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Cinco pasos para llegar a la fiesta suprema 

10 09 2025

Autor: Sophie Berg

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Las bodas en el cielo. ¡El mayor acontecimiento de todos los tiempos! ¿Quién quiere estar presente? ¿Y qué hay que hacer para poder estar? El Apóstol Mayor da instrucciones claras. 

En Mbuji Mayi, en la República Democrática del Congo Sudeste, el Apóstol Mayor Jean-Luc Schneider celebró el domingo 27 de julio de 2025 un Servicio Divino al que asistieron más de 15.000 hermanos y hermanas en la fe. El texto bíblico de Apocalipsis 19:7 decía: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado”. 

La esposa y el esposo 

“La Biblia utiliza a menudo la imagen del esposo y la esposa”. En el Antiguo Testamento, Dios es representado como el Esposo fiel y el pueblo de Israel como la esposa infiel. En el Nuevo Testamento, por el contrario, Jesús habla de sí mismo como el Esposo y de la Iglesia como su esposa. “Esta imagen también describe el vínculo que une a Dios y los suyos, a Jesús y su Iglesia”: es el amor. Jesús amaba tanto a los suyos “que murió por ellos”. Forman parte de los suyos, de la esposa, todos aquellos que lo siguen fielmente, “los que aman a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente”. Las bodas del Cordero es la imagen del retorno de Jesús. En ese día, Jesús y su esposa “no solo estarán juntos para siempre, sino que serán uno”. 

Los preparativos de las bodas 

Toda boda requiere cierta preparación y la esposa de Cristo no es una excepción. Ella “debe ser purificada y santificada”. Gracias al sacrificio de Jesús, puede ser purificada. Los Apóstoles han sido enviados para ayudarla. No solo le facilitan el acceso al perdón de los pecados y le anuncian la palabra de Dios, sino que también le dispensan los Sacramentos: “el Bautismo con Agua, el Bautismo con Espíritu y la Santa Cena”. Además, la esposa debe “prepararse”, cada uno debe realizar un trabajo personal. Esto incluye: 

1. Aprender a creer: “Sin fe nadie puede llegar a Dios”. Creer significa: “Confiar en la palabra sin ver y sin comprender”. Esto hay que aprenderlo y pedirle al amado Dios: “Por favor, fortalece mi fe”. 

2. Recibir los Sacramentos: “Recibir los Sacramentos y darles espacio para que se desarrollen”. Quien haya sido bautizado con agua debe mantener hasta el final su promesa de renunciar al mal y luchar contra él. Quien haya recibido el don del Espíritu Santo debe estar decidido: “La vida eterna es mi prioridad, mi objetivo supremo es estar con Jesús en el cielo”. La Santa Cena no es “una píldora mágica”. “El efecto salvífico de la Santa Cena depende de tu voluntad de ser semejante a Cristo”. 

3. Ser como Cristo: Esto significa “amar a Dios como Él lo amó”. “Quería tanto ser uno con su Padre que estaba dispuesto a renunciar a sus deseos y a su voluntad para hacer la voluntad del Padre”. Al fin y al cabo, se mantuvo fiel a Dios hasta el final, a pesar de las pruebas. “Debemos dar prioridad a nuestra relación con Dios antes que a nuestra vida terrenal”. Se trata de renunciar a la propia opinión y amar al prójimo, para que todos los seres humanos reciban la misma gloria que Jesús. “Ser semejante al Señor significa aprender a amar al prójimo como Él lo hace”. Y “el amor de Cristo consiste en que yo quiera que el otro reciba la misma salvación que yo”, explicó el Apóstol Mayor. 

4. Gracia: “Para recibir la gracia, hay que reconocer la culpa, arrepentirse sinceramente y no buscar excusas”. Hay que implorar la gracia y comprometerse a mejorar: “Cuanto mayor sea el arrepentimiento, más nos podrá perdonar Dios”. El perdón de los pecados no se produce automáticamente, sino que requiere un esfuerzo sincero. 

5. Generar unidad: “Dios quiere que los suyos sean uno”. Hay que aprender a superar las diferencias, a aceptar que los demás no son como uno mismo y a estar abiertos al perdón y la reconciliación. “Jesús quiere que su Iglesia sea una. Y nosotros debemos trabajar constantemente por esta unidad”. 

Dios está por encima del tiempo 

En la palabra bíblica, las bodas se describen como un hecho consumado. Pero “para Dios, ayer, hoy y mañana son hoy”: Él “está por encima del tiempo”. Cuando Dios habla del futuro, describe una realidad: “Nada puede impedir las bodas del Cordero. Nada puede impedir que Jesús venga otra vez y lleve consigo a aquellos que se han preparado”. 

“Hermano mío, hermana mía, prepárate de verdad para el retorno del Señor. Recuerda lo que te dará y prepárate con alegría”. 

10 09 2025

Autor: Sophie Berg

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