El ministerio (9): Actual con visión general
¿Pueden los Apóstoles modificar la estructura ministerial tan simplemente? No solo pueden, lo tienen que hacer. ¿Por qué, en realidad, y dónde están los límites? El ministerio entre el pasado y el futuro.
La cantidad de los primeros cristianos crece. Y eso trae problemas. Los Apóstoles ya no dan abasto con sus tareas. Así, según Hechos 6, se concentran en el “ministerio de la palabra”, el anuncio del Evangelio. El “servir a las mesas” lo ponen en manos de los asistentes de los pobres, que más adelante son llamados Diáconos.
En el presente, los Apóstoles también deben evaluar cómo los portadores de ministerio pueden realizar sus tareas, tanto en lo que respecta a las exigencias del tiempo como también a los requerimientos de las comunidades. De otro modo, no podrían cumplir con su responsabilidad de “administradores de los misterios de Dios” (1 Corintios 4:1).
Siete premisas…
Este orden no puede ser arbitrario, sino que debe seguir premisas bíblicas, teológicas y tradicionales:
- Todo lo que las personas hacen en la fe y para el bien de la comunión de los formalmente bautizados, es un servicio en la Iglesia de Cristo. Esto significa, a veces, un hablar y actuar expresamente en el nombre de Dios. Solo estos servicios requieren de un ministerio (más sobre esto en "Los servidores de Jesús”).
- Jesucristo instituyó el ministerio transmitiendo autoridades de su ministerio como Rey, Sacerdote y Profeta a los Apóstoles: la conducción de la Iglesia, la transmisión de dones salvíficos y el anuncio de la voluntad de Dios ("Una cuestión de autoridad").
- Al igual que Jesucristo, también el ministerio posee una doble naturaleza: el lado divino invisible y el lado humano visible. Al igual que en la Iglesia de Cristo, uno es perfecto y el otro imperfecto. En forma similar a la Santa Cena, ambos lados se vinculan temporalmente (“La clave para la interpretación”).
- El Nuevo Testamento no conoce un orden ministerial vinculante. Sin embargo, informa sobre el obrar de los Apóstoles que instalan el servicio de los Diáconos, colocan dirigentes de comunidad (Ancianos, Obispos). Y menciona los requerimientos para ellos (“La herencia del Nuevo Testamento”).
- Incluso los profetas, evangelistas y pastores no son, obligatoriamente, ministerios. El Nuevo Testamento no informa sobre su institución ni menciona los requerimientos que tienen. No son mencionados junto con los ministerios de más arriba, sino junto con dones espirituales, como los que hacen milagros, los que sanan o los que hablan en lenguas (¿El don como tarea?).
- El ministerio en el sentido actual se desarrolla en la época postestamentaria: primero el orden ministerial en los tres niveles de dirección de la Iglesia, sacerdocio y diaconado, luego la doctrina del ministerio ordenado (“El camino al tercer nivel”).
- Los tres niveles con diferentes autoridades ministeriales son tradición nuevoapostólica retrocediendo hasta las raíces católicas apostólicas. Esto también es válido para la adaptación de los servicios dentro de estos niveles (“Siempre actual”).
… y dos resultados
Esto fue precisamente lo que analizó intelectual y espiritualmente la asamblea de Apóstoles de Distrito desde marzo de 2015 resolviendo en noviembre de 2018 la nueva estructura que rige desde Pentecostés 2019:
- Si se toman como medida las autoridades de hablar y actuar en el nombre de Dios, la Iglesia Nueva Apostólica conoce en principio solo los ministerios de Apóstol, Pastor y Diácono. Los niveles sacerdotales intermedios que existían antes no se distinguen por la autoridad ministerial, sino por las funciones de conducción y de ayudante. Por eso, ya no habrá nuevos portadores de los ministerios de Evangelista hasta Obispo, al igual que desde junio de 2018 ya ocurrió con el Apóstol de Distrito.
- Las funciones de conducción para unidades geográficas no son transmitidas como un ministerio, sino como un servicio adicional. Para la Iglesia internacional y el área de Apóstol esto acontece en la ordenación del Apóstol Mayor o del Apóstol. Para la Iglesia regional, el distrito y la comunidad recibe el encargo un Apóstol o un Pastor, quien luego se llama Apóstol de Distrito, dirigente de distrito o dirigente de comunidad.
“Estoy absolutamente convencido de que esta reforma tendrá efectos de mucha bendición en la Iglesia”, enfatizó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en su alocución por video sobre la interpretación de ministerio. ¿Por qué? ¿Y hasta qué punto? En torno a esto gira el próximo artículo de esta serie.
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