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Con generosidad contra la necesidad

agosto 24, 2019

Autor: Victoria Argraves

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«Y me disteis de comer». La comunidad Denver Metro (EE. UU.) puso en marcha su propio banco de alimentos. Cómo lo logró y cómo funciona, lo cuentan dos miembros que participan activamente como voluntarias.

Cuéntennos un poco sobre ustedes. ¿Dónde han crecido? ¿Cuál es vuestra profesión? ¿Tienen familia? ¿Qué les gusta hacer en el tiempo libre?

Gertrude Dathe: Crecí en una familia nuevoapostólica en las ciudades canadienses de Winnipeg y Hamilton. En un viaje a Denver conocí a mi esposo Kurt. Después de nuestro casamiento me mudé a Denver cuando obtuve un permiso de inmigración. Trabajé como asistente de programación en el área de cursos a distancia. Mi esposo y yo tuvimos tres hijos varones que entretanto están casados. Estamos muy cerca de nuestros hijos y sus familias y nos alegramos por nuestros ocho nietos.

Sharon Wilson: Yo también soy nuevoapostólica desde niña. Crecí en Buffalo (estado de Nueva York) junto con tres hermanos. Trabajo como psicoterapeuta. Mi actividad profesional ya me llevó a los estados americanos de Texas, Pennsylvania, Vermont, Tennessee y Wyoming. Cuando me casé con mi esposo Jim, me mudé a Siracusa (estado de Nueva York). Después de tres años en Siracusa, el trabajo de Jim nos llevó a Colorado, donde vivo y trabajo ya casi 20 años. Tenemos dos hijos varones, ambos estudian.

¿Qué inspiró a vuestra comunidad a fundar un banco de alimentos?

Gertrude Dathe:Impulsados por la iniciativa lanzada en 2009 por nuestro Apóstol de Distrito llamada «Stepping Forward» (Dando un paso adelante), nuestro entonces dirigente alentó a la comunidad a desarrollar ideas sobre cómo, como comunidad, nos podríamos involucrar en la vida de la sociedad. El pensamiento sobre un banco de alimentos fue el favorito. Junto con otra comunidad juntamos alimentos en los alrededores de Denver. A continuación tuvimos que buscar una entidad a la que pudiésemos entregar lo que juntamos. Encontramos un pequeño banco de alimentos en las proximidades de nuestra iglesia en Denver.

Cuando algunos años después las tres comunidades de Denver fueron amalgamadas, surgió la idea de fundar un banco de alimentos propio. Investigamos, visitamos otros lugares donde se colectan alimentos y algunas iglesias y finalmente abrimos por nueve meses a modo de prueba un centro colector de alimentos para nuestra comunidad. Hace tres años nos mudamos a nuestra localización actual, en la que tenemos lugar suficiente para almacenar alimentos, y abrimos nuestro banco. Solo este último año atendimos a 2700 invitados y repartimos unas 7000 libras de alimentos. Estamos justo en el centro de las personas sin techo de nuestra ciudad.

Sharon Wilson: Nuestras comunidades ya desde comienzos de 2000 efectuaron donaciones reiteradas a los bancos de alimentos locales. El día de agradecimiento por la cosecha realizamos la decoración del altar con alimentos no perecederos para que luego los podamos donar.

¿Qué tareas especiales tienen en el banco de alimentos?

Gertrude Dathe: Soy una de las ayudantes voluntarias que estoy a cargo del plan operativo de los voluntarios.

Sharon Wilson: Gertrude participó en gran medida en fundar el banco y fue durante los dos primeros años la coordinadora. Yo la apoyé en las tareas administrativas, por ejemplo, hacer los pedidos de alimentos, retirar los alimentos, trámites bancarios. Desde enero de 2018 soy yo la coordinadora de la mesa. Además, participo como asistente voluntaria durante el horario de apertura.

¿Qué les gusta en vuestra actividad voluntaria?

Gertrude Dathe: Ayudamos a mejorar la vida de otros a los que no les va tan bien como a nosotros.

Sharon Wilson: Conocer a personas, compartir el tiempo con ellas, oír sus historias, paliar sus necesidades. Hemos hecho una red y podemos transmitir convenientemente a otros puntos a algunos necesitados que requieren ayuda. Procuramos organizar el banco de alimentos según el concepto «Ayudar sin dañar», lo que significa que no nos dedicamos a los necesitados tendiéndoles la mano en alguna oportunidad, sino que les ayudamos en forma perdurable para que puedan ser independientes en la vida pese a sus circunstancias modestas. También me gusta pasar el tiempo con los voluntarios que colaboran en nuestro centro.

¿Cómo vinculan vuestro trabajo con el compromiso voluntario?

Gertrude Dathe: Estar jubilada es aquí una ventaja.

Sharon Wilson: Ahora estoy trabajando part-time, por lo que puedo ser relativamente flexible en cómo organizo mi tiempo. El voluntariado es mi otro «empleo part-time».

¿Les ayuda vuestra experiencia laboral en la actividad voluntaria en el centro?

Gertrude Dathe: Sí. El trabajo en el área de la educación, cuya única constante era el cambio, me ayudó mucho. En mi infancia y mi juventud todavía no se nos alentaba a colaborar en actividades fuera de la Iglesia. Esta fue más tarde una experiencia nueva para mí.

Sharon Wilson: Por mi profesión de psicoterapeuta trabajé con aquellos que tienen menos suerte en la vida. La compasión y las capacidades humanas que desarrollé en el curso de mi actividad profesional me ayudan en mi tarea con los necesitados.

Es cultivada la colaboración entre la comunidad, el banco de alimentos y la sociedad. ¿Qué importancia tiene ayudar a los necesitados?

Gertrude Dathe: Trabajamos junto con otros tres bancos de alimentos. Esto nos ayudó a participar de un programa para alimentos frescos en el cual la cantidad mínima de verdura que hay que retirar asciende a 2000 libras (unos 907 kilogramos). Uno solo no tendría lugar suficiente donde almacenarla, pero juntos todos podemos sacar provecho. Además somos miembros de la red federal de entidades de bancos de alimentos y de asociaciones regionales, lo cual nos permite adquirir alimentos a precios reducidos.

Sharon Wilson: Nuestra comunidad apoya muy activamente el trabajo de nuestro banco de alimentos. Donó la mayor parte de los productos que repartimos en los primeros meses antes de unirnos en red con nuestros centros de almacenamiento regionales. Los hermanos en la fe siguen donando productos alimenticios y también apoyan financieramente el trabajo del banco de alimentos. La mayoría de los voluntarios del banco son miembros de la comunidad. Tenemos un grupo central formado por ocho asistentes voluntarios que son apoyados por otros diez hermanos y hermanas que colaboran por momentos. Como mencionó Gertrude, hemos establecido contactos con otros centros de almacenamiento en nuestra región, aprendemos unos de otros y nos apoyamos mutuamente. Esta relación nos ayuda a difundir nuestro trabajo, encontrar alimentos, ampliar nuestros conocimientos y aprender sobre la rama de los productos alimentarios y cómo podemos ayudar a nuestros huéspedes aún mejor.

¿Qué han aprendido a través de vuestra actividad en el banco de alimentos?

Sharon Wilson: Que alrededor de nosotros hay necesidad y generosidad. Y ambos se pueden encontrar en lugares inesperados.

Gertrude Dathe: Que en nuestras familias y en nuestra fe realmente somos bendecidos. ¡Nunca estamos solos!

agosto 24, 2019

Autor: Victoria Argraves

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