En el Espíritu Santo, Dios está bien cerca de los hombres. Lo hizo ver muy claramente el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en el Servicio Divino de Pentecostés. Cómo obra el Consolador y cómo los creyentes pueden aprovechar su poder. Lo principal de la prédica.
Unos 2.000 hermanos y hermanas participaron del Servicio Divino en el Centro de Congresos de Fráncfort del Meno (Alemania). Decenas de miles estuvieron conectados por transmisión de video en toda Europa. La prédica se basó en el texto bíblico de Gálatas 5:29: “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”.
Las obras del Espíritu Santo
Pentecostés es primero una fiesta de agradecimiento, acentuó el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider. En el centro está el agradecimiento de que Dios envió al Espíritu Santo y de que este poder ahora está activo en la tierra. Como ejemplo mencionó cinco obras del Espíritu Santo:
- El reconocimiento de que Jesús es el Hijo de Dios.
- La vida divina en los creyentes a través del renacimiento de Agua y Espíritu.
- La posibilidad de oír la palabra de Dios.
- El hecho de que se agreguen el cuerpo y la sangre de Cristo al pan y al vino en la Santa Cena.
- La habilitación de los portadores de ministerio ordenados para su servicio.
Los caminos en el Espíritu Santo
Ser agradecido, “esto es lindo y bueno”, se sonrió al Apóstol Mayor. Pero una madre espera más de sus hijos que sólo una palabra de agradecimiento. Lo que hay que hacer, lo deja claro la segunda mitad del texto bíblico: “andar por el Espíritu”.
¿Y cómo se “anda por el Espíritu”? Para esto el Director de la Iglesia también tenía preparadas cinco respuestas:
- Nutrirse por el Espíritu Santo: el mínimo de agradecimiento es tomar del alimento ofrecido, es decir oír la prédica y aceptarla, así como recibir la Santa Cena.
- Orar por el Espíritu Santo: aquí es decisiva la confianza ilimitada en Dios. “Sé que tú me amas. Tú eres el Todopoderoso. No te puedo entender pero confío plenamente en ti”, mencionó como ejemplo.
- Luchar por el Espíritu Santo: aquí se trata ante todo de luchar contra el enemigo apropiado. “No despreciamos la vida material, sino que luchamos contra el mal, contra todo lo que se opone al mandamiento del amor a Dios y al prójimo”.
- Servir por el Espíritu Santo: “No hemos pasado a formar parte de la Iglesia de Cristo para dejarnos servir”, dijo el Apóstol Mayor haciendo referencia al ejemplo e Jesús: “Lo que hacemos lo hacemos para el Señor”.
- Crecer en el Espíritu Santo: el mejor servicio es prepararnos nosotros mismos para el retorno de Cristo, para que Dios pueda continuar con su plan de redención. “Por amor a nuestro prójimo apoyemos a Dios en sus esfuerzos”.
Colocar señales para los valores de Cristo
“Queremos colocar señales”, apela el Apóstol Mayor Schneider poco antes del festejo de la Santa Cena: “Depende de nosotros que no se pierdan los valores cristianos en la sociedad”. Hay para eso una “forma pública de confesarlo”. Es la participación en el Servicio Divino y allí ante todo en la Santa Cena. “Si quieres confesar que Jesucristo es el camino, el Ayudador y el desenlace, entonces celebremos la Santa Cena”.