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Advertencia temprana desde un pueblo pobre

febrero 4, 2016

Autor: Andreas Rother

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Las profecías de Karlshuld fueron indicaciones tempranas a un regreso inminente. En un pequeño pueblo alemán se anunciaba lo que pocos años más tarde se iba a extender por Inglaterra: nuevamente habría portadores del ministerio de Apóstol.

El próximo fin de semana, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider estará en el sur de Alemania. El domingo oficiará un Servicio Divino en Ulm, la ciudad tan cargada de historia junto al Danubio. Una buena oportunidad para echar una mirada un buen trayecto río abajo poniendo la mira en una región cenagosa que antes era muy extensa.

Personas en la pobreza

Cenagal del Danubio, así se llamaba la región de Baviera en la que en los años 1790 se obtuvo la extensión más grande de tierra virgen ganada al río desde la Edad Media. La excavación de pozos de drenaje y la producción de cultivos agrícolas necesitaba mucha mano de obra. Pero los colonos que se iban asentando en grandes cantidades por lo general no tenían experiencia.

Karlshuld pronto se convirtió en la colonia de mayor población, pero también en la más pobre del cenagal del Danubio: demasiada gente, poco pan, malas condiciones habitacionales –la atmósfera explosiva entre los pobladores que provenían de diferentes partes del país– la actuación de criminales que habían sido desterrados allí. Peleas, alcoholismo y otras cosas más, pronto el lugar adquirió la peor reputación.

Fe en movimiento

Así encuentra Johann E.G. Lutz su nueva área de actividad, cuando el joven clérigo católico llega en el año 1826 a Karlshuld para hacerse cargo de la parroquia. Con modestia y disposición para ayudar, pero también con un don especial para predicar, consigue ganar a la gente para el Evangelio. Al principio, el párroco Lutz conducía el Servicio Divino una vez por semana, pero apremiado por la comunidad, instituye la misa diaria.

Pronto se desarrolla un típico movimiento revivalista: en el tiempo de ayuno previo a la Pascua impulsa a los creyentes a orar en forma intensiva y a veces por horas. En una noche de fin de año, el párroco es sacado de la cama para tomar la confesión de la gente hasta el amanecer en una Iglesia completamente colmada. Y a fines de febrero de 1828 se manifestaron las primeras profecías.

Ministerio de Apóstol a la vista

«¿No sabéis que el Señor antes de venir dará nuevamente Apóstoles, profetas, Evangelistas,
Pastores y comunidades como al principio?». Esta frase formaba parte de las afirmaciones que se sintieron impulsados a decir un hombre y dos mujeres durante un Servicio Divino. Hasta julio de 1928 siguieron otras profecías con vistas a que nuevamente habría portadores del ministerio de Apóstol.

Estas profecías se cumplieron más de cuatro años más tarde en Inglaterra: Hasta 1835 son nombrados de esta manera los doce Apóstoles de la Edad Moderna.

Johann Lutz, quien entretanto era decano y ya no estaba en Karlshuld, se enteró de que nuevamente había portadores del ministerio de Apóstol recién en 1842 a través del Evangelista William Caird. En 1857 Lutz es sellado por el Apóstol Drummond. Con el ministerio de Evangelista, entre otros, fundó las Comunidades Católicas Apostólicas en Suiza y Alemania del Sur, convirtiéndose así en uno de los pioneros de la fe apostólica.

Dibujo: Karlshuld, 1830 – Reproducción: Bischoff Verlag

febrero 4, 2016

Autor: Andreas Rother

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