¡Venid! Este es el llamado de Jesús a los cansados y agobiados. Quiénes son y qué les dice Jesús es revelado por el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider en un Servicio Divino que no solo da fuerza a los cansados y agobiados.
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Un altar decorado festivamente esperaba la prédica del presidente de la Iglesia
Foto: Björn Renz
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Una orquesta de cuerda tocó antes y durante el Servicio Divino
Foto: Björn Renz
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Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider: “Jesús vino para llevar la salvación a los pobres, a los humildes, a los despreciados, a los pequeños”.
Foto: Björn Renz
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“¿Necesitas fuerza? Con Él está la fortaleza”, cantó el grupo de canto antes del cambio de siervo
Foto: Björn Renz
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Apóstol Thomas Deubel: “Cuando nos hemos cansado, oímos en el Servicio Divino: ¡Eres amado por Dios!”
Foto: Björn Renz
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La iglesia de Leipzig estaba totalmente llena, cumpliendo las condiciones propias del coronavirus
Foto: Björn Renz
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Apóstol de Distrito Michael Ehrich: “Depende de que tomemos este don infinitamente precioso, entonces podremos tener encuentros con el Señor”.
Foto: Björn Renz
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Sobre la base de este versículo de Mateo 11:28, predicó el Apóstol Mayor Schneider el 8 de agosto de 2021 a la comunidad de Leipzig y a las comunidades conectadas en línea de la Iglesia regional Alemania del Norte y del Este.
Muy cargados
Esta palabra se aplica hoy a todos los que se sienten pequeños e impotentes ante los golpes del destino, a los que se consideran rechazados por ser diferentes y a los que están insatisfechas porque tienen la sensación de estar constantemente en desventaja. Jesús los llama a todos: “¡Venid a mí! Yo os haré descansar”.
Pero la palabra se aplica sobre todo a los cristianos: “También a nosotros nos llama hoy: ‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar’”.
Cansados de servir
“Esto se aplica a los hermanos oficiantes que sirven al Señor, pero también a cada hermano, a cada hermana que ejerce un servicio en la Iglesia”, explicó el Apóstol Mayor Schneider. “En algún momento uno se cansa. Es completamente normal”. Jesús se da cuenta de ello y no convence a nadie para que continúe. “No”, siguió explicando el presidente de la Iglesia, “nos dice una y otra vez: necesitas descansar. Ven a mí. Ven a mí en el Servicio Divino. Ven a mí en la oración”. En la oración, en el Servicio Divino y en la Santa Cena, los creyentes pueden sacar fuerzas para seguir trabajando para Jesús.
Cansados de luchar
“No sé ustedes”, dijo el Apóstol Mayor, “pero yo noto una y otra vez: ‘Ahora me esforcé tanto y luché por hacerlo mejor ¡y volví a caer!’. Es entonces cuando uno se puede cansar, agotado por el esfuerzo sin éxito”. De nuevo, Jesús dice: “Ven a mí y aprende de mí. Ven, te doy la gracia. Hago que todo vuelva a estar bien. Yo perdono tus pecados. No espero que seas intachable, sino solo que me ames. Yo me encargaré del resto. Ven, te haré descansar”.
Cansados de esperar
Mientras lo esperamos, Jesús da esperanza: “Llevamos mucho tiempo oyendo: ‘El Señor viene pronto…’. De vez en cuando se nota que los hermanos se cansan. Hace tanto que lo estamos esperando”. Pero también aquí hay una reacción del Resucitado, traducida por el Apóstol Mayor: “Acércate a mí, desarróllate en mi naturaleza, y entonces experimentarás y sentirás: ¡Ya estoy contigo! Esta presencia está. Esta experiencia de mi presencia te ayudará a perseverar hasta el final”.
Cansados de la prédica
“He oído que a algunos la prédica les parece aburrida”, dijo el dirigente de la Iglesia. “Si se observa la prédica: De hecho, lo es. Es una repetición eterna. Llevamos años escuchando absolutamente lo mismo”. Pero no tiene por qué ser aburrida, explicó el Apóstol Mayor, porque el objetivo es desarrollarse, parecerse más a Jesús: “Ese es el verdadero objetivo, tiene que haber una evolución, la nueva criatura tiene que desarrollarse”.
Cansados de la comunión
El Apóstol Mayor Schneider: “A veces la comunión también es un poco agobiante. Una y otra vez se oye: ‘Bueno, ese de ahí, ya no lo puedo ver. Y esa de ahí, ya no la puedo escuchar’. De hecho, todos somos muy diferentes y ninguno es perfecto”. Poco antes de terminar su prédica, el Apóstol Mayor resumió por qué vale la pena estar en esta comunión: “Estáis juntos en la comunidad porque Jesús quiere daros la salvación, porque Jesús os ha llamado a servir juntos. Cuando uno lo ve así, hasta la comunión deja de ser una carga”.