de Dios, no solo un profeta. Fue enviado por Dios y es el Hijo de Dios”.
• “Creer en su enseñanza. Dice la verdad. No solo es capaz de hacer milagros”.
• “Creer en su persona, en lo que ha vivido”.
• “Tener verdadera fe en Jesucristo y esta fe lleva a obras motivadas por el amor”.
• “Creer en el apostolado que envió; creer en la Iglesia que fundó; creer en los Sacramentos que anunció e instituyó”.

Enviados al mundo: los discípulos de Jesús

“Permítanme dar un paso más”, dijo el Apóstol Mayor. “Ahora llegamos a nosotros mismos”. Dios también envió a sus hijos, sus discípulos, al mundo. “Así que somos enviados al dominio del pecado y del mal. Y tenemos que sufrir y lidiar con las consecuencias de la caída en el pecado, al igual que todas las demás personas”. En este contexto, los cristianos están llamados a contribuir a la salvación de los demás.

Dios conoce el rechazo, la indiferencia o la hostilidad hacia Él, pero dice: “Tienes que enfrentarte a estas cosas. Te envié a estas condiciones a propósito. Ahora, aquí, quiero que me sirvas”. Y más precisamente, de esta manera: “Quiero que anuncies mi verdadera voluntad. Quiero que ayudes a otros a experimentar mi amor y les digas que Dios quiere salvarlos. Quiero que trabajes para que el perdón y la santificación sigan siendo posibles y accesibles para los seres humanos”.

Para concluir, el Apóstol Mayor se dirigió a la comunidad con las palabras: “Habéis sido enviados a este mundo, a estas circunstancias, para servir al Señor y contribuir a su Obra de Redención, para que los seres humanos puedan seguir teniendo acceso al perdón y a la santificación en el futuro y estén preparados para la glorificación”.