Asistencia espiritual (22): La asistencia espiritual de emergencia no puede ser más difícil
Un accidente. Tres jóvenes iban en un auto. Estaban de buen humor, el conductor se distrajo. De repente, perdió el control del vehículo, el que salió de la carretera y chocó contra un árbol. Los pasajeros murieron en el lugar del accidente.
Una terrible escena de la vida cotidiana. Hay una gran excitación en el lugar del accidente. La policía, los bomberos, los paramédicos de emergencia, además de los curiosos y la prensa. En medio de todo esto están los padres que han sido informados por la policía. ¿Quién se ocupa de ellos? Inmediatamente queda claro de que este es un caso para asistentes espirituales capacitados, porque no solo se produjo la muerte de varias personas, sino que el sufrimiento y el dolor se trasladan a los hogares de esas familias.
Primeros auxilios a los familiares
La única tarea del asistente espiritual en el lugar es estar allí presente para los familiares. Ahora son el centro de toda la atención, directa y exclusivamente. Ahora es necesario escuchar, tener compasión y empatía. Un asistente espiritual de emergencias sin empatía es inconcebible. Su tarea más importante es dar a las víctimas un espacio protegido, brindarles contención. La conmoción y el pánico se han apoderado de esas personas y esto las cambia física y psicológicamente. Lo que se necesita ahora es calma, confianza y el restablecimiento de una cierta capacidad de acción. El asistente espiritual de emergencias anota los siguientes pasos importantes y los explica a los afectados. Está disponible para preguntas y se queda hasta que vengan otros familiares, pero solo mientras él mismo pueda soportar la situación.
No te olvides de ti mismo
Una cosa queda clara: “La muerte y el sufrimiento nunca se convierten en rutina”, como cuenta un Pastor de la Iglesia Nueva Apostólica que trabaja voluntariamente como asistente espiritual de emergencias. Para evitar que él mismo sufra daño durante esas misiones, tiene claras secuencias de acción en su cabeza que se alinean como una cadena: alertar – llamar al centro de control – encontrar la ruta de acceso – hacerse cargo. También es interesante que después de la misión, se cambia conscientemente de ropa, se lava las manos y escribe un protocolo. Esto último también lo ayuda a ordenar las impresiones para él mismo. Y, por supuesto, tiene derecho a buscar atención psicológica para sí mismo en cualquier momento.
La asistencia espiritual pasa por el corazón
La situación descrita anteriormente ocurre con frecuencia. La asistencia espiritual es inmensamente importante, sin ella el mundo se vería más oscuro. Y por más diferente que sea cada caso, hay ciertas reglas claras e inequívocas que deben guiar la asistencia espiritual:
- Nada funciona sin confianza. Si el asistente espiritual no es de confianza, no puede ayudar. Por el contrario, empeora la ya de por sí grave situación.
- La asistencia espiritual sin competencia es inútil. Aunque la capacidad de escuchar o mostrar compasión es algo que tiene todo ser humano, el asistente espiritual no se limita a callar, sino que escucha de verdad. Escuchando activamente averigua en profundidad el estado de la otra persona. Esto se hace preguntando, pero sobre todo escuchando.
- Es bueno cuando la asistencia espiritual se hace a partir de un equilibrio seguro. Quienes se ocupan de la asistencia espiritual necesitan ser personas equilibradas. El que está en paz consigo mismo transmite una irradiación agradablemente pacífica.
- La asistencia espiritual también necesita coherencia. Las típicas frases negativas como “es tu culpa, deberías haber tenido más cuidado” no son aceptables. La falta de tiempo, la falta de voluntad para comprometerse individualmente y la falta de experiencia también son factores que perturban.
Estos puntos dejan claro que la buena asistencia espiritual tiene que ser aprendida. Y esta es una tarea para todos los que trabajan en la asistencia espiritual.
El próximo artículo de esta serie tratará sobre la asistencia espiritual después de la interrupción de un embarazo.