Cinco veces Cristo a la diestra del Padre

«Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies». Así dice el texto bíblico de Hebreos 10:12-13, que sirvió de base al Servicio Divino del 5 de mayo de 2016 en Lörrach (Alemania).

El primero que se adelantó

Jesucristo fue el primero: «Fue el primer hombre que vivió sobre la tierra que pudo recibir el cuerpo de resurrección y entrar en la eterna comunión con Dios», dijo el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. «Como primicia, porque justamente nos prometió eso: que aquellos que lo siguen recibirán el cuerpo de resurrección y podrán entrar en la eterna comunión con Dios».

«Ahora Él está sentado allí arriba a la diestra del Padre. Y yo me pregunto: ‘Sí, ¿y qué hace allí?'». Cinco respuestas de la Sagrada Escritura fueron mencionadas en la prédica:

• Jesucristo es el Mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5): «Para eso nos da a conocer la voluntad de Dios y nos quiere ayudar a cumplirla. Pero todo lo demás lo debemos poner nosotros. Depende de mí conocer la voluntad de Dios».
• Jesucristo es el que asiste en la lucha contra el mal (Hechos 7:56): «Nosotros podemos sentir y experimentar su presencia. Sea por una palabra en el Servicio Divino, por una vivencia especial, por un sentimiento especial en nuestra alma».
• Jesucristo es la cabeza de la Iglesia (Efesios 1:22): «Se ocupa de que la Iglesia sea llevada a la consumación. Nadie puede detener este desarrollo. Se ocupa de que los Apóstoles puedan cumplir su encargo hasta el final».
• Jesucristo es el que intercede (Romanos 8:34): «Él es nuestro abogado. Él no minimiza el pecado. Dice simplemente: ‘¡Padre, perdónalo por su fe y por su amor!'».
• Jesucristo es el que espera (Hebreos 10:13): «Él espera que los seres humanos puedan acercarse a Él. El Señor Jesús te ama tanto que espera con gran nostalgia».

Jesús viene al encuentro del hombre

Sin embargo, «Él no espera hasta que seamos perfectos, porque Él sabe que nunca lo lograremos», acentúa el Apóstol Mayor. «Él viene a nuestro encuentro. Él vendrá otra vez para llevar a su Esposa consigo. Para eso se necesita la gracia de Dios, que cubre todo y que nos santifica para que podamos entrar en la comunión con Dios».

Y Jesús vendrá al encuentro una segunda vez: «Vencerá a Satanás, lo atará y luego podrá seguir transmitiendo salvación en este mundo y en el del más allá durante el reino de paz. Nosotros entonces le ayudaremos a que todos los hombres conozcan la voluntad de Dios y lo puedan seguir».