Afrontar contrariedades y hacer milagros
Vivir la fe con alegría a pesar de todas las contrariedades y, además, hacer milagros: ¿Cómo ocurre esto? He aquí las respuestas de un Servicio Divino del Apóstol Mayor, que hacen a la práctica de la confesión.
La comunidad que se reunió en Río de Janeiro, Brasil, el 28 de octubre de 2015 con motivo del Servicio Divino realizado por el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider era relativamente pequeña. El Apóstol Mayor conectó justamente esta situación con la cita bíblica utilizada: “Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios” (1 Corintios 16:9).
Ver las oportunidades
Sólo doce personas habían creído en el testimonio de Pablo en Éfeso, comentó el Apóstol Mayor en relación con el pasaje bíblico citado. La cantidad era ínfima, si tenemos en cuenta que la ciudad de Éfeso era una de las más grandes de aquella época. El Apóstol Mayor agregó, que a pesar de la mínima repercusión el Apóstol Pablo no se dejó desalentar, sino que en Éfeso vio una grandiosa oportunidad.
En este contexto, Pablo tuvo que luchar en contra de las mismas adversidades que el anuncio del Evangelio debe afrontar en los tiempos actuales: “La mayoría de las personas quiere aferrarse a sus viejas costumbres y no acepta el nuevo mensaje. Otros, en cambio, sólo se interesan en Jesucristo porque les promete una vida mejor. Y un tercer grupo está interesado únicamente en ganar dinero”.
Actuar como Pablo
Si tenemos en cuenta todo esto, la reacción de Pablo es tanto más fascinante. “Porque con ella se abre una puerta al obrar abundante”. El Apóstol Mayor comentó, que Pablo seguramente pensaba: “Si Dios me envió a esta ciudad, lo hizo porque quería que obre aquí”.
“Lo mismo se nos aplica aquí y hoy a nosotros. Tenemos la grandiosa oportunidad de hacer algo por el Señor. Esto rige en todo el mundo”, dijo el Apóstol Mayor Schneider: “Veamos el modo que Pablo lo logró”.
- Pablo no cesó de confesar su fe. “Hablemos sobre nuestra fe, sobre nuestras experiencias en la fe y sobre lo que experimentamos en los Servicios Divinos. En nuestro entorno diario podemos hablar con naturalidad al respecto”.
- Dios se sirvió de Pablo para obrar milagros. “Hagamos milagros, cosas que otros consideran imposibles. Hasta en la tribulación podemos sentirnos contentos. Estemos llenos de optimismo de que podamos perdonar. Podemos hacer ofrendas aunque no tengamos nada. Somos unánimes a pesar de todas las diferencias”.
- Pablo podía compartir alegría y sufrimiento con las personas. “Este también es un maravilloso modo de confesar nuestra fe y de anunciar el mensaje. En este mundo que es cada vez más egoísta, podemos compartir la alegría y el sufrimiento del prójimo”.
- Pablo no quería actuar movido por los intereses personales, sino impulsado por el amor: “Los hombres deben saber que sus intereses no sólo se deben centrar en el incremento de la cantidad de miembros o en la mejora de los ingresos de la Iglesia. Nuestro propósito debe ser compartir la gloria del Señor con el prójimo”.
“Por lo tanto veis que nos encontramos en una situación similar a la de Pablo”. Y, finalmente, el Apóstol Mayor concluyó: “No os sintáis desalentados. Creed en el obrar de los Apóstoles vivientes. Mientras estén activos todavía será posible encontrar almas que buscan la salvación, tanto aquí como en el mundo del más allá”.