Fue uno de los más grandes en la historia de la Iglesia Nueva Apostólica. Sin embargo, a veces la grandeza también encierra peligros. En estos días, el Apóstol de Distrito Gottfried Rockenfelder hubiera cumplido 120 años.
Hasta hace poco, se podían oír a menudo desde el altar citas con la introducción “Como dijo el viejo Apóstol de Distrito …”. Incluso después de varias generaciones, solo se referían a uno: Gottfried Rockenfelder, nacido el 30 de abril de 1904 en Maguncia (Alemania).
Fue bautizado por el dirigente de su comunidad, un tal Johann Gottfried Bischoff. Recibió casi todos los ministerios también de manos del más tarde Apóstol Mayor: por ejemplo, como Diácono (1927), como Apóstol (1950), como Apóstol de Distrito (1952).
Desde los años 30 hasta los 50, todos los martes se reunían a puerta cerrada el redactor Rockenfelder y el director Bischoff, responsables de “La Voz del Centinela”, “Hoja de Cargo” y “El Amigo de la Juventud”. Ni siquiera el editor e hijo Friedrich Bischoff sabía exactamente de qué hablaban.
Un varón de Dios con grandes dotes
Los cálices de la Santa Cena de filigrana y metal precioso son una tradición que se ha conservado y aún hoy se encuentran en los altares de las iglesias en Hesse. Muestran cómo el Apóstol de Distrito se hizo cargo de lo que había heredado de sus antepasados.
Conocía muy bien los escritos de los Apóstoles católicos apostólicos y de los primeros Apóstoles nuevoapostólicos. Se refería a ellos y construyó la doctrina a partir de ellos. Uno de sus motivos favoritos eran los cuatro seres alados de Apocalipsis 4.
Gottfried Rockenfelder era muy conocedor de la Biblia y la historia, era elocuente y empático. Como predicador inspirador y asistente espiritual enérgico y servicial, se lo apreciaba, se lo quería, se lo veneraba… y mucho más.
Un escritor prolífico
El llamado “libro de oro” estaba en la estantería de casi todos los portadores de ministerio: las “Cartas del Apóstol en los días de la consumación” dirigidas a los hermanos y hermanas en las áreas de misión no son ni mucho menos las únicas obras salidas de la pluma del Apóstol de Distrito: “Palabras de consuelo”, “Pensamientos sobre la evangelización”, “Introducción a la Obra de Dios”, “Instrucciones sobre la doctrina de los Apóstoles” … la lista de títulos es larga.
La más conocida es su “Historia de la Iglesia Nueva Apostólica”, que, sin embargo, no es muy precisa a la hora de citar fuentes. Además, interpretó el Apocalipsis de manera no oficial, pues el ardiente defensor del mensaje de Bischoff siguió estando en su prédica fuertemente orientado hacia el final de los tiempos, incluso después del incumplimiento del mensaje.
Con sus propias prioridades
“Stresemann” era el nombre del traje ceremonial con pantalón a rayas negras y grises. En la vida secular, se llevaba en recepciones de Estado y banquetes. En la Iglesia de Hesse, era obligatorio para todos los portadores de ministerio en los Servicios Divinos con Apóstoles.
“Real por majestad” es como un canto especialmente compuesto describe al Apóstol de Distrito en los aniversarios ministeriales y de cumpleaños. “Lo que él hizo, ¿quién es capaz de contarlo? Lo que él es, ¿quién es capaz de aprovecharlo?”. Las celebraciones tuvieron lugar en salones festivos con discursos de todos los dirigentes de distrito y aportes de cantos entonados por coros de todo Hesse.
Además, fue publicada la biografía de su hijo, el Apóstol Hermann Gottfried Rockenfelder, en la colección oficial de la Editorial “Apóstoles de los últimos tiempos”. En ella, el Apóstol escribía: “¡Que se refleje mi Apóstol de Distrito en el obrar del Apóstol Mayor es la felicidad de mi vida!”.
“Partió en gracia”
Un día antes de cumplir 80 años, Gottfried Rockenfelder pasó al descanso ministerial. Pero el comportamiento de su hijo ensombreció los años que siguieron: el Apóstol perdió su ministerio y fue expulsado de la Iglesia.
“Aunque el vínculo del amor fraternal siempre nos ha unido a ambos en tu tiempo de actividad, en el tiempo transcurrido nos hemos estrechado aún más en nuestros corazones”, escribe el Apóstol Mayor Richard Fehr al Apóstol de Distrito en su 85° cumpleaños. “Para mí esto es un motivo de especial alegría y gratitud”.
Gottfried Rockenfelder falleció el 1° de mayo de 1989. El Apóstol Mayor Fehr cerró el Servicio Divino de duelo con las palabras: “Así se cierra tu libro de la vida en lo que se refiere a la sección que está escrita aquí en la tierra; y en la última página queda escrito ahora: ¡Permaneció fiel en el seguimiento, partió en gracia!”.