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Adviento: pasos para salir de la oscuridad

02 12 2025

Autor: Andreas Rother

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De la oscuridad a la luz: a través del Hijo del Hombre, para todos los hijos de los hombres. Esa es la guirnalda de luces que recorre los Servicios Divinos de diciembre de 2025.

Ya comenzó en el último día de noviembre, en el primer domingo de Adviento. “Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones”, se dijo en el Servicio Divino. Pero el profeta Isaías anuncia un cambio radical: una luz se encenderá y todo cambiará.

Entrar en la luz

La luz, Cristo, ha aparecido en el mundo. Y este acontecimiento exige a cada persona tomar una decisión: a favor o en contra de Jesús, a favor de la luz o a favor de la oscuridad. “Todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz”, dice el Evangelio de Juan. Y: “mas el que practica la verdad viene a la luz”.

Cuando se entra en la luz, hay que medirse con la verdad. No hay escondite posible. La oscuridad, por el contrario, puede convertirse en una costumbre, perdiéndose de vista que se ha tomado una decisión. Andar con seguridad en la luz, de eso trata el Servicio Divino del segundo Adviento, el 7 de diciembre de 2025.

Crecer en la luz

Dar el paso a la luz es solo el comienzo. Pero el camino continúa. Y la medida para ello sigue siendo Jesucristo. “Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe”, describe Juan el Bautista el proceso. 

Esto no significa renunciar por completo a nosotros mismos y a todos nuestros deseos e intereses personales. Se trata más bien de poner a Cristo en el centro de nuestros propios pensamientos y acciones. Adónde conduce esto, al final y también ya hoy, se explica en el Servicio Divino del tercer domingo de Adviento, el 14 de diciembre de 2025.

Esperar la luz

Jesucristo vendrá otra vez. “Yo soy… la estrella resplandeciente de la mañana”, dice el Apocalipsis. La promesa se cumplirá de nuevo, pero otra vez de una manera muy diferente a la esperada.

¿El Mesías, un niño en un pesebre, perseguido y huyendo? Así no se lo habían imaginado los judíos. Y también su retorno volverá a sorprender: el Redentor reparará todo daño y toda deficiencia, pero no lo hará aquí en nuestra vida, sino que lo hará en la vida eterna. De eso trata el Servicio Divino del cuarto domingo de Adviento, el 21 de diciembre de 2025.

Transmitir la luz

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”, dice la epístola a los Filipenses. O, dicho de otro modo: la luz del amor de Cristo también debe brillar en los actos de los creyentes.

Hacer el bien puede empezar con cosas muy pequeñas: escuchar en lugar de hablar, ceder en lugar de imponerse, participar en lugar de esperar que otros lo hagan. Porque nuestra meta no es solo nuestra salvación, sino también contribuir a la de los demás. El Servicio Divino del día de Navidad profundiza en esta idea.

Observar bajo la luz

El final del año es un momento para hacer una pausa. “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios” animan los salmos a mirar hacia atrás con agradecimiento.

Lo importante es ser conscientes del bien y no dejar de hacerlo. Es más, tal vez practicar un poco de autocrítica y proponerse a actuar mejor en el nuevo año que en el que termina. Porque el mejor momento para hacer el bien aún está por delante. Cuándo será ese momento, lo revelará el Servicio Divino del 28 de diciembre de 2025.


Foto: KrzysztofBubel/envato

02 12 2025

Autor: Andreas Rother

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