¿Vivir o dejar morir? Nadie toma una decisión de esta magnitud a la ligera, especialmente cuando se trata de una vida no nacida. ¿Cuál es la posición de la Iglesia Nueva Apostólica sobre la interrupción de un embarazo?
La interrupción deliberada de un embarazo matando una vida en desarrollo es un tema controversial en sí mismo, pues están en juego el derecho a la vida del niño, el derecho de la mujer a la autodeterminación, la responsabilidad personal de los padres, así como las ideas religiosas y éticas.
Sin embargo, la interrupción del embarazo también tiene consecuencias muy personales. El procedimiento puede tener consecuencias físicas y psicológicas. Esto hace que sea aún más importante tratar los aspectos médicos, sociales y psicológicos. Este es el tema de la posición de la Iglesia Nueva Apostólica publicada en el último número de la revista para miembros “community”.
El derecho de protección
“Preservar la vida, siempre que sea posible” es el título del artículo de la edición 2/2022, que también se publicará en la revista de la Iglesia en idioma alemán “Unsere Familie” y sus traducciones a otros idiomas. El texto procede del grupo de trabajo “Medicina”, integrado por profesionales de la medicina, la psicología y el derecho, tanto hombres como mujeres.
“La Iglesia Nueva Apostólica rechaza la interrupción del embarazo”, dice claramente en la posición. Porque “el óvulo fecundado ya es una vida individual que goza del derecho de protección. Cada ser humano es querido, creado y amado por Dios”. Pero la Iglesia también reconoce que las cosas son mucho más difíciles en situaciones concretas de la vida que en la teoría teológica.
Alternativas y una excepción
Así, la posición aborda con detalle situaciones concretas: por ejemplo, los embarazos de menores, de mujeres bajo tutela, después de una violación o cuando existe una amenaza de daño grave para el niño.
También en este caso, la Iglesia se compromete a proteger la vida en desarrollo, pero al mismo tiempo intenta mostrar alternativas al aborto. Esto abarca desde la atención psicológica y el apoyo financiero hasta la posibilidad de adopción.
También menciona una excepción: “Cuando se diagnostica en forma inequívoca e incuestionable que a causa el embarazo corre riesgo la vida de la mujer, la Iglesia desiste de sus serias objeciones en contra de una interrupción del embarazo y se pone a favor de salvar la vida de la madre”.
La responsabilidad personal cuenta
“La Iglesia no renunciará a su postura a favor de la vida, pero en definitiva respetará la decisión que tome la persona responsable”, subraya el comunicado. “La responsabilidad por una interrupción del embarazo les corresponde a ambos padres”. Incluso cuando existieren motivos individuales entendibles, debe tener un peso especial la postura de la Iglesia, debido al alcance que tiene la decisión a tomar.
La experiencia práctica muestra que en las partes involucradas a veces existen considerables sentimientos de culpa. De hecho, la Iglesia considera la interrupción del embarazo como una transgresión del quinto mandamiento. En algunas de las circunstancias mencionadas, la culpa ante Dios vinculada con el pecado puede ser mínima. “Rogar a Dios por el perdón y recibir gracia, también puede ser una ayuda para la asimilación psíquica”.
Con comprensión y sin condiciones
Debido al alcance de la decisión, el Apóstol es la primera línea de contacto. El asistente espiritual debe proporcionar una asistencia espiritual comprensiva e incondicional, independientemente de la decisión tomada.
Esto incluye la mayor consideración por la experiencia vivida por la mujer. Algunas tendrán inhibiciones para desahogarse frente a un hombre. En este caso, se puede recurrir a las personas de contacto femeninas adecuadas.
La promesa central: “Las madres o bien las parejas que han analizado los aspectos médicos, personales y teológicos, pueden contar con que la Iglesia respetará la decisión que tomaron bajo su responsabilidad personal a favor o en contra de una interrupción del embarazo y les brindará asistencia espiritual con imparcialidad”.
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