El 19 de noviembre es el “Día Mundial del Retrete”. Pero se trata de mucho más que de ir al baño. La atención se centra en los peligros que entraña para la vida en grandes zonas del mundo el saneamiento inadecuado.
El barrio marginal de Mukuru es uno de las más grandes de Nairobi, la capital de Kenia. Aunque hay retretes, no son limpios ni seguros y cuestan dinero. Por necesidad, se han establecido los “retretes voladores”: se defeca en una bolsa de plástico que acaba en la calle o en un techo de chapa ondulada. El barrio está surcado por arroyos malolientes. Así se propagan las enfermedades.
Las Naciones Unidas quieren hacer frente a estos abusos con el “Día Mundial de los Retretes”. En 2013, la Asamblea General declaró el que se celebre anualmente el 19 de noviembre. No se trata solo del retrete, sino también de la higiene, desde el agua potable hasta las instalaciones sanitarias.
Un peligro mortal
Alrededor de 2.200 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso al agua potable. 842.000 personas mueren cada año como consecuencia de la mala calidad del agua. Alrededor de 419 millones de personas no tienen acceso a instalaciones sanitarias y tienen que hacer sus necesidades al aire libre. Como consecuencia, se propagan las enfermedades respiratorias y diarreicas.
Las Naciones Unidas se han fijado el objetivo de “garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos” de aquí a 2030. La organización de ayuda alemana NAK-karitativ y sus socios trabajan desde hace años en pos de este objetivo. Por ejemplo, muchos proyectos incluyen también el subsector WASH. Las siglas significan abastecimiento de agua, saneamiento e higiene.
Un espacio protegido
En el barrio marginal de Mukuru, en Nairobi, se ha construido un complejo central de aseos y duchas. Se trata de un proyecto conjunto con la organización de ayuda local Umande Trust, con experiencia en la construcción de instalaciones sanitarias, y con KUMEA, la organización de ayuda nuevoapostólica en África del Este.
La particularidad es que el complejo está conectado a la red central de alcantarillado y complementado por una planta de biogás, y se limpia y controla continuamente. Esto significa que las mujeres están mejor protegidas contra las agresiones. El biogás puede utilizarse de forma barata para cocinar. El agua limpia se puede comprar por poco dinero en un quiosco de agua. Con lo recaudado se financia el equipo que mantiene la planta.
La higiene va a la escuela
Junto con la organización regional de ayuda nuevoapostólica NACRO, NAK-karitativ ha iniciado un proyecto en Zambia para 500 alumnos y 150 maestros. En 25 escuelas se construyen o reparan pozos y se renuevan las instalaciones sanitarias y los lavabos.
Los colaboradores también están enseñando a los niños prácticas de higiene. Los llamados clubes WASH se encargan de transmitir los conocimientos. Los alumnos mayores cuentan a los más pequeños lo que saben y los niños se lo llevan a casa. Los vecinos aprenden a mantener y reparar las instalaciones.
Por un futuro mejor
En Malawi, solo el 6% de la población tiene acceso regular a instalaciones sanitarias. Como las letrinas de pozo –comparables a las letrinas fuera de casa– corren el riesgo de derrumbarse y se llenan en exceso, la gente tiene que recurrir a los arbustos y a las aguas abiertas.
Por ello, hasta la primavera de 2024 NAK-karitativ y la organización de ayuda NACRO han dotado de agua potable e instalaciones sanitarias a doce aldeas de Malawi. Cada uno de los pueblos de la región de Phalombe recibió un punto de agua con varios grifos. Se formó a grupos de desarrollo de conocimientos en temas de agua, saneamiento e higiene.
Estos proyectos van mucho más allá de la limpieza: la falta de higiene hace que la gente se enferme más rápidamente y que los niños falten a menudo a la escuela. Las niñas tienen que quedarse en casa durante la menstruación porque en la escuela falta de todo. Todo lo que se consiga mejorar en este ámbito repercute en la educación y, por lo tanto, en las perspectivas de futuro. También en este caso, el objetivo de los colaboradores es hacer posible una vida autodeterminada.