El ministerio (11): Ver a quien Dios escoge
Lo determinante es la voluntad de Dios. Pero primero el hombre la tiene que reconocer. Respuestas a la pregunta sobre cómo el ministerio llega a su portador.
Orar y observar, así describe el Apóstol Mayor e.d. Wilhelm Leber, lo que pasa mucho antes de una institución ministerial: "Comienza con oración para que el amado Dios guíe los pensamientos", dijo en una entrevista que se le hizo con motivo del cambio de Apóstol Mayor. "Y después simplemente se observa". Con el tiempo esto se cristaliza en un pensamiento. "Y siempre se lo sigue acompañando con la oración".
Lo que cuenta es la voluntad de Dios
El ministerio, destaca el Catecismo, no es "obra humana ni tampoco de la comunidad, sino una dádiva de Dios a su Iglesia". No cambió nada en esta postura la interpretación de ministerio que fue formulada recientemente: "El hecho de que Dios escoge a alguien para un ministerio y que esto constituye el fundamento de toda ordenación, también rige ilimitadamente en el nuevo orden ministerial que entrará en vigencia", deja clara la edición especial de los "Pensamientos Guías" 2/2019.
En qué se basa la fe en este llamamiemto, lo explica el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en los Pensamientos Guías especiales 3/2017: por un lado, en "el primer artículo de la fe, donde se expresa nuestra fe en Dios, el Todopoderoso" y, por el otro, en "el cuarto y el quinto artículo de la fe, donde dice que Jesús gobierna en su Iglesia y que Dios elige a aquellos que son llamados para desempeñar un ministerio".
Dónde colabora el hombre
No obstante, "de la fe en el llamamiento divino no puede deducirse que es únicamente Dios el que obra", sigue diciendo allí. "El trino Dios elige a los hermanos y el Espíritu Santo manifiesta esta elección a la Iglesia". „
Así, los posibles candidatos son propuestos por los portadores de ministerio locales responsables y el Apóstol decide sobre su institución en el ministerio. "Por eso es necesario que estos portadores de ministerio imploren al Espíritu Santo y se santifiquen antes de llamar a un hermano para un ministerio".
Los dones a la vista
Por lo tanto, es tarea del Apóstol reconocer la voluntad divina y obrar de acuerdo a ella. Para eso también se necesita su percepción. Pues el futuro portador de ministerio debe poseer las competencias técnicas y personales necesarias para el desempeño de su servicio, ya sean concernientes a la asistencia personal, la enseñanza o la organización. De esta manera lo definen los Pensamientos Guías especiales 4/2017.
Estos dones preexistentes "se despiertan, afirman, multiplican y consagran al servicio del Señor" por la ordenación, formula el "Catecismo en preguntas y respuestas" (Nº 416). "Además, a través de la bendición se transmiten fuerzas adicionales". Escogidos desde hace largo tiempo
Sin embargo, la ordenación de ninguna manera transmite nuevos dones, competencias o capacidades. Lo dejan bien claro en varios lugares las publicaciones y el material que sirve de fundamento a la interpretación de ministerio. Estos se van desarrollando durante el ejercicio ministerial.
Asimismo, los Pensamientos Guías especiales 3/2017 señalan: "Creemos que Dios ha escogido a aquellos que son llamados para servirle". Y esto, consecuentemente, significa que "Él encaminó todo para que estén en el momento oportuno allí donde Él los necesita".
Es Dios el que lo realiza
¿Es válido esto solo para la ordenación o también para un encargo como dirigente de comunidad o de distrito? La respuesta oficial: Aunque el quinto artículo de la fe habla solo de ministerio, no quedan excluidos el encargo y el nombramiento.
Antes como ahora, se ora fervientemente para que estas instituciones también respondan a la voluntad divina. Al mismo tiempo, los Apóstoles también aquí son llamados a ocuparse de las competencias que poseen las personas involucradas.
Sea ministerio o encargo, para ambos rige la indicación del Apóstol Mayor: "El pasado muchas veces ha demostrado que Dios puede hacer cosas grandiosas a través de personas imperfectas".
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