Cuatro voces y un trabajo en comunión: así describe el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider el «cántico nuevo». Nuevos impulsos para un concepto ya conocido.
Un conocido cántico de alabanza fue la base del Servicio Divino que el Apóstol Mayor ofició el 12 de julio de 2015 en Goma (República Democrática del Congo): «Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre la peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová» (Salmos 40:3-4). Casi 6.400 hermanos y hermanas siguieron el Servicio Divino que fue traducido del francés al swahili.
Nos sacó y nos puso sobre fundamento seguro
Antes de referirse detalladamente al «cántico nuevo», el Apóstol Mayor primero transfirió los demás componentes del texto bíblico a la «salvación en Cristo»:
- El pozo de la desesperación: «Lo llamamos la muerte espiritual, el estar separado de Dios«. Jesús liberó al hombre de esa condición entregando su vida en sacrificio.
- Lodo cenagoso: Esto «es aquí el símbolo del pecado«. Por sus propias fuerzas el hombre no se puede sacar a sí mismo de aquí. «Únicamente la gracia de Jesucristo nos puede redimir del pecado».
- La peña como fundamento seguro: «Esto es su Evangelio. – El que se apoya en las promesas de Jesús, se apoya en un fundamento seguro. Ya no se encuentra en un suelo resbaladizo, ya no se hunde en él y puede avanzar».
Un cántico de agradecimiento y de alegría
El punto central de la prédica lo constitutó el «cantico nuevo». Este «es en primer lugar un cántico de alabanza y agradecimiento«. El que es consciente de la magnitud del obsequio de Dios, estará en condiciones de agradecer a Dios por su salvación, incluso cuando esté padeciendo circunstancias difíciles. Y en él el agradecimiento también se expresará en hechos. Forma parte de ello también «que primero busquemos el reino de Dios y pongamos todo lo demás en segundo plano».
«También es un cántico de alegría, de alegría por la salvación, de alegría en Jesucristo». Es absolutamente normal «que nos alegremos cuando lo que nos proponemos es coronado con el éxito. Nuestra mayor alegría, sin embargo, debería ser sobre la salvación, que tengamos un lugar en el cielo junto a Jesús».
Un cántico de celo y de perdón
Además, el cántico nuevo es un cántico de celo por el Señor: el viejo cántico, es el cántico del hombre que viene a Dios y dice: «Necesito esto y aquello, dame esto, dame lo otro». El cántico nuevo es el siguiente: «Señor, tú eres tan bueno conmigo; Señor, ¿qué puedo hacer por ti?».
Y finalmente también es un cántico de perdón y reconciliación: «El que es consciente de la gracia que Dios le concede, ya no se vengará», dijo el Apóstol Mayor: «Perdonar al prójimo no significa decirle que aquello que ha hecho no es malo. Perdonar significa ya no hacerle reproches y orar por la salvación de su alma».
Cantar juntos y ensayar
«Este cántico nuevo no lo podemos cantar solos, lo debemos cantar todos juntos. Para eso debemos formar un coro«. ¿Qué se necesita para que un coro pueda cantar bien?
- «Sus integrantes se deben parar ordenadamente y entonar el mismo cántico. Si cada uno sólo quisiera entonar su cántico preferido, no iría».
- «Un buen coro no es un coro formado por 150 solistas. Para cantar el cántico nuevo debemos valorarnos unos a otros«.
- La armonía, la unidad requiere muchos ensayos del coro, mucha ejercitación.
En el Apocalipsis dice que sólo los 144.000, que cantan en el monte de Sion, conocen el cántico nuevo. ¿Por qué? Porque «solamente los que vivirán las bodas del Cordero, serán conscientes de la magnitud del obsequio de Dios», dijo el Apóstol Mayor Schneider. «Les deseo a todos vosotros, que formen parte de la novia de Cristo y que puedan cantar este cántico de agradecimiento y alegría».
Síntesis: La salvación que Dios concede, colma de agradecimiento y alegría, impulsa a servir al Señor, perdonar al prójimo y trabajar en favor de la unidad.