Ciudad, campo, comunidad: la Iglesia en evolución (parte 1)
Es un país de lo superlativo, también precisamente para la Iglesia Nueva Apostólica. Y un país de contrastes entre la ciudad y el campo. Es la República Democrática del Congo. Perspectivas de una charla del «Apóstol de Distrito de la moto».
Casi ningún Apóstol de Distrito puede considerar una moto como su vehículo oficial. Pero sin su medio de transporte todo terreno, Michael Deppner no puede recorrer muchos de los trayectos de su área de actividad: la parte oeste de la República Democrática del Congo (RDC). El canadiense de nacimiento informó sobre su trabajo allí en las «NAC Talks» (=Charlas de la INA) celebradas en el pequeño Día de la Iglesia que tuvo lugar en Pentecostés en los EE.UU.
Un peso pesado en el mapa
La RD Congo es el segundo país más grande de África y aloja el segundo río y la segunda selva tropical más grandes. También en el mapa nuevoapostólico este país es un peso pesado: viven aquí 2,5 millones de miembros de la Iglesia, es decir más de un cuarto de todos los hermanos y hermanas en la fe.
Aunque la lengua oficial es el francés, los idiomas principales son tshiluba, swahili, lingala y kikongo. Si se decidiese según los hablantes nativos, sería tshiluba el idioma internacional de la Iglesia Nueva Apostólica: ninguno de los 70 idiomas apoyados oficialmente son hablados por más portadores de ministerio.
La vida en la aldea
Casi dos tercios de los habitantes viven en zonas rurales: en aldeas dispersas por todo el país. Estas personas en su mayoría se autoabastecen con su producción agraria. Sólo les queda una pequeña parte de la cosecha para la venta.
En el campo, las condiciones de vida son muy simples. Pocas veces hay electricidad, algunos quizás tienen un pequeño generador. Son las actividades sociales como casamientos o entierros, las que permiten que las personas se reúnan en un ámbito más grande y puedan intercambiar entre sí.
La infraestructura estatal es particularmente marcada. Sin embargo, los servicios sociales, los centros de salud o las instituciones educativas son ofrecidos por Iglesias o entidades caritativas. De lo contrario, los padres se organizan junto con los jefes de las aldeas para poner en pie al menos una escuela primaria.
Las comunidades en la aldea
Comenzar es fácil, mantenerlas es más difícil. Así describe el Apóstol de Distrito Deppner la fundación de comunidades nuevoapostólicas en las aldeas del Congo. Por lo general, se inician cuando hermanos y hermanas regresan a sus lugares de origen, pero en parte también cuando algunos se mudan a esas localidades con el objetivo de realizar trabajo misionero. No pocas veces la música ha sido un elemento clave para establecer las comunidades.
Son adoptadas en la comunidad casi siempre familias completas. La decisión la toman todos en conjunto: se vuelven nuevapostolicos todos o ninguno. El Sacramento del Santo Sellamiento se dispensa en un marco grande, en un Servicio Divino en conjunto donde participan varias aldeas. Esos encuentros son auténticos eventos…
Algunas comunidades son sólo estacionales en un determinado lugar: por ejemplo en aldeas de pescadores o en grandes emprendimientos agrícolas. Cuando pasó la temporada o la época de cosecha, los trabajadores nómadas emprenden diferentes caminos y la comunidad de disuelve.
La juventud sueña con la ciudad
Pero tampoco localmente resulta fácil que la comunidad tenga una estructura firme. Sirve como edificio de la iglesia primeramente un cobertizo de ramas cubierto con hojas de palmeras. Más adelante puede convertirse en una edificación de ladrillos de barro. Paso a paso los miembros de la comunidad proporcionan los elementos necesarios para su casa de Dios, desde la puerta de madera hasta el mantel del altar.
Las condiciones educativas no sólo hacen difícil encontrar dirigentes para la juventud y maestros, sino también portadores de ministerio. Pues para poder serlo se necesita, además de los dones espirituales, ser alfabeto y con una buena reputación en el pueblo. «Pero los encontramos», acentúa el Apóstol de Distrito Deppner.
Formación y motivación: la gran mayoría de los hombres y mujeres jóvenes quiere abandonar la aldea e ir a la ciudad, donde hay educación y trabajo. Esto lleva a que en las comunidades pequeñas pocas veces haya una Confirmación. Por lo general, están formadas por miembros muy jóvenes y bastante mayores.
La vida en las comunidades de las aldeas más grandes y las ciudades pequeñas es más fácil. Pero en las grandes ciudades aparecen los peligros. Y la capital Kinshasa es un caso especial. Sobre esto informará nac.today mañana, en la continuación.