Codo a codo: cómo consuela la compañía en el camino del duelo
Consolar a los deudos no es una tarea fácil. Resulta muy difícil encontrar las palabras adecuadas o incluso vencer el propio abatimiento. Lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer en cuestiones de acompañar durante el duelo.
«¡No os podemos consolar con nada!». Estas líneas recibidas de un vecino fueron las que más consolaron a Leonore Matouschek en sus horas de mayor dolor. Poco antes había perdido la vida en un accidente de tránsito su hijo Frank, cuatro días antes de cumplir seis años.
¿Fue esa imposibilidad de consolar un consuelo? Algo extraño, ¿no? No, un paso muy importante y correcto. Lo sabe ella, que en ese momento le tocó pasar por ese dolor, y hoy tiene 65 años y que, además, actualmente es una reconocida profesional en la materia. Desde hace unos 20 años trabaja como acompañante de personas en proceso de duelo. También brinda asesoramiento y apoya a la Iglesia Nueva Apostólica en Alemania del Norte y del Este dirigiendo círculos de duelo, como referente en seminarios o como asesora en grupos de trabajo.
Reconocer la pérdida
«Os volveréis a ver en la eternidad». A este tipo de intentos bienintencionados de consuelo Leonore Matouschek reacciona casi con alergia. Es cierto, esta esperanza es algo maravilloso. Pero en tiempos en que la pérdida de la persona amada duele profundamente, se convierte en un golpe demoledor frente al cual tiene que enmudecer cualquier lamento que quiera levantarse a causa del dolor que se sufre…
El que quiere ayudar a los deudos, debe tomar en cuenta en primer lugar cuál es el hecho central en ese instante: una carencia enorme en la vida de esa persona y una innumerable cantidad de estados de ánimo distintos experimentados por el individuo. «Reconocer lo que es, es el pensamiento que más ayuda en el acompañamiento en el duelo», dice la profesional domiciliada en Hamburgo.
Compartir la imposibilidad de consolar
Al comienzo del duelo está el shock y la consternación. Y este estado no se puede hacer desaparecer con palabras. Sirve de ayuda aquí el tipo de dedicación que experimentó Leonore Matouschek de parte de su vecino después de la muerte de su pequeño hijo.
El que admite que él mismo es imposible que sea consolado, también lo admite para con el deudo. «En palabras como esas se siente que se comparte la consternación y al mismo tiempo, que está permitido el duelo», deja claro la acompañante de duelos. Aún más, esta forma de tomar parte transmite el mensaje: «En tu imposibilidad de ser consolada, estoy contigo». «No sé cómo decírtelo». Son buenas frases que los deudos prefieren escuchar antes que el lapidario: «Te comprendo».
Permitir el duelo
«Tenéis que mirar para adelante». «A tomarse primero unas vacaciones». Estos consejos también son bienintencionados, pero ayudan poco. «Quienes están de duelo no necesitan que se les diga en qué cosa positiva tienen que pensar».
Mucho más importante es reconocer que los deudos a veces puedan vivir y mostrar a su propia manera sentimientos y pensamientos contradictorios, dice Leonore Matouschek. No sólo forman parte de ellos las lágrimas y el vacío interior, sino también el sentirse herido, enojado, desesperado, hasta dudar de la ayuda y la protección de Dios. Es bueno aquí el escucharlos y contenerse para no expresar una valoración personal ni tampoco receta patentada alguna. El duelo es un proceso de adaptación a una situación de vida modificada. Y este proceso necesita tiempo y no se puede «afrontar» con unas pocas palabras.
Estar presente y acompañar
Sin embargo, es posible hacer llegar un rayo de luz detrás de los muros de esos oscuros sentimientos. Para eso se necesita en principio un poco de coraje: el sentimiento de la propia indefensión no debe retenernos de estar presentes junto a alguien que está de duelo.
Ya sea el ofrecimiento de apoyo práctico, la oportunidad de mantener una conversación, un paseo en común o escribir un par de líneas con amor, cada gesto cuenta. Lo decisivo aquí no es lo que le gusta al que ayuda. En el centro está el pensamiento: ¿Cómo es el estado del alma del enlutado? ¿Qué es lo que más responde a sus sentimientos?
«Estar junto al afligido con amor», lo llama Leonore Matouschek. Más no se necesita para apoyar y que pueda crecer el consuelo en el corazón de la persona se encuentra de luto.
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