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«El odio no tiene lugar en la casa del Señor»

noviembre 17, 2015

Autor: Andreas Rother

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Un corazón hecho con velas en Luxemburgo, flores y la frase «Pray for Paris» en Alemania. Los atentados terroristas del pasado viernes conmueven a muchos hermanos y hermanas ante todo en Europa. Pero los dirigentes de la Iglesia miran mucho más allá, a todo el mundo.

«J’ouvre les portes de mon coeur», resuena desde la parte alta de la Iglesia Nueva Apostólica en Metz, «abro las puertas de mi corazón». Canta el coro de juventud, sus integrantes se toman de las manos y levantan sus brazos. «Las emociones fueron intensas», cuenta el Apóstol de Distrito Bernd Koberstein de ese instante cuando se celebró la Santa Cena para los difuntos. «Muchos ya no pudieron cantar por la emoción».

Shock y conmoción en Francia

Dos días después de los atentados terroristas en París, el director de la Iglesia regional estuvo en Lothringen. Ya estaba programado que allí estuviera. «Así se me brindó la oportunidad de estar cerca de mis hermanos en Francia, que están shockeados y muy conmovidos por los terribles acontecimientos». Igual que en la misma capital: en la comunidad París Centro fue cancelado el Servicio Divino del domingo, después de que el viernes muy cerca de allí diez personas habían perdido la vida en un tiroteo.

En el inicio del Servicio Divino en Metz, la comunidad festiva se puso de pie para una oración especial por todas las víctimas y todos los que están de duelo en Francia. «Esta oración hizo emocionar a todos. Después del Servicio Divino, el Apóstol de Distrito habló con dos jóvenes hermanos en la fe que habían perdido a dos de sus amigos. Habían muerto en los atentados de París.

Consuelo y fortaleza confiando en Dios

«¿Qué hacer en circunstancias así?», escribe Bernd Koberstein en una carta que debe ser leída esta semana en las comunidades de Francia. «Hagamos como los niños pequeños. Cuando les pasa algo malo, en seguida corren hacia su mamá, hacia su papá. Nosotros vamos a nuestro Padre celestial, ponemos nuestra pequeña mano de niño en su gran mano paterna. Así oramos juntos, por nosotros, por las víctimas y por todas las personas enlutadas».

En forma muy parecida reaccionan los demás Apóstoles de Distrito: «Oramos por todos los que están de luto», afirma por ejemplo Rüdiger Krause (Alemania del Norte), «buscamos estar cerca de nuestro Dios, que siempre es un refugio para nosotros, y lo seguirá siendo». «Estamos conmocionados frente a esta situación», escribe Rainer Storck (Renania del Norte-Westfalia). «Oremos de manera especial por las víctimas y sus allegados, pero también por la paz en el mundo».

Dolor y necesidad no sólo frente a la puerta de casa

Los directores de la Iglesia no sólo estuvieron de acuerdo en las condolencias y en los llamados a la oración. «Muchas personas sufren por el terrorismo, el extremismo y las guerras», hizo ver Markus Fehlbaum (Suiza) al igual que sus colegas en el ministerio, «hay mucha angustia en todo el mundo». El odio se puede ver de múltiples maneras en el mundo, también dijo el Apóstol de Distrito Michael Ehrich (Alemania del Sur). Y convocó a interceder por todas las personas que están pasando por tales circunstancias.

«El odio no tiene lugar en la casa del Señor», dejó claro el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el domingo último en Zwickau (Alemania Central). «No puedo suponer que todos los cristianos son malos, porque algunos cristianos hayan hecho algo malo. No puedo odiar a todos los musulmanes, sólo por ser musulmanes y porque algunos musulmanes han hecho cosas terribles.» En este sentido, no es fácil quedar en la casa del Señor dejando el odio afuera. «Pero queremos ser vencedores. ¡Nuestro mundo necesita personas con una actitud así!».

noviembre 17, 2015

Autor: Andreas Rother

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