Asistencia espiritual (21): Por qué hay que acompañar a la muerte
¡La muerte es el escándalo de la vida! A veces llega de repente, a veces se la espera, a veces se la desea… y la mayoría de las veces no conoce calendario. Los que se quedan atrás sufren por el vacío que surge.
¡La muerte es separación! Cuando alguien muere –esposo, amigos, padres, hijos–, a menudo quedan familiares que sufren mucho. La muerte los lleva al proceso del duelo que va en direcciones que ellos no eligen. No existe un modelo uniforme de duelo. Cada uno se siente afectado de forma distinta. Surgen muchos sentimientos diferentes: conmoción, desconcierto, ira, culpa, abatimiento, soledad, miedo, pánico. Algunos se sienten confundidos, abandonados, decepcionados. Otros están petrificados, como paralizados. La agonía y el dolor dominan el día y sobre todo la noche, cuando hay tiempo para reflexionar.
Despedida – partida – nuevo comienzo
Como una bolsa vacía de la que se ha escapado todo el aire –un agujero profundo sin luz–, así es como uno se siente cuando se va alguien con quien se ha estado unido durante algún tiempo. En estas situaciones de la vida, el acompañamiento en el duelo puede ayudar. Asumir la pérdida con una visión reconciliadora es una parte importante de la vida de las personas. Sigmund Freud ya reivindicó el acompañamiento y abordaje del duelo como disciplina de atención psicológica. El acompañamiento en el duelo añade un brillo especial a la asistencia espiritual personal. Bien entendido, ayuda a enfrentar debidamente el tiempo entre la despedida, la partida y el nuevo comienzo.
Aunque el abordaje del duelo no puede eliminar el dolor por completo, debe apoyar al que sufrió la pérdida para que pueda seguir conformando su vida. Esto ocurre en varias fases y es un trabajo muy exigente.
Buenas reacciones son:
- 1. ¡No se debe pasar por alto lo que no es bello! La pérdida, la conmoción y el horror no se pueden hacer desaparecer hablando. E incluso si la muerte de una persona cercana se esperaba, ¡surge un vacío! Al deudo le está permitido un primer sentimiento de no encontrar consuelo. “No sé qué decir ahora” es una buena frase que los que están de luto prefieren escuchar en lugar del lacónico: “Te entiendo”.
- 2. ¡Los deudos tienen derecho a llorar! Frases como “Tienes que mirar hacia delante” o “¿Por qué no te tomas unas vacaciones ahora?” no son muy útiles. Los deudos no quieren dedicarse a esos pensamientos y no tienen por qué hacerlo.
- 3. ¡Los propios sentimientos son normales! Sentimientos y pensamientos contradictorios, lágrimas, vacío interior, dolor, ira, desesperación, dudas sobre el apoyo de Dios: todo esto está bien y es normal. Y como el duelo es un proceso de adaptación a una situación vital que cambió, este proceso requiere bastante tiempo y paciencia.
Entre dos mundos
Dado que las personas que están de duelo se debaten entre dos mundos –los recuerdos y la realidad–, es necesario atender las dos visiones del mundo. Los recuerdos quieren ser compartidos. Los acompañantes en el duelo escuchan, comparten el llanto y también guardan silencio juntos. Los recuerdos son preciosos, comparables a la búsqueda de un tesoro y a un trabajo biográfico de precisión. En este trabajo, es redescubierto el que se ha ido y es reposicionado el que se queda. Poco a poco, los dos mundos se conectan a través del puente de la reconciliación.
Reconocer la pérdida
Al final de la superación del duelo está la constatación de que el ser querido ya no está. Se ha ido y no va a volver. Esto todavía duele, pero se ha asumido en la mente y en el corazón. Para los cristianos, es fácil decir: “Os veréis de nuevo en el más allá”, lo que suena bien para quien lo dice y es un intento bienintencionado de consuelo. Nada más. Pero no debería pronunciarse antes de tiempo, porque en los momentos en que la pérdida de un ser querido duele profundamente, la frase tiene la cualidad de un argumento asesino: “Todo menos lamentarte…”, lo cual sería un error. En su lugar, es necesario reconocer la pérdida.
En nuestro próximo episodio de la serie sobre la asistencia espiritual, escribiremos sobre el tema de la “asistencia espiritual de emergencia”.
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