Fue Apóstol Mayor durante seis años ¡sin serlo! El 14 de diciembre de hace 100 años, Johann Gottfried Bischoff fue ordenado en el ministerio que ejercería más adelante. El trasfondo.
“¡Recibid el ministerio de Apóstol Mayor y el poder y el espíritu ministerial de Jesús, el Viviente y Resucitado, para que puedas continuar la Obra!”. Con estas palabras el Apóstol Mayor Hermann Niehaus instituyó a su sucesor el 14 de diciembre de 1924 en Fráncfort. Sin embargo, no estaba nada predeterminado que éste sería Johann Gottfried Bischoff.
Dos confidentes íntimos
Por un lado, estaba el Apóstol de Distrito Carl August Brückner (Sajonia, Turingia, Silesia), que formó un verdadero equipo soñado con el Apóstol Mayor Niehaus en los años 1900 y principios de 1910. “Brückner se presentó, fue educado y pronto se convirtió en el primero entre los Apóstoles, era el secretario de protocolo, su palabra contaba y ya era visto como el sucesor”, como lo describió un colega suizo de su época.
Y luego estaba el Apóstol de Distrito Johannes Hendrik van Oosbree (Países Bajos), también íntimo confidente del Apóstol Mayor. Niehaus lo veía como el Ayudante Apóstol Mayor para los países no alemanes. De él adoptó la idea de reformar la Santa Cena con las hostias con las gotas de vino. Y de vez en cuando pasaba con él las vacaciones, incluidos los viajes en canoa.
Un doble “no”
Sin embargo, el equipo soñado se desmoronó. El Apóstol Brückner rebosaba de ideas poco ortodoxas para remodelar la Iglesia. El Apóstol Mayor, por su parte, buscaba serenidad y constancia en los agitados tiempos posteriores a la Primera Guerra Mundial. Aquí y allá, algunos compañeros en el ministerio aceleraron el enfrentamiento hasta el punto del conflicto.
¿Y el Apóstol van Oosbree? Él no quería, según su propia confesión. Sin embargo, el Apóstol Mayor tuvo que tomar una decisión: “Desde hace años, algunos Apóstoles querían que anunciara a mi sucesor”, informó en una circular a todos los dirigentes de comunidad. Porque “si yo fuera arrebatado, como el Padre Krebs, y no hubiera previsto un sucesor, ¿qué pasaría entonces?”.
Investigar por el doble testimonio
Así es como el máximo dirigente de la Iglesia llegó a su decisión: “Avanzo despacio y presto atención a las señales de mi Señor”, es decir, visiones, profecías y sueños. “Desde hace ocho años tengo indicios del Apóstol Bischoff”. También “prestaba atención a qué vara reverdecía antes que otras varas”. En referencia a la elección de Aarón como sumo sacerdote, se trataba, por lo tanto, de si el trabajo de los Apóstoles daba abundantes frutos.
El dirigente de la Iglesia quiso comprobar el impulso espiritual: “Por eso escribí a todos los Apóstoles para que me dijeran cuál de ellos está en su espíritu como mi Ayudante. Todos los Apóstoles, con excepción de Brückner y Ecke –Ecke estaba enfermo– me mostraron al Apóstol Bischoff. Ahora tenía un doble testimonio”.
No más que un Ayudante
Los Servicios Divinos especiales en Bielefeld, donde vivía el Apóstol Mayor, se llamaban “fiestas del pacto”. Y uno de estos Servicios Divinos tuvo lugar el 10 de octubre de 1920, el día en que Johann Gottfried Bischoff fue llamado como Ayudante Apóstol Mayor.
Sin embargo, esto no resolvió definitivamente la sucesión: “Mi institución no obligó a los Apóstoles a vincularse conmigo”, explicó Bischoff casi 30 años después. Al fin y al cabo, Niehaus “no me había instituido como Ayudante de ellos, sino como Ayudante suyo. La relación entre los Apóstoles y el Apóstol Mayor no se vio afectada en absoluto”.
Es más, se dice que Niehaus ofreció repetidamente al Apóstol van Oosbree la oportunidad de sucederlo después de todo. Lo afirman fuentes holandesas. El Apóstol Brückner también lo había visto como candidato y el Apóstol Mayor lo había mencionado expresamente en octubre de 1920 como una “gran ayuda” para el trabajo en el extranjero. Pero no hubo ningún “sí”.
El comienzo de una larga historia
La situación era muy diferente el 14 de diciembre de 1924, cuando el Apóstol Mayor dispuso definitivamente su sucesión. El Apóstol Mayor Niehaus preguntó: “Si yo ya no puedo seguir, ¿continuarás tú conduciendo la Obra de Dios y lo harás de la manera en que yo he hecho mi tarea, es decir, no pedirás nada que no puedas hacer tú mismo, serás un hermano para los hermanos en el amor de Cristo, serás siempre una ayuda para los hermanos en todo, primero para los Apóstoles y luego para todos los que creen en Jesús a través de su palabra, tomarás esta carga sobre ti?”.
“Sí, con la ayuda de Dios”, respondió el Apóstol Bischoff. Sin embargo, solo ejerció el ministerio como Apóstol Mayor a partir de 1930, después de que Niehaus no pudiera recuperarse suficientemente de un accidente. Hasta entonces, Bischoff tenía la autoridad ministerial –análoga a la de la doctrina actual– pero aún no el encargo ministerial como máximo dirigente de la Iglesia.
Y el resto es historia.
Foto: El Apóstol Mayor Hermann Niehaus (adelante) con los Apóstoles Johann Gottfried Bischoff y Johannes Hendrik van Oosbree (foto coloreada posteriormente)