¿Qué podría atravesarse en el camino de Dios para salvar a un alma? Pues sí, hasta para el Todopoderoso existen obstáculos. Y al alcance del hombre están los recursos para liberar el camino. He aquí las instrucciones para la “cuadrilla de limpieza de caminos”.
“Hay una sola cosa que puede impedir que Dios nos salve”. El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider lo explicó recientemente en Silvertown, Sudáfrica. “No nos salvará en contra de nuestra propia voluntad. Esta es la clave, porque Dios nos quiere salvar, pero nosotros tenemos que allanar el camino.»
El Servicio Divino del 18 de diciembre de 2016 contó con aproximadamente 100.000 participantes, la mayoría de ellos conectados por videoconferencia. En el centro del Servicio se colocaron los versículos bíblicos de Marcos 1:2-3. “Como está escrito en Isaías el profeta: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti. Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas.”
Primer paso: luchar en contra del pecado
El Apóstol Mayor mencionó cinco posibilidades de liberar el camino de Dios, para poder avanzar. “Es necesario tener la voluntad: yo renuncio al pecado. Quiero superar el mal”. Este es el fundamento tanto para el Santo Bautismo con agua como para el perdón de los pecados. “Lo decisivo es”, siguió comentando el Apóstol Mayor, “que no conciliemos en nada con el pecado. Renunciemos al pecado. Pero renunciemos a todos los pecados, no sólo a los grandes que están a la vista, sino a cada pecado”.
Segundo paso: santificarse para el Servicio Divino
“El Señor nos quiere encontrar en el Servicio Divino», agregó el Apóstol Mayor. Para preparar el camino con este fin, se trata de hacer orden en el corazón y fijar las prioridades correctas. “Tú conoces mis preocupaciones y necesidades, mis deseos. Tú sabes qué es lo más importante para mí, quiero ingresar a tu reino”. De la santificación para el Servicio Divino también forma parte la actitud: “Dios, ayúdame a reconocerte en el pecador, en el siervo imperfecto que has enviado”.
Tercer paso: reunirse en el nombre de Jesús
Para experimentar la presencia de Jesucristo en el Servicio Divino es necesario reunirse en su nombre: “Debemos ser conscientes de ello», explicó el Apóstol Mayor, “de que ahora estamos junto con nuestro hermano y nuestra hermana. Ellos son tan importantes para Jesús que Él murió por ellos. Es decir que no los puedo considerar sólo pecadores y personas extrañas”. Asimismo, significa que es necesario que todos eliminemos los obstáculos del otro. “Dios no hará esto por nosotros. Espera de nosotros que resolvamos juntos nuestros problemas y que nos reconciliemos. Esta es nuestra tarea”, concluyó.
Cuarto paso: orientarnos en el Evangelio
“Dios también quiere salvar a nuestro prójimo”. En este caso, los creyentes también están exhortados a allanar el camino del Todopoderoso. “¡Qué nuestro andar sea digno del Evangelio!” Ni los cristianos nuevoapostólicos ni la Iglesia son perfectos, y justamente por eso, señaló: “Hagamos la Obra de Dios perdonándonos mutuamente, amándonos los unos a los otros y dejando de lado todas las diferencias”.
Quinto paso: involucrarse con la comunidad
Y finalmente hay una serie de posibilidades prácticas para prepararle el camino al Señor. “Esto atañe nuestra ofrenda y nuestro acompañamiento en la vida en la comunidad”, dijo el Apóstol Mayor remitiendo al pedido concreto de Jesús cuando rogó a sus discípulos que preparan la sala para la celebración de Pascua.
Conclusiones
Luchar en contra del pecado, santificarse para el Servicio Divino, reunirse en el nombre de Jesús, orientarse en el Evangelio e involucrarse con la comunidad: «Este es el camino para prepararle el camino al Redentor».