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¿Buscando la última alma?

mayo 3, 2017

Autor: Andreas Rother

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¿Y qué pasa con la «última alma»? ¿Por qué casi no se escucha decir más nada sobre esto? El Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider menciona tres buenos motivos. Y tienen mucho que ver con la alegría con la que uno espera el retorno de Cristo.

«Cuando esté sellada la última alma, vendrá el Señor». A esta afirmación que se usaba a menudo en el pasado, se refirió el Director de la Iglesia al comienzo del Servicio Divino del 12 de marzo de 2017 en Saskatoon (Canadá). «Esto es algo que hoy ya no decimos», destaca agregando tres motivos.

Más que una cantidad fija

El pensamiento de la última alma a ser sellada proviene de la cantidad bíblica de los 144.000, según la cual sólo esta cantidad fija de escogidos es la que sería salvada. Todos los demás se quedarían en la tierra y tendrían que pasar por grandes necesidades.

«En el interín sabemos que la cantidad de los que fueron escogidos para pertenecer a la novia de Cristo, no es una cifra fija», dejó claro el Apóstol Mayor. «No los podemos contar». Y si una cantidad no es limitada, está de más el pensamiento de querer encontrar para ella un último elemento.

El Sellamiento recién es el comienzo

Además, «el Santo Sellamiento no es el final, sino el comienzo», previene mencionando el peligro que supone el pensamiento de la última alma. Pues, «sólo el estar sellado no alcanza para poder entrar en el reino de Dios. Es únicamente el comienzo de una evolución».

«Luego debemos ser santificados y debemos prepararnos para el retorno de Cristo», dijo el Director de la Iglesia. «Y sabemos, al menos yo lo sé por experiencia, que esto constituye mucho trabajo». Por si acaso, al menos habría que decir: «Cuando la última alma esté preparada…».

Amor al prójimo en lugar de egoísmo

Pero, y esto manifiesta el Apóstol Mayor Schneider como el punto principal, «¿no era este pensamiento también algo egoísta?». Pues, «queríamos encontrar la última alma para que nosotros mismos pudiésemos ser salvados. Esta era nuestra motivación y esto ya es un poco egoísta».

«Hoy somos de la opinión de que nuestra motivación debería ser otra», destacó: «por amor queremos que las personas reciban exactamente lo mismo que tenemos nosotros. Queremos compartir la redención con ellos».

«Y no queremos que el Señor venga porque tenemos miedo del futuro. Queremos que el Señor venga porque lo amamos», fue su conclusión. «Y además queremos que nuestro prójimo reciba exactamente lo mismo que nosotros. Esta es la motivación de la novia de Cristo. Estoy muy seguro de que esta es una parte importante de nuestra preparación».

Foto: tadamichi – Fotolia

mayo 3, 2017

Autor: Andreas Rother

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